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Presentan síntesis de la Encuesta del Papa para el Sínodo de la Familia.
26 - 06 - 2014 - VATICANO - Documentos

Este jueves en la Sala de Prensa del Vaticano se presentó el documento de trabajo que será usado por los obispos de todo el mundo durante el Sínodo de la familia que se realizará en Roma del 5 al 19 de octubre 2014. El texto es el punto de inicio para una reflexión de dos años que concluirá con la Exhortación Apostólica del Papa Francisco a principios de 2016. Se anunció también el tema de la Asamblea General Ordinaria del 2015: “Jesucristo revela el misterio y la vocación de la familia”.  Texto completo del Instrumentum laboris

Se presentó hoy a los medios de comunicación, el "Instrumentum laboris" de la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, y que lleva el título "Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización". El cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos ha sido el encargado de explicar cómo es cada una de las partes del documento.

El Instrumentum Laboris, es el resultado de la investigación promovida por el Documento Preparatorio, que incluía un cuestionario de 39 preguntas el cual "ha recibido una acogida positiva y una amplia respuesta, tanto del pueblo de Dios como de la opinión pública general", ha indicado el cardenal. Asimismo, ha precisado que se han celebrado tres reuniones del Consejo de Secretaría, dos reuniones interdicasteriales, la difusión de la oración del Papa por el Sínodo de la familia, realizadas contemporáneamente en tres Basílicas dedicadas a la Sagrada Familia (Nazaret, Loreto y Barcelona), las intervenciones del Secretario general en numerosas ocasiones, así como conferencias y simposios.

El texto del Instrumentum Laboris se compone de tres partes, coherentes con las temáticas del Documento Preparatorio. La primera parte, ha explicado el cardenal Baldisseri, está dedicada al Evangelio de la familia, es el plan de Dios, del conocimiento bíblico, magisterial y de la recepción, de la ley natural y de la vocación de la persona de Cristo. "El hallazgo del escaso conocimiento de la enseñanza de la Iglesia pide a los trabajadores pastorales una mayor preparación y el compromiso a favorecer la comprensión por parte de los fieles, que viven en contextos culturales y sociales diferentes", ha precisado.

La segunda parte afronta los desafíos pastorales inherentes a la familia, como la crisis de la fe, las situaciones críticas internas, las presiones externas y otras problemáticas. "A la responsabilidad de los pastores compete la preparación al matrimonio, hoy cada vez más necesaria, para que los novios maduren su elección como adhesión pastoral de fe al Señor, para edificar su familia en bases sólidas", ha observado el purpurado.

Al respecto, ha señalado que son consideradas de forma particular las situaciones pastorales difíciles "que tienen que ver con las parejas que viven juntas y las parejas de hecho, los separados, los divorciados, los divorciados vueltos a casar y sus hijos, las madres adolescentes, los que se encuentran en condiciones de irregularidad canónica y los que piden el matrimonio sin ser creyentes o practicantes". El Secretario del Sínodo ha señalado que urge permitir a las personas heridas sanar y reconciliarse, encontrando nueva confianza y serenidad. Por eso, "es necesaria una pastoral capaz de ofrecer la misericordia que Dios concede a todos sin medida".

Con respecto a las parejas que conviven y las parejas de hecho ha añadido: "La Iglesia siente el deber de acompañar estas parejas para que tengan confianza y sean capaces de llevar una responsabilidad, como la del matrimonio, que no es demasiado grande para ellos". Además ha puntualizado que el Instrumentum sobre la, " la cuestión de los divorciados vueltos a casar, que viven con sufrimiento su condición de irregulares en la Iglesia, ofrece un conocimiento real de su situación de la cual la Iglesia se siente interpelada a encontrar soluciones compatibles con su enseñanza, que conduzcan a una vida serena y reconciliada". A propósito de esto, aparece la exigencia de simplificar y acelerar los procedimientos judiciales de nulidad matrimonial. El cardenal también ha señalado la importancia de hacer cursos de formación al matrimonio mejores cualitativamente y hacer un seguimiento a la pareja después de la boda. Del mismo modo ha hecho mención a las uniones entre parejas del mismo sexo, donde también ha evidenciado el cuidado pastoral de la Iglesia en estas situaciones.

 La tercera parte del documento indicó el cardenal Baldisseri, presenta en primer lugar "las temáticas relativas a la apertura a la vida, como el conocimiento y las dificultades en la recepción del Magisterio, las sugerencias pastorales, la praxis sacramental y la promoción de una mentalidad abierta a la vida". Sobre la responsabilidad educativa de los padres, "emerge la dificultad en el transmitir la fe a los hijos, que se concretiza en la iniciación cristiana".

Por otro lado, el purpurado ha indicado que el tema de la próxima Asamblea General Ordinaria del 2015 es "Jesucristo revela el misterio y la vocación de la familia".

El Instrumentum laboris se entrega a los miembros de derecho de la Asamblea Sinodal para que durante el tiempo que nos separa de la celebración de la Asamblea General, puede ser estudiado y valorado por las respectivas Conferencias Episcopales, para llegar a la presentación de la intervención que cada presidente ofrecerá a la Asamblea, como aporto específico a los trabajos sinodales.

Por otro lado, el purpurado ha indicado que este documente da una visión de la realidad familiar en el contexto actual, que representa el inicio de una reflexión profunda cuyo desarrollo se realizará en dos etapas previstas por la Asamblea General Extraordinaria (2014) y la Ordinaria (2015), estrechamente unidas por el tema de la familia a la luz del Evangelio de Cristo. De este modo, los resultados de la Asamblea Extraordinaria serán utilizados para la preparación del Instrumentum Laboris de la Asamblea Ordinaria, después de la cual será publicado un Documento final, sometido a la decisión del Santo Padre.

Al finalizar, Baldisseri ha informado que el domingo 28 de septiembre habrá un jornada de oración por el Sínodo así como la adoración eucarística cotidiana, durante los trabajos sinodales, en la Capilla de la Salus Populi Romani de Santa María la Mayor en Roma.(ZENIT)

 

                                                     Texto completo 

SÍNODO DE LOS OBISPOS

III ASAMBLEA GENERAL EXTRAORDINARIA

LOS DESAFÍOS PASTORALES DE LA FAMILIA EN EL CONTEXTO DE LA EVANGELIZACIÓN (INSTRUMENTUM LABORIS)

Ciudad del Vaticano
2014

 

ÍNDICE


Abreviaciones

Presentación

Premisa

I PARTE
COMUNICAR EL EVANGELIO DE LA FAMILIA HOY

Capítulo I
El designio de Dios acerca del matrimonio y la familia

La familia a la luz del dato bíblico (1-3)
La familia en los documentos de la Iglesia (4-7)

Capítulo II
Conocimiento y recepción de la Sagrada Escritura y los documentos de la Iglesia sobre matrimonio y familia (8)

