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Rareza histórica: Dos papas enfrentados en la final del Mundial
10 - 07 - 2014 - PAPADOS - Benedicto XVI

Alemania y Argentina en la  final de la Copa del Mundo en 2014, los dos papas, Benedicto y Francisco, representados por las respectivas escuadras deportivas de sus naciones. ¿Son dos equipos diferentes los de ambos Papas?.  Histórica coexistencia de dos Papas ...lo que ellos dijeron sobre el futbol. La fascinación por el balón pie: ¡hay más naciones en la FIFA  que en la ONU !

Ver a dos papas juntos siguiendo el fútbol !!!..." En marzo de 2013, lo que podía ser una una broma paso a ser real. Desde entonces, muchas cosas han llegado a ser posibles en el Vaticano - y sólo le falta una,  la del final histórico de la Copa Mundial  : el Papa Benedicto XVI, con los "defensores" alemanes, contra el Papa Francisco, el "delantero" llegado desde Argentina. La Guardia Suiza  le había regalado una canasta (para que guarde los goles que los helvéticos pensaban hacer a los argentinos), cuando estos compitieron en la segunda ronda contra el combinado de Francisco - "habrá guerra", respondió Francisco a la broma. Pero una final con los Papas en el Vaticano junto al televisor? Un acontecimiento que probablemente nunca más volverá!

Dos papas, dos estilos

A menudo se dice faltando a la verdad que, entre Francisco y sus predecesores en la enseñanza no se parecen "ni en una hoja.". En todo caso, nadie va a dudar de que el estilo de gobernar y de predicar  sin dudas tiene algunas diferencias. Así también las alusiones  de Joseph Ratzinger y Jorge Mario Bergoglio acerca del futbol han sido muy diferentes. Cuando Ratzinger,de fibra intelectual  hizo una reflexión inicial sobre la Copa del Mundo de Fútbol en 1978 que se puede leer en el Sitio de la Deutsche Bischofskonferenz escribía así: "Cuando se hojea la prensa y se escucha la radio, se comprueba enseguida que hay un tema dominante: el fútbol y la liga de fútbol. Este deporte se ha convertido en un acontecimiento universal que une a los hombres de todo el mundo por encima de las fronteras nacionales, con un mismo sentir, con idénticas ilusiones, temores, pasiones y alegrías. Todo esto nos revela que nos encontramos frente a un fenómeno genuinamente humano.

Surge espontánea la pregunta sobre el por qué de la fascinación que ejerce este juego. El pesimista contestará que es una repetición más de lo que ya se experimentó en la antigua Roma: pan y circo; panem et circenses.

Pero, incluso si aceptáramos esta respuesta, tendríamos que preguntarnos: ¿y a qué se debe semejante fascinación, que lleva poner el juego junto al pan, y a darle la misma importancia?

Volviendo de nuevo en la antigua Roma, podríamos contestar a esta pregunta diciendo que aquel grito que pedía "pan y juego" era la expresión del deseo de una vida paradísiaca. En este sentido, el juego es se presenta como una especie de regreso al hogar primero, al paraíso; como una escapatoria de la existencia cotidiana, con su dureza esclavizante.

Sin embargo el juego tiene, sobre todo en los niños, un sentido distinto: es un entrenamiento para la vida.

A mi juicio, la fascinación por el fútbol consiste, esencialmente, en que sabe unir de forma convincente estos dos sentidos: ayuda al hombre a autodisciplinarse y le enseña a colaborar con los demás dentro de un equipo, mostrándole como puede enfrentarse con los otros de una forma noble.

Al contemplarlo, los hombres se identifican con ese juego, haciendo suyo ese espíritu de colaboración y de confrontación leal con los demás.

Desde luego, la seriedad sombría del dinero, unida a los intereses mercantiles, pueden echar todo esto a perder.

Al pensar detenidamente en todo esto, se plantea la posibilidad de aprender a vivir con el espíritu del juego, porque la libertad del hombre se alimenta también de reglas y de autodisciplina.

En todo caso, la visión de un mundo que vibra con el juego debiera servirnos para algo más que para el entretenernos, porque si fuéramos al fondo de la cuestión, el juego podría mostrarnos una nueva forma de entender la vida. "

 

Durante su visita a Brasil el Papa Francisco relacionó varias veces la religión con el juego de pelota.

El papa Francisco entretanto habló del deporte más popular del mundo a través de parábolas para explicar su mensaje religioso.

El sumo pontífice, para quien los asuntos de club y camiseta tienen un significado especial, eligió la tierra del fútbol para hacer uso de algunas parábolas bíblicas.

Este es el sermón de las siete palabras del papa Francisco, en el lenguaje del estadio y pasión futbolera:

Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo. ¡Algo más grande que la Copa del Mundo!”, afirmó el Papa Francisco en referencia lo que ofrece el hijo de Dios según el evangelio.

Para el Papa, los temas de Dios son como estar en la misma tribuna.

“Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, que seamos sus discípulos, que juguemos en su equipo” destacó el sumo pontífice.

Para el papa, el compromiso del evangelio requiere entrenamientos en doble jornada.

¿Qué hace un jugador cuando se le llama a hacer parte de un equipo? Tiene que entrenarse y entrenarse mucho. Así es nuestra vida de discípulos”, explicó.

El reino de dios, para el primer papa latinoamericano es el más grande de los estadios, con boleto a la entrada.

“Pero nos pide que paguemos la entrada y la entrada es que nos entrenemos para estar en forma para afrontar sin miedo las situaciones de la vida”, explicó.

El papa tiene claro dónde hay que sudar la camiseta.

Cuando se suda la camiseta tratando de vivir como cristianos experimentamos a lo grande”, asegura.

Al fin de cuenta, explica el papa, en la fe y en la vida hay que salir a buscar los partidos.

“Sean protagonistas, jueguen para adelante, pateen para adelante construyan un mundo mejor”.

El Papa dejó la tierra del fútbol, con al menos siete mensajes que son como decir la evangelización, con gran dominio de balón. 

 

 

El mundial de fútbol atrae la atención del planeta. Hay más naciones en la FIFA que en la ONU. ¿Qué dice la Iglesia? 

"El fútbol es uno de los fenómenos que más pasiones despierta en el mundo, pero al mismo tiempo ayuda «a establecer relaciones fraternas entre los hombres de todas las clases, naciones y razas», como dice el número 61 de la «Gaudium et Spes».

El entretenimiento es algo propio de la condición humana y el fútbol entretiene. En este sentido, se puede decir que el fútbol está al servicio del hombre. Pero hay que prestar atención para que no sea al revés, para que hombre no se someta al fútbol hasta dañar su dignidad, porque el futbolista, el aficionado puede llegar a convertirse en un esclavo de este entretenimiento.

El mundial de fútbol es una escuela de humanidad cuando muchos países se ponen de acuerdo para realizar una actividad que respete unas normas precisas y busque una superación continua en un ambiente de sana competitividad. Estas características hacen del fútbol, y más concretamente del Mundial, una herramienta pedagógica de la convivencia".(Así contestaba Kevin Lixey, encargado de la sección «Iglesia y deporte» del Consejo Pontificio para los Laicos durante el pontificado de Juan Pablo II quien creó está sección) (REDACCION-INDEPENDIENTE PORTAL CATHOLIC NEWS)