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El Papa dio esperanza en el Vaticano a seis vĂ­ctimas de abusos
07 - 07 - 2014 - DESAFIOS - Escándalos

El santo padre Francisco este lunes encontró a seis personas, dos británicos, dos alemanes y dos irlandeses que sufrieron abusos por parte de clérigo y fueron invitados por el cardenal O'Malley. “Ya ayer estaban en Santa Marta lo que dio ocasión al Papa para saludarles después de la cena” indicó el portavoz. «Expreso mi dolor por los pecados y crímenes graves de abusos sexuales cometidos por el clero contra ustedes y humildemente pido perdón»,dijo el Papa en la homilia de esta mañana. El significado de los gestos papales.

El Pontífice en la santa misa en la que participaron las víctimas hizo su homilía en español, “con palabras particularmente significativas, un mensaje muy denso y muy fuerte”, esta vez “lo ha tratado el tema de una manera más directa y amplia” dijo el director Lombardi. Añadió que estarán a disposición parte de las imágenes del Papa durante esta homilía en Santa Marta.

Acabada la eucaristía, a la salida saludó uno a uno a los participantes como lo hace siempre después de la misa en Santa Marta. A continuación desayunaron en el comedor de la residencia. A las 9 de la mañana cada uno de los seis participantes se encontró con el Santo Padre, acompañado por una persona que le ayudaba en la traducción. “Los coloquios duraron hasta las 12,20, o sea una media hora con cada uno de ellos” indicó.

El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede habló con ellos y pudo constatar “la profunda gratitud que tenían hacia el Santo Padre”. En particular por haber “sido escuchados con mucha atención y disponibilidad”. Precisó que “cada uno manifestó según su sensibilidad, y sus sentimientos eran serenos y positivos”. Y añadió que “eran personas que se sentían gratas de haber vivido este encuentro”.

"El Papa --indicó el portavoz-- estuvo mucho tiempo con ellos, lo que demuestra la intención de escuchar y entender”. Añadió que el Santo Padre “estaba también muy tocado por este encuentro”.

Y consideró “que esto no es un punto final, sino un camino que se abre hacia el futuro, de sanación y de construcción”. El cardenal O'Malley por su parte consideró que “el número contenido de personas permitió un diálogo muy profundo”.

La segunda reunión de la Comisión para la protección de los menores
Siempre en el Vaticano se realizó ayer la segunda reunión de la Comisión para la protección de los menores, en la Domus Santa Marta, presidida por el cardenal estadounidense Sean O'Malley, con la propuesta de nuevos miembros para integrar la misa, o sea con personas de otras áreas geográficas, en particular de Asia y África.

Lo indicó hoy el portavoz de la Santa Sede, quien añadió que “la Comisión ha estudiado también la necesidad de tener una sede operativa estable y de organizar los grupos de trabajo, de manera que se pueda contar también con personas externas de otras instituciones”. Y precisó que “en el próximo mes de octubre se realizará otra reunión de la Comisión”.

Las medidas tomadas
El papa Francisco, reitera así la línea de tolerancia cero emprendida por Benedicto XVI contra los abusos sexuales, y para ello ha creado en marzo pasado la Comisión para la protección de los menores, en la que una víctima, la irlandesa Mary Collins, es dirigente.

Entre las medidas concretas figura el 27 de junio pasado, la reducción al estado laical del ex-nuncio apostólico en República Dominicana, el polaco Jozef Wesolowski, después de ser condenado en primer grado por pederastia por un tribunal eclesiástico.

Otro de los hechos significativos, es que la Santa Sede han examinado 3.420 casos de abusos sexuales a menores cometidos en la última década con la expulsión de 848 sacerdotes, y la investigación de 2.572 otros casos, como los observadores del Vaticano informaron este año a las Naciones Unidas.(ZENIT) 

 

El significado de  los gestos papales

Más allá de lo que el Papa y sus interlocutores se hayan dicho entre sí o de las palabras netas y claras de la homilía de la misa, el encuentro que se llevó a cabo hoy en la Casa Santa Marta, alejado de los reflectores y de las telecámaras, es importante por el simple hecho de haberse llevado a cabo. Francisco rezó, habló y abrazó a seis personas que, cuando eran pequeñas, sufrieron abusos por parte de sacerdotes o religiosos. Son de Alemania, Gran Bretaña e Irlanda. Es la primera vez que sucede, por lo menos oficialmente, desde que Bergoglio fue elegido. Y es también significativo que estas personas, que han vivido marcadas por esos trágicos hechos, hayan sido recibidas en la casa del Papa y no al margen de algún viaje, lejos del Vaticano.


Francisco ha dicho y ha demostrado en diferentes ocasiones que pretende continuar siguiendo la línea marcada por su predecesor. El aporte de Joseph Ratzinger, antes como cardenal encargado de la Congregación para la Doctrina de la Fe y después como Pontífice, fue determinante. Han cambiado las normas jurídicas, se ha instaurado una legislación de emergencia, se han agilizado los procesos. Pero Benedicto XVI impulsó el cambio determinante con los gestos, a partir del que llevó a cabo en 2008 en Washington, en donde por primera vez se reunió con algunas víctimas de la pederastia clerical. Desde entonces, los encuentros se han multiplicado: de Estados Unidos a Australia, Reino Unido, Malta y Alemania.


No hay que menospreciar la importancia de estos gestos papales. Su alcance, de hecho, es mucho mayor de lo que parecería. Las leyes, las normas, son importantes para combatir el fenómeno. Pero esta plaga no podrá ser arrancada de raíz sin el cambio más importante, el de la mentalidad. Hasta que las víctimas y sus padres, en lugar de ser objeto de atención, cercanía y apoyo, sean vistos como potenciales enemigos de la buena reputación de la Iglesia (como, desgraciadamente, ha sucedido durante décadas), no cambiará nada.


Al recibir hoy a las víctimas, después de haber celebrado la misa con ellas y para ellas, Papa Francisco demuestra una vez más la atención hacia los que han sufrido abusos y subraya la necesidad de continuar por el camino emprendido para garantizar la seguridad de los menores que frecuentan las parroquias. El actual obispo auxiliar de La Valletta, en Malta, Charles Scicluna (que colaboró durante una década con Ratzinger y creó una fuerza especial en el ex Santo Oficio especializada para contrarrestar estos delitos), dijo en 2001: «Si el abuso ha sido cometido por un sacerdote, la huella en la víctima será mucho más grande: hay una confianza espiritual hecha añicos, una fe asesinada».


Por este motivo era y es importante escuchar las historias de las víctimas, demostrarles cercanía y comprensión, como sucedió hoy en Santa Marta por parte de un Papa que ha usado palabras durísimas en contra del fenómeno de los abusos: «Un sacerdote que hace esto traiciona el Cuerpo del Señor, porque el sacerdote debe llevar a este niño o a esta niña a la santidad, y, en lugar de hacerlo, abusa de ellos… Es como hacer una misa negra».


Pero, además de este gesto, Francisco también instituyó una comisión para la defensa de los menores, encomendada al cardenal Sean O’Malley, que se debe ocupar de los programas y de las intervenciones para combatir el fenómeno dentro de la Iglesia. Integran esta comisión cuatro mujeres, y, entre ellas, destaca la presencia de la irlandesa Marie Collins, que fue una víctima de abuso. Su presencia en Santa Marta, junto con las seis víctimas del encuentro de hoy, demuestra que la Iglesia seguirá caminando por la vía que emprendió Benedicto XVI.(VATICAN INSIDER)