El conocimiento de la Biblia sobre la familia (9-10)
Conocimiento de los documentos del Magisterio (11)
La necesidad de sacerdotes y ministros preparados (12)
Acogida diversificada de la enseñanza de la Iglesia (13-14)
Algunos motivos de la dificultad de recepción (15-16)
Promover un mejor conocimiento del Magisterio (17-19)

Capítulo III
Evangelio de la familia y ley natural

El nexo entre Evangelio de la familia y ley natural (20)
Problematismo de la ley natural hoy (21-26)
Contestación práctica de la ley natural sobre la unión entre hombre y mujer (27-29)
Una deseable renovación del lenguaje (30)

Capítulo IV
La familia y la vocación de la persona en Cristo

La familia, la persona y la sociedad (31-34)
A imagen de la vida trinitaria (35)
La Santa Familia de Nazaret y la educación al amor (36-38)
Diferencia, reciprocidad y estilo de vida familiar (39-42)
Familia y desarrollo integral (43-44)
Acompañar el nuevo deseo de familia y las crisis (45-48)
Una formación constante (49)

II PARTE
LA PASTORAL DE LA FAMILIA FRENTE
A LOS NUEVOS DESAFÍOS

Capítulo I
La pastoral de la familia: las diversas propuestas actuales

Responsabilidad de los pastores y dones carismático en la pastoral familiar (50)
La preparación al matrimonio (51-56)
Piedad popular y espiritualidad familiar (57)
El sostén a la espiritualidad familiar (58)
El testimonio de la belleza de la familia (59-60)

Capítulo II
Los desafíos pastorales de la familia(61)

a) La crisis de la fe y la vida familiar

La acción pastoral en la crisis de fe (62-63)

b) Situaciones críticas internas a la familia

Dificultad de relación / comunicación (64)
Fragmentación y disgregación (65)
Violencia y abuso (66-67)
Dependencias, medios de comunicación y redes sociales (68-69)

c) Presiones externas a la familia

La repercusión de la actividad laboral en la familia (70-71)
El fenómeno migratorio y la familia (72)
Pobreza y lucha por la subsistencia (73)
Consumismo e individualismo (74)
Contra-testimonios en la Iglesia (75)

d) Algunas situaciones particulares

El peso de las expectativas sociales sobre el individuo (76)
El impacto de las guerras (77)
Disparidad de culto (78)
Otras situaciones críticas (79)

Capítulo III
Las situaciones pastorales difíciles

A. Situaciones familiares (80)

Las convivencias (81-82)
Las uniones de hecho (83-85)
Separados, divorciados y divorciados vueltos a casar (86)
Los hijos y quienes se quedan solos (87)
Las madres solteras (88)
Situaciones de irregularidad canónica (89-92)
Acerca del acceso a los sacramentos (93-95)
Otras peticiones (96)
Acerca de los separados y los divorciados (97)
Simplificación de las causas matrimoniales (98-102)
El cuidado de las situaciones difíciles (103-104)
No practicantes y no creyentes que piden el matrimonio (105-109)

B. Acerca de las uniones entre personas del mismo sexo

Reconocimiento civil (110-112)
La evaluación de las Iglesias particulares (113-115)
Algunas indicaciones pastorales (116-119)
Transmisión de la fe a los niños en uniones de personas del mismo sexo (120)

III PARTE
LA APERTURA A LA VIDA
Y LA RESPONSABILIDAD EDUCATIVA

Capítulo I
Los desafíos pastorales acerca de la apertura a la vida (121-122)

Conocimiento y recepción del Magisterio sobre la apertura a la vida (123-125)
Algunas causas de la difícil recepción (126-127)
Sugerencias pastorales (128)
Acerca de la praxis sacramental (129)
Promover una mentalidad abierta a la vida (130-131)

Capítulo II
La Iglesia y la familia frente al desafío educativo

a) El desafío educativo en general

El desafío educativo y la familia hoy (132)
Transmisión de la fe e iniciación cristiana (133-134)
Algunas dificultades específicas (135-137)

b) La educación cristiana en situaciones familiares difíciles (138)

Una visión general de la situación (139-140)
Las peticiones dirigidas a la Iglesia (141-145)
Las respuestas de las Iglesias particulares (146-150)
Tiempos y modalidades de la iniciación cristiana de los niños (151-152)
Algunas dificultades específicas (153)
Algunas indicaciones pastorales (154-157)

CONCLUSIÓN (158-159)


ABREVIACIONES

CCC Catecismo de la Iglesia Católica

CDF Congregación para la Doctrina de la Fe

CTI Comisión Teológica Internacional

CV Caritas in Veritate, Carta Encíclica de Benedicto XVI (29 de junio de 2009).

DCE Deus Caritas Est, Carta Encíclica de Benedicto XVI (25 de diciembre de 2005).

DV Dei Verbum, Constitución dogmática sobre la divina revelación, Concilio Ecuménico Vaticano II.

EG Evangelii Gaudium, Exhortación Apostólica de Francisco (24 de noviembre de 2013)

FC Familiaris Consortio, Exhortación Apostólica de Juan Pablo II (22 de noviembre de1981)

GS Gaudium et Spes, Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo, Concilio Ecuménico Vaticano II.

GE Gravissimum Educationis, Declaración sobre la educación cristiana, Concilio Ecuménico Vaticano II

HV Humanae Vitae, Carta Encíclica de Pablo VI (25 de julio de 1968)

LF Lumen Fidei, Carta Encíclica de Francisco (29 de junio de 2013)

LG Lumen Gentium, Constitución dogmática sobre la Iglesia, Concilio Ecuménico Vaticano II.

SC Sacramentum Caritatis, Exhortación Apostólica post-sinodal de Benedicto XVI (22 de febrero de 2007)

PRESENTACIÓN

El 8 de octubre de 2013, el Papa Francisco convocó la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema: Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización. La Secretaría General del Sínodo inició la preparación con el envío del Documento Preparatorio, que tuvo una amplia acogida eclesial en el pueblo de Dios, sintetizada en el presente Instrumentum Laboris. El Santo Padre, considerada la amplitud del tema, ha establecido un itinerario de trabajo en dos etapas, que constituyen una unidad orgánica. En la Asamblea General Extraordinaria de 2014, los Padres sinodales evaluarán y profundizarán los datos, los testimonios y las sugerencias de las Iglesias particulares, a fin de responder a los nuevos desafíos de la familia. La Asamblea General Ordinaria de 2015, mayormente representativa del episcopado, reflexionará en un segundo momento —insertándose en el precedente trabajo sinodal— sobre las temáticas afrontadas para individuar líneas operativas pastorales.

El Instrumentum Laboris nace de las respuestas al cuestionario del Documento Preparatorio, dado a conocer públicamente en el mes de noviembre de 2013, estructurado en ocho grupos de preguntas relativas al matrimonio y la familia, las cuales han tenido una amplia difusión. Las respuestas, numerosas y detalladas, provienen de los Sínodos de las Iglesias Orientales Católicas sui iuris, de las Conferencias Episcopales, de los Dicasterios de la Curia Romana y de la Unión de los Superiores Generales. También llegaron directamente a la Secretaría General respuestas —llamadas observaciones— de un número significativo de diócesis, parroquias, movimientos, grupos, asociaciones eclesiales y realidades familiares, así como también de instituciones académicas, especialistas, fieles y otras personas, todos ellos interesados en dar a conocer las propias reflexiones.

El texto está estructurado en tres partes y retoma, según un orden funcional a la Asamblea sinodal, las ocho temáticas propuestas en el cuestionario. La primera parte está dedicada al Evangelio de la familia, en el contexto del plan de Dios y la vocación de la persona en Cristo, horizonte dentro del cual se releva el conocimiento y la recepción del dato bíblico y de los documentos del Magisterio de la Iglesia, incluidas las dificultades, entre las cuales la comprensión de la ley natural. La segunda parte trata de las diversas propuestas relativas a la pastoral familiar, incluidos los correspondientes desafíos y las situaciones difíciles. La tercera parte está dedicada a la apertura a la vida y a la responsabilidad educativa de los padres, que caracteriza el matrimonio entre el hombre y la mujer, con particular referencia a las situaciones pastorales actuales.

El presente documento, fruto del trabajo colegial proveniente de la consultación a las Iglesias particulares, que la Secretaría General del Sínodo, junto con el Consejo de la Secretaría, ha recogido y elaborado, se pone a disposición de los Miembros de la Asamblea sinodal como Instrumentum Laboris. Éste ofrece un amplio cuadro, si bien no exhaustivo, de la situación familiar actual, de sus desafíos y de las reflexiones que la misma suscita.

Los temas que no se encuentran comprendidos en el documento, algunos de los cuales fueron indicados en las respuestas al número 9 (varios) del cuestionario, serán tratados en la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de 2015.

Lorenzo Card. Baldisseri
Secretario General del Sínodo de los Obispos


Vaticano, 24 de junio de 2014
Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista

PREMISA

El anuncio del Evangelio de la familia es parte integrante de la misión de la Iglesia, puesto que la revelación de Dios ilumina la realidad de la relación entre el hombre y la mujer, de su amor y de la fecundidad de su relación. En el tiempo actual, la difundida crisis cultural, social y espiritual constituye un desafío para la evangelización de la familia, núcleo vital de la sociedad y de la comunidad eclesial. Dicho anuncio está en continuidad con la Asamblea sinodal sobre La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana y el Año de la fe, proclamado por Benedicto XVI.

La Asamblea General Extraordinaria del Sínodo sobre el tema: Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización, teniendo en cuenta que la «Tradición apostólica va creciendo en la Iglesia con la ayuda del Espíritu Santo» (DV 8), está llamada a reflexionar sobre el camino que se ha se seguir para comunicar a todos los hombres la verdad del amor conyugal y de la familia, respondiendo a sus múltiples desafíos (cf. EG 66). La familia es un recurso inagotable y una fuente de vida para la pastoral de la Iglesia; por lo tanto, su finalidad primaria es el anuncio de la belleza de la vocación al amor, gran potencial también para la sociedad. Ante esta urgencia, el episcopado, cum et sub Petro, se dispone a escuchar con docilidad al Espíritu Santo, para reflexionar sobre los desafíos pastorales actuales.

La Iglesia, consciente de que las dificultades no condicionan el ultimo horizonte de la vida familiar y de que las personas no se encuentran sólo frente a problemáticas inéditas, se complace en constatar un ímpetu, sobre todo entre los jóvenes, que hace entrever una nueva primavera para la familia. Testimonios significativos al respecto pueden verse en los numerosos encuentros eclesiales, en los que se manifiesta claramente, sobre todo en las nuevas generaciones, un renovado deseo de familia. Frente a tales aspiraciones, la Iglesia está llamada a ofrecer sostén y acompañamiento, a todos los niveles, con fidelidad al mandato del Señor de anunciar la belleza del amor familiar. El Sumo Pontífice, en sus encuentros con las familias, estimula siempre a mirar con esperanza el propio futuro, recomendando aquellos estilos de vida a través de los cuales se cuida y se hace crecer el amor en la familia: pedir permiso, agradecer y pedir perdón, sin dejar jamás que el sol se oculte sobre un litigio o una incomprensión, sin tener la humildad de excusarse.

Desde el comienzo de su Pontificado, el Papa Francisco ha insistido: «Él [Dios] jamás se cansa de perdonar, pero nosotros, a veces, nos cansamos de pedir perdón» (Ángelus del 17 de marzo de 2013). Este hincapié en la misericordia ha suscitado un notable impacto también en relación a las cuestiones referidas al matrimonio y a la familia, en cuando, más allá de todo moralismo, confirma y abre horizontes en la vida cristiana, cualquiera que sea el límite experimentado y cualquiera que sea el pecado cometido. La misericordia de Dios abre el camino a la continua conversión y al continuo renacimiento.

I PARTE
COMUNICAR EL EVANGELIO DE LA FAMILIA HOY


Capítulo I
El designio de Dios acerca del matrimonio y la familia

La familia a la luz del dato bíblico

1. El Libro del Génesis presenta al hombre y la mujer creados a imagen y semejanza de Dios; al acogerse mutuamente, se reconocen hechos el uno para el otro (cfr. Gen 1,24-31; 2,4b-25). Mediante la procreación, el hombre y la mujer son colaboradores de Dios, acogiendo y transmitiendo la vida: «Al transmitir a sus descendientes la vida humana, el hombre y la mujer, como esposos y padres, cooperan de una manera única en la obra del Creador» (CCC 372). Su responsabilidad, además, se extiende a custodiar la creación y hacer crecer la familia humana. En la tradición bíblica, la perspectiva de la belleza del amor humano, espejo del divino, se desarrolla sobre todo en el Cantar de los Cantares y en los profetas.

2. El fundamento del anuncio de la Iglesia acerca de la familia radica en la predicación y la vida de Jesús, que vivió y creció en la familia de Nazaret, participó en las bodas de Caná, donde enriqueció la fiesta con el primero de sus “signos” (cfr. Jn 2,1-11), presentándose como el Esposo que se une a la Esposa (cfr. Jn 3,29). En la cruz, se entregó con amor hasta el final, y en su cuerpo resucitado estableció relaciones nuevas entre los hombres. Desvelando plenamente la divina misericordia, Jesús concede al hombre y a la mujer recuperar ese “principio” según el cual Dios los unió en una sola carne (cfr. Mt 19,4-6), por el cual —con la gracia de Cristo— son capaces de amarse para siempre y con fidelidad. Por lo tanto, la medida divina del amor conyugal, a la que los cónyuges están llamados por gracia, tiene su fuente en «la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado» (EG 36), corazón mismo del Evangelio.

3. Jesús, al asumir el amor humano, también lo perfeccionó (cfr. GS 49), dando al hombre y a la mujer un nuevo modo de amarse, que tiene su fundamento en la irrevocable fidelidad de Dios. Desde esta perspectiva, la Carta a los Efesios identifica en el amor nupcial entre el hombre y la mujer «el gran misterio» que hace presente en el mundo el amor entre Cristo y la Iglesia (cfr. Ef 5,31-32). Ellos poseen el carisma (cfr. 1Cor 7,7) de edificar la Iglesia, con su amor esponsal y con la tarea de la procreación y educación de los hijos. Unidos por un vínculo sacramental indisoluble, los esposos viven la belleza del amor, de la paternidad, de la maternidad y de la dignidad de participar así en la obra creadora de Dios.

La familia en los documentos de la Iglesia

4. A lo largo de los siglos, la Iglesia no ha dejado de ofrecer su enseñanza constante sobre el matrimonio y la familia. Una de las expresiones más altas de este Magisterio la propuso el Concilio Ecuménico Vaticano II, en la Constitución pastoral Gaudium et Spes, que dedica un capítulo entero a la promoción de la dignidad del matrimonio y la familia (cfr. GS 47-52). Define el matrimonio como comunidad de vida y de amor (cfr. GS 48), situando al amor en el centro de la familia, mostrando, al mismo tiempo, la verdad de ese amor ante las diversas formas de reduccionismo presentes en la cultura contemporánea. El «verdadero amor entre marido y mujer» (GS 49) implica la entrega mutua, incluye e integra la dimensión sexual y la afectividad, conformemente al designio divino (cfr. GS 48-49). Además, Gaudium et Spes 48 subraya el arraigo en Cristo de los esposos: Cristo Señor «sale al encuentro de los esposos cristianos en el sacramento del matrimonio», y permanece con ellos. En la encarnación, Él asume el amor humano, lo purifica, lo lleva a plenitud, y dona a los esposos, con su Espíritu, la capacidad de vivirlo, impregnando toda su vida de fe, esperanza y caridad. De este modo, los esposos son consagrados y, mediante una gracia propia, edifican el Cuerpo de Cristo y constituyen una Iglesia doméstica (cfr. LG 11), de manera que la Iglesia, para comprender plenamente su misterio, mira a la familia cristiana, que lo manifiesta de modo genuino.

5. Siguiendo las huellas del Concilio Vaticano II, el Magisterio pontificio ha ido profundizando la doctrina sobre el matrimonio y la familia. En particular Pablo VI, con la Encíclica Humanae Vitae, puso de relieve el vínculo íntimo entre amor conyugal y engendramiento de la vida. San Juan Pablo II dedicó especial atención a la familia mediante sus catequesis sobre el amor humano, la Carta a las familias (Gratissimam Sane) y sobre todo con la Exhortación Apostólica Familiaris Consortio. En esos documentos, el Pontífice definió a la familia «vía de la Iglesia»; ofreció una visión de conjunto sobre la vocación al amor del hombre y la mujer; propuso las líneas fundamentales para la pastoral de la familia y para la presencia de la familia en la sociedad. En particular, tratando de la caridad conyugal (cfr. FC 13), describió el modo como los cónyuges, en su mutuo amor, reciben el don del Espíritu de Cristo y viven su llamada a la santidad.

6. Benedicto XVI, en la Encíclica Deus Caritas Est, retomó el tema de la verdad del amor entre hombre y mujer, que se ilumina plenamente sólo a la luz del amor de Cristo crucificado (cfr. DCE 2). Él recalca que: «El matrimonio basado en un amor exclusivo y definitivo se convierte en el icono de la relación de Dios con su pueblo y, viceversa, el modo de amar de Dios se convierte en la medida del amor humano» (DCE 11). Además, en la Encíclica Caritas in Veritate, pone de relieve la importancia del amor como principio de vida en la sociedad (cfr. CV 44), lugar en el que se aprende la experiencia del bien común.

7. El Papa Francisco, en la Encíclica Lumen Fidei, al afrontar el vínculo entre la familia y la fe, escribe: «El encuentro con Cristo, el dejarse aferrar y guiar por su amor, amplía el horizonte de la existencia, le da una esperanza sólida que no defrauda. La fe no es un refugio para gente pusilánime, sino que ensancha la vida. Hace descubrir una gran llamada, la vocación al amor, y asegura que este amor es digno de fe, que vale la pena ponerse en sus manos, porque está fundado en la fidelidad de Dios, más fuerte que todas nuestras debilidades» (LF 53).

Capítulo II
Conocimiento y recepción de la Sagrada Escritura
y los documentos de la Iglesia sobre matrimonio y familia

8. Nuestro tiempo eclesial se caracteriza por un amplio redescubrimiento de la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia. El renovado interés en las Sagradas Escrituras, en ámbito eclesial, ha marcado de modo diferenciado la vida de las diócesis, las parroquias y las comunidades eclesiales. Sin embargo, de las numerosas respuestas y observaciones recibidas resulta que el conocimiento, la comunicación y la recepción de las enseñanzas de la Iglesia concernientes a la familia tienen lugar mediante modalidades muy diversas, según las vivencias familiares, el tejido eclesial y el contexto socio-cultural. En las zonas en las que sigue viva una tradición cristiana y una pastoral bien organizada, se encuentran personas sensibles a la doctrina cristiana sobre el matrimonio y la familia. En otras partes, por motivos distintos, se encuentran numerosos cristianos que incluso ignoran la existencia de estas enseñanzas.

El conocimiento de la Biblia sobre la familia

9. En general, se puede decir que hoy la enseñanza de la Biblia, sobre todo de los Evangelios y las Cartas paulinas, es más conocida. Sin embargo, de parte de todas las Conferencias Episcopales se afirma que queda mucho por hacer para que tal enseñanza se convierta en el fundamento de la espiritualidad y la vida de los cristianos también en relación a la familia. Asimismo, en no pocas respuestas, se observa entre los fieles un gran deseo de conocer mejor la Sagrada Escritura.

10. En esta perspectiva, resalta cuán decisiva es la formación del clero y en particular la calidad de las homilías, sobre lo que recientemente el Santo Padre Francisco ha insistido (cfr. EG 135-144). En efecto, la homilía es un instrumento privilegiado para presentar a los fieles la Sagrada Escritura en su valor eclesial y existencial. Gracias a una predicación adecuada, se pone al pueblo de Dios en la condición de apreciar la belleza de la Palabra que atrae y conforta a la familia. Junto con la homilía se reconoce como otro instrumento importante el hecho de promover en el seno de las diócesis y las parroquias cursos que ayuden a los fieles a acercarse a las Escrituras de modo adecuado. Se sugiere no tanto multiplicar iniciativas pastorales, sino animar bíblicamente toda la pastoral familiar. Toda circunstancia en la que la Iglesia está llamada a cuidar de los fieles, en el ámbito de la familia, es una ocasión para que el Evangelio de la familia sea anunciado, experimentado y apreciado.

Conocimiento de los documentos del Magisterio

11. El conocimiento de los documentos conciliares y postconciliares del Magisterio sobre la familia, de parte del pueblo de Dios, en general es escaso. Ciertamente, los entendidos en ámbito teológico los conocen. Sin embargo, al parecer estos textos no impregnan profundamente la mentalidad de los fieles. También hay respuestas que reconocen con franqueza que, entre los fieles, dichos documentos no se conocen en absoluto. En algunas respuestas, se observa que a veces los documentos se perciben como realidades un poco “exclusivas”, especialmente entre los laicos que no gozan de una preparación previa. Se nota un cierto cansancio a la hora de tomar estos textos y estudiarlos. A menudo, si no hay alguien preparado, que sea capaz de hacer una introducción a su lectura, estos documentos se consideran difíciles de abordar. Sobre todo, se siente la necesidad de mostrar el carácter existencial de las verdades que se afirman en los documentos.

La necesidad de sacerdotes y ministros preparados

12. Algunas de las observaciones recibidas imputan la responsabilidad de la escasa difusión de este conocimiento a los pastores, que, según el juicio de algunos fieles, no conocen en profundidad el tema matrimonio-familia de los documentos, ni parece que tengan los instrumentos para desarrollar esta temática. De otras observaciones recibidas, se deduce que los pastores, a veces, se sienten inadecuados y faltos de preparación para tratar problemáticas relativas a la sexualidad, la fecundidad y la procreación, de manera que con frecuencia se prefiere no afrontar estos temas. En algunas respuestas, se encuentra también una cierta insatisfacción respecto a algunos sacerdotes que parece que sean indiferentes respecto a determinadas enseñanzas morales. Su desacuerdo con la doctrina de la Iglesia genera confusión en el pueblo de Dios. Por esto, se pide que los sacerdotes estén más preparados y sean más responsables a la hora de explicar la Palabra de Dios y de presentar los documentos de la Iglesia concernientes al matrimonio y la familia.

Acogida diversificada de la enseñanza de la Iglesia

13. Un buen número de Conferencias Episcopales observa que, si se transmite en profundidad la enseñanza de la Iglesia con su genuina belleza, humana y cristiana, ésta es aceptada con entusiasmo por gran parte de los fieles. Cuando se logra mostrar una visión global del matrimonio y la familia según la fe cristiana, se percibe su verdad, bondad y belleza. La enseñanza es mayormente aceptada donde los fieles hacen un auténtico camino de fe, y no sienten sólo una curiosidad improvisada sobre lo que piensa la Iglesia acerca de la moral sexual. Por otra parte, numerosas respuestas confirman que, incluso cuando se conocen las enseñanzas de la Iglesia sobre matrimonio y familia, muchos cristianos manifiestan dificultades para aceptarlas integralmente. En general, se mencionan elementos parciales de la doctrina cristiana, aunque relevantes, con respecto a los cuales se observa una resistencia, de distintos grados, como por ejemplo respecto al control de los nacimientos, el divorcio y las nuevas nupcias, la homosexualidad, la convivencia, la fidelidad, las relaciones prematrimoniales, la fecundación in vitro, etc. Muchas respuestas confirman que, por el contrario, la enseñanza de la Iglesia sobre la dignidad y el respeto por la vida humana es más amplia y fácilmente aceptada, al menos en principio.

14. Con razón, se señala que sería necesaria una mayor integración entre espiritualidad familiar y moral, que también permitiría comprender mejor el Magisterio de la Iglesia en ámbito de moral familiar. Alguna que otra intervención constata la importancia de valorar elementos de las culturas locales, que pueden ayudar a comprender el valor del Evangelio; es el caso de gran parte de la cultura asiática, con frecuencia centrada en la familia. En estos contextos, algunas Conferencias Episcopales afirman que no es difícil integrar las enseñanzas de la Iglesia sobre la familia con los valores sociales y morales del pueblo, presentes en estas culturas. Con esto se quiere llamar la atención sobre la importancia de la interculturalidad en el anuncio del Evangelio de la familia. En definitiva, en las respuestas y observaciones recibidas resulta evidente la necesidad de poner en marcha itinerarios formativos concretos y posibles, que representen una introducción a las verdades de la fe que atañen a la familia, sobre todo para poder apreciar su profundo valor humano y existencial.

Algunos motivos de la dificultad de recepción

15. Algunas Conferencias Episcopales ponen de relieve que el motivo de tanta resistencia a las enseñanzas de la Iglesia acerca de la moral familiar es la falta de una auténtica experiencia cristiana, de un encuentro personal y comunitario con Cristo, que ninguna presentación —aunque sea correcta— de una doctrina puede sustituir. En este contexto, se lamenta la insuficiencia de una pastoral preocupada sólo de administrar los sacramentos, sin que a esto corresponda una verdadera experiencia cristiana atrayente. Además, la gran mayoría de las respuestas pone de relieve el creciente contraste entre los valores que propone la Iglesia sobre matrimonio y familia y la situación social y cultural diversificada en todo el planeta. Existe unanimidad en las respuestas también en relación a los motivos de fondo de las dificultades a la hora de acoger la enseñanza de la Iglesia: las nuevas tecnologías difusivas e invasivas; la influencia de los medios de comunicación de masas; la cultura hedonista; el relativismo; el materialismo; el individualismo; la creciente secularización; el hecho de que prevalgan concepciones que han llevado a una excesiva liberalización de las costumbres en sentido egoísta; la fragilidad de las relaciones interpersonales; una cultura que rechaza decisiones definitivas, condicionada por la precariedad, la provisionalidad, propia de una “sociedad líquida”, del “usar y tirar”, del “todo y en seguida”; valores sostenidos por la denominada “cultura del descarte” y de lo “provisional”, como recuerda frecuentemente el Papa Francisco.

16. Algunos recuerdan los obstáculos debidos al largo dominio de ideologías ateas en numerosos países, que crearon una actitud de desconfianza respecto de las enseñanzas religiosas en general. Otras respuestas hacen referencia a las dificultades que encuentra la Iglesia ante las culturas tribales y las tradiciones ancestrales, en las que el matrimonio tiene características bastante diferentes respecto a la visión cristiana, como por ejemplo el hecho de sostener la poligamia u otras visiones que contrastan con la idea de matrimonio indisoluble y monogámico. Está claro que los cristianos que viven en estos contextos necesitan un fuerte apoyo de parte de la Iglesia y las comunidades cristianas.

Promover un mejor conocimiento del Magisterio

17. Muchas respuestas plantean el tema de la necesidad de encontrar nuevos modos para transmitir las enseñanzas de la Iglesia sobre matrimonio y familia. Mucho depende de la madurez de la Iglesia particular, de su tradición al respecto y de los recursos efectivos disponibles sobre el territorio. Sobre todo, se reconoce la necesidad de formar agentes pastorales capaces de mediar el mensaje cristiano de modo culturalmente adecuado. En cualquier caso, casi la totalidad de las respuestas afirma que, a nivel nacional, existe una Comisión para la Pastoral de la Familia y el Directorio de la Pastoral Familiar. Generalmente, las Conferencias Episcopales proponen la enseñanza de la Iglesia mediante documentos, simposios y una animación capilar; así como, a nivel diocesano, se trabaja mediante varios organismos y comisiones. Ciertamente tampoco faltan respuestas que revelan una situación difícil para la organización eclesial, en la que faltan recursos económicos y humanos para poder organizar de modo continuado una catequesis sobre la familia.

18. Muchos recuerdan que es decisivo establecer relaciones con centros académicos adecuados y preparados sobre temáticas familiares, a nivel doctrinal, espiritual y pastoral. En algunas respuestas, se refiere acerca de conexiones a nivel internacional entre centros universitarios y diócesis, incluso en zonas periféricas de la Iglesia, que resultan provechosas para promover momentos formativos de calidad sobre matrimonio y familia. Un ejemplo, varias veces citado en las respuestas, es la colaboración con el Pontificio Instituto Juan Pablo II para los estudios sobre matrimonio y familia de Roma, con diversas sedes en todo el mundo. Al respecto, varias Conferencias Episcopales recuerdan la importancia de desarrollar las intuiciones de San Juan Pablo II sobre la teología del cuerpo, en las cuales se propone un acercamiento fecundo a las temáticas de la familia, con sensibilidad existencial y antropológica, abierto a las nuevas instancias emergentes en nuestro tiempo.

19. Por último, es una consideración común que la catequesis sobre matrimonio y familia hoy no se puede limitar solamente a la preparación de la pareja al matrimonio; es necesaria una dinámica de acompañamiento vinculado a la experiencia que, mediante testigos, muestre la belleza de lo que nos transmiten el Evangelio y los documentos del Magisterio de la Iglesia sobre la familia. Mucho antes de que se presenten para el matrimonio, los jóvenes necesitan que se les ayude a conocer lo que la Iglesia enseña y por qué lo enseña. Muchas respuestas ponen de relieve la función de los padres en la catequesis específica sobre la familia. Los padres tienen un rol insustituible en la formación cristiana de los hijos en relación al Evangelio de la familia. Esta tarea requiere una profunda comprensión de su vocación a la luz de la doctrina de la Iglesia. Su testimonio ya es una catequesis viviente, no sólo en la Iglesia, sino también en la sociedad.


Capítulo III
Evangelio de la familia y ley natural

El nexo entre Evangelio de la familia y ley natural

20. En el contexto de la acogida de la enseñanza de la Iglesia sobre matrimonio y familia es necesario tener presente el tema de la ley natural. Aquí se considera el hecho que los documentos magisteriales a menudo hacen referencia a este vocabulario, que hoy presenta dificultades. La perplejidad acerca del concepto de ley natural —que hoy existe a gran escala—suele repercutir de modo problemático en algunos elementos de la doctrina cristiana sobre el tema. En realidad, lo que subyace en la relación entre Evangelio de la familia y ley natural no es tanto la defensa de un concepto filosófico abstracto, como la necesaria relación que el Evangelio establece con lo humano en todas sus declinaciones históricas y culturales. «La ley natural responde así a la exigencia de fundar sobre la razón los derechos del hombre y hace posible un diálogo intercultural e interreligioso» (CTI, En busca de una ética universal: una mirada nueva sobre la ley natural, 35).

Problematismo de la ley natural hoy

21. A la luz de cuanto la Iglesia ha sostenido a lo largo de los siglos, examinando la relación entre el Evangelio de la familia y la experiencia común a toda persona, es posible considerar los numerosos problemas que se ponen de relieve en las respuestas al cuestionario respecto al tema de la ley natural. Para la gran mayoría de las respuestas y observaciones, en los distintos contextos culturales, hoy el concepto de “ley natural” resulta ser, como tal, bastante problemático, incluso incomprensible. Se trata de una expresión que se entiende de modos diferentes o sencillamente no se entiende. Numerosas Conferencias Episcopales, en contextos extremadamente distintos, afirman que, aunque la dimensión esponsal de la relación entre hombre y mujer generalmente se acepta como una realidad vivida, esto no se interpreta conformemente a una ley universalmente dada. Sólo un número muy restringido de respuestas y observaciones pone de relieve una adecuada comprensión de dicha ley a nivel popular.

22. Asimismo, de las respuestas y observaciones resulta que el adjetivo “natural” suele ser interpretado según un matiz subjetivo de “espontáneo”. Las personas son orientadas a valorar el sentimiento y la emotividad; dimensiones consideradas “auténticas” y “originales” y, por tanto, que “naturalmente” hay que seguir. Las visiones antropológicas subyacentes recuerdan, por una parte, la autonomía de la libertad humana, no necesariamente vinculada a un orden objetivo natural, y, por otra, la aspiración a la felicidad del ser humano, entendida como realización de los propios deseos. Por consiguiente, la ley natural se percibe como una herencia anticuada. Hoy, no sólo en Occidente, sino progresivamente en todas partes en la tierra, la investigación científica representa un serio desafío al concepto de naturaleza. La evolución, la biología y las neurociencias, al confrontarse con la idea tradicional de ley natural, llegan a la conclusión de que ésta no se puede considerar “científica”.

23. También la noción de “derechos humanos” se ve generalmente como una referencia a la autodeterminación del sujeto, no anclada en la idea de ley natural. Al respecto, muchos observan que los sistemas legislativos de numerosos países se encuentran con que tienen que reglamentar situaciones contrarias al dictado tradicional de la ley natural (por ejemplo, la fecundación in vitro, las uniones homosexuales, la manipulación de embriones humanos, el aborto, etc.). En este contexto, se sitúa la creciente generalización de la ideología denominada gender theory, según la cual el gender de cada individuo resulta ser sólo el producto de condicionamientos y necesidades sociales, dejando de este modo de tener plena correspondencia con la sexualidad biológica.

24. Además se señala ampliamente que lo que establece la ley civil —basándose en el positivismo jurídico, cada vez más dominante— se convierte también en moralmente aceptable en la mentalidad común. Lo que es “natural” lo suelen definir solamente el individuo y la sociedad, que se han convertido en los únicos jueces para las decisiones éticas. La relativización del concepto de “naturaleza” se refleja también en el concepto de “duración” estable en relación a la unión matrimonial. Hoy, un amor se considera “para siempre” sólo en relación a cuánto puede durar efectivamente.

25. Si, por una parte, se asiste a una pérdida de significado de la “ley natural”, por otra, como refieren varias Conferencias Episcopales de África, Oceanía y Asia oriental, en algunas regiones es la poligamia lo que se considera “natural”, así como también se considera “natural” repudiar a una mujer que no pueda dar hijos —y, entre estos, hijos varones— al marido. En otros términos, emerge que, desde el punto de vista de la cultura generalizada, la ley natural ya no se puede considerar universal, puesto que ya no existe un sistema de referencia común.

26. En las respuestas se pone de manifiesto la convicción generalizada del hecho que la distinción de los sexos posee un fundamento natural en la existencia humana. Existe, por tanto, gracias a la fuerza de la tradición, de la cultura y de la intuición, el deseo de mantener la unión entre el hombre y la mujer. La ley natural, pues, es universalmente aceptada “de hecho” por los fieles, aunque no se vea la necesidad de justificarla teóricamente. Puesto que el venir a menos del concepto de ley natural tiende a disolver el vínculo entre amor, sexualidad y fertilidad, entendidos como esencia del matrimonio, muchos aspectos de la moral sexual de la Iglesia hoy no se entienden. En esto se basa una cierta crítica a la ley natural, incluso de parte de algunos teólogos.

Contestación práctica de la ley natural sobre la unión entre hombre y mujer

27. Considerando el escaso uso que se hace actualmente de la referencia a la ley natural en numerosas realidades académicas, las contestaciones mayores provienen de la práctica afianzada del divorcio, de la convivencia, de la contracepción, de los procedimientos artificiales de procreación y de las uniones homosexuales. Entre las poblaciones más pobres y menos influenciadas por el pensamiento de Occidente —aquí se hace referencia, en particular, a algunos Estados africanos— se han puesto de relieve otros tipos de contestación de esta ley, como los fenómenos del machismo, la poligamia, los matrimonios entre adolescentes y preadolescentes, el divorcio en caso de esterilidad o, en cualquier caso, de falta de descendencia masculina, así como el incesto y otras prácticas aberrantes.

28. En casi todas las respuestas, incluidas las observaciones, se registra el número creciente de casos de familias “ampliadas”, sobre todo por la presencia de hijos de partners diferentes. En la sociedad occidental, en nuestros días son también numerosos los casos en los que los hijos, además de tener padres separados o divorciados —ya se hayan o no se hayan vuelto a casar— se encuentran con que los abuelos están en la misma situación. Asimismo, especialmente en Europa y en América del Norte (pero también en Estados de Asia oriental), se hallan casos en neto crecimiento de uniones matrimoniales que no están abiertas a la vida, así como de personas que se plantean su vida como singles. También aumentan netamente las familias monoparentales. En esos mismos continentes se asiste simultáneamente a un vertiginoso aumento de la edad matrimonial. Muchas veces, en especial modo en los Estados del norte de Europa y de América septentrional, los hijos se perciben como un obstáculo al bienestar de la persona y de la pareja.

29. Digna de mención es la voluntad de reconocer a nivel civil, en particular en algunas zonas de Asia, las uniones denominadas “multipersonales” entre individuos de orientaciones y de identidades sexuales distintas, basadas sólo en sus propias necesidades y en sus carencias individuales y subjetivas. En síntesis, se suele acentuar el derecho a la libertad individual sin compromiso: las personas se “construyen” sólo en base a sus propios deseos individuales. Lo que se juzga cada vez más “natural” es más que nada la “autorreferencialidad” de la gestión de los propios deseos y aspiraciones. A esto contribuye notablemente la influencia insistente de los medios de comunicación y el estilo de vida que exhiben algunas figuras del deporte y del espectáculo; aspectos, éstos, que ejercen su influencia también en los países en los cuales la cultura familiar tradicional parece haber resistido (África, Oriente Medio y Asia centro-meridional).

Una deseable renovación del lenguaje

30. La exigencia subyacente al uso tradicional de la expresión “ley natural” impulsa a mejorar el lenguaje y el marco conceptual de referencia, a fin de comunicar los valores del Evangelio de modo comprensible al hombre de hoy. En particular, de la gran mayoría de las respuestas y, todavía más, de las observaciones, emerge la necesidad de hacer mayor hincapié, decididamente, en el papel de la Palabra de Dios como instrumento privilegiado en la concepción de la vida conyugal y familiar. Se recomienda una mayor referencia al mundo bíblico, a sus lenguajes y formas narrativas. En ese sentido, es digna de relieve la propuesta de tematizar y profundizar el concepto, de inspiración bíblica, de “orden de la creación”, como posibilidad de releer de modo existencialmente más significativo la “ley natural” (cfr. la idea de ley escrita en el corazón en Rom 1,19-21 y 2,14-15). Se propone, asimismo, la insistencia en los lenguajes accesibles, como por ejemplo el lenguaje simbólico que utiliza la liturgia. Se recomienda también la atención al mundo juvenil, que hay que asumir como interlocutor directo, incluso sobre estos temas.

 

Capítulo IV
La familia y la vocación de la persona en Cristo

La familia, la persona y la sociedad

31. La familia es reconocida en el pueblo de Dios como un bien inestimable, el ambiente natural de crecimiento de la vida, una escuela de humanidad, de amor y de esperanza para la sociedad. Sigue siendo un espacio privilegiado en el que Cristo revela el misterio y la vocación del hombre. Junto a la afirmación compartida de este dato originario, la gran mayoría de las respuestas afirma que la familia puede ser ese lugar privilegiado, dejando entender —y a veces constatando explícitamente— que existe una distancia preocupante entre la familia en las formas como se la conoce hoy y la enseñanza de la Iglesia al respecto. La familia se encuentra objetivamente en un momento muy difícil, con realidades, historias y sufrimientos complejos, que requieren una mirada compasiva y comprensiva. Esta mirada es lo que permite a la Iglesia acompañar a las familias como son en la realidad y a partir de aquí anunciar el Evangelio de la familia según su necesidades específicas.

32. Se reconoce en las respuestas que durante muchos siglos la familia ha tenido un rol significativo en el seno de la sociedad: en efecto, ésta es el primer lugar en el que la persona se forma en la sociedad y para la sociedad. Al ser reconocida como el lugar natural para el desarrollo de la persona, es también el fundamento de toda sociedad y Estado. En síntesis, es definida como la “primera sociedad humana”. La familia es el lugar en el que se transmiten y se pueden aprender desde los primeros años de vida valores como la fraternidad, la lealtad, el amor por la verdad y el trabajo, el respeto y la solidaridad entre las generaciones, así como el arte de la comunicación y la alegría. Es el espacio privilegiado para vivir y promover la dignidad y los derechos del hombre y la mujer. La familia, basada en el matrimonio, representa el ámbito de formación integral de los futuros ciudadanos de un país.

33. Uno de los grandes desafíos de la familia contemporánea consiste en el intento de su privatización. Existe el riesgo de olvidar que la familia es la «célula fundamental de la sociedad, el lugar donde se aprende a convivir en la diferencia y a pertenecer a otros» (EG 66). Es preciso proponer una visión abierta de la familia, fuente de capital social, es decir, de virtudes esenciales para la vida común. En la familia se aprende lo que es el bien común, porque en familia se puede hacer experiencia de la bondad de vivir juntos. Sin familia el hombre no puede salir de su individualismo, ya que sólo en ella se aprende la fuerza del amor para sostener la vida, y «sin un amor fiable, nada podría mantener verdaderamente unidos a los hombres. La unidad entre ellos se podría concebir sólo como fundada en la utilidad, en la suma de intereses, en el miedo, pero no en la bondad de vivir juntos, ni en la alegría que la sola presencia del otro puede suscitar» (LF 51).

34. Será preciso reflexionar sobre lo que quiere decir hoy promover una pastoral capaz de estimular la participación de la familia en la sociedad. Las familias no son sólo una entidad que el Estado debe proteger, sino que deben recuperar su papel como sujetos sociales. En este contexto, son numerosos los desafíos para las familias: la relación entre la familia y el mundo del trabajo, entre la familia y la educación, entre la familia y la salud; la capacidad de unir entre ellas a las generaciones, a fin de que jóvenes y ancianos no sean abandonados; el desarrollo de un derecho de familia que tenga en cuenta de sus específicas relaciones; la promoción de leyes justas, como las que garantizan la defensa de la vida humana desde su concepción y las que promueven la bondad social del matrimonio auténtico entre el hombre y la mujer.

A imagen de la vida trinitaria

35. Un cierto número de respuestas hace hincapié en la imagen de la Trinidad reflejada en la familia. La experiencia del amor mutuo entre los esposos ayuda a comprender la vida trinitaria como amor: mediante la comunión que viven en familia los niños pueden entrever una imagen de la Trinidad. Recientemente, el Santo Padre Francisco recordó en sus catequesis sobre los sacramentos que «cuando un hombre y una mujer celebran el sacramento del Matrimonio, Dios, por decirlo así, se “refleja” en ellos, imprime en ellos los propios rasgos y el carácter indeleble de su amor. El matrimonio es la imagen del amor de Dios por nosotros. También Dios, en efecto, es comunión: las tres Personas del Padre, Hijo y Espíritu Santo viven desde siempre y para siempre en unidad perfecta. Y es precisamente este el misterio del matrimonio: Dios hace de los dos esposos una sola existencia» (Audiencia general del 2 de abril de 2014).

La Santa Familia de Nazaret y la educación al amor

36. De manera casi constante, en las respuestas se subraya la importancia de la familia de Nazaret como modelo y ejemplo para la familia cristiana. El misterio de la Encarnación del Verbo en el seno de una familia nos revela que ésta es un lugar privilegiado para la revelación de Dios al hombre. De hecho, se reconoce que precisamente la familia es el lugar ordinario y cotidiano del encuentro con Cristo. El pueblo cristiano mira a la familia de Nazaret como ejemplo de relación y de amor, como punto de referencia para toda realidad familiar y como consuelo en la tribulación. A la familia de Nazaret la Iglesia se dirige para encomendar a las familias en su realidad concreta de alegría, esperanza y dolor.

37. Las respuestas recibidas ponen de relieve la importancia del amor vivido en familia, definida como “signo eficaz de la existencia del amor de Dios”, “santuario del amor y de la vida”. La primera experiencia de amor y de relación tiene lugar en familia: se subraya la necesidad de que cada niño cuente con el calor y el cuidado protector de los padres y viva en una casa donde habita la paz. Los niños deben poder percibir que Jesús está con ellos y nunca están solos. La soledad de los niños a causa de la mayor fragilidad de los vínculos familiares está presente, en particular, en algunas áreas geográficas. Asimismo, las correcciones deben tener como finalidad que los niños puedan crecer en un ambiente familiar donde se viva el amor, y los padres realicen su vocación a ser colaboradores de Dios en el desarrollo de la familia humana.

38. Se subraya con insistencia el valor formativo del amor que se vive en familia, no sólo para los hijos, sino para todos sus miembros. Así, se define a la familia “escuela de amor”, “escuela de comunión”, “escuela de relaciones”, el lugar privilegiado donde se aprende a construir relaciones significativas, que ayuden al desarrollo de la persona hasta llegar a la capacidad de entregarse. Algunas respuestas subrayan que el conocimiento del misterio y la vocación de la persona humana está vinculado al reconocimiento y a la acogida en el seno de la familia de los diferentes dones y capacidades de cada uno. Emerge aquí la idea de la familia como “primera escuela de humanidad”: en esto se la considera insustituible.

Diferencia, reciprocidad y estilo de vida familiar

39. El papel de los padres, primeros educadores en la fe, se considera esencial y vital. No pocas veces se hace hincapié en el testimonio de su fidelidad y, en particular, en la belleza de su diferencia; a veces se afirma simplemente la importancia de los distintos roles de padre y madre. En otros casos, se subraya el carácter positivo de la libertad, la igualdad entre los cónyuges y su reciprocidad, así como la necesidad de que ambos padres participen tanto en la educación de los hijos como en las tareas domésticas, como afirman algunas respuestas, llegadas sobre todo de Europa.

40. En relación a la diferencia, a veces también se subraya la riqueza de la diferencia intergeneracional que se puede experimentar en familia, en cuyo seno se viven acontecimientos decisivos como el nacimiento y la muerte, los éxitos y las desventuras, los logros alcanzados y las desilusiones. A través de estos y otros acontecimientos, la familia se convierte en el lugar en el cual los hijos crecen en el respeto de la vida y la formación de su personalidad, atravesando cada período de su existencia.

41. En las respuestas se pone de relieve con insistencia la importancia de que los padres compartan y expliciten su fe, comenzando por el estilo de vida de la pareja en la relación entre ellos y con los hijos, pero también compartiendo su conocimiento y conciencia de Cristo, que —como constantemente se ha recalcado—debe estar en el centro de la familia. Así, en el contexto de una sociedad plural, los padres pueden ofrecer a sus hijos una orientación básica para la vida, que les sostenga incluso después de la infancia. Por esto, se afirma la necesidad de crear un espacio y un tiempo para estar juntos en familia y la necesidad de una comunicación abierta y sincera, en un diálogo constante.

42. Se subraya unánimemente la importancia de la oración en familia, como Iglesia doméstica (cfr. LG 11), donde alimentar una verdadera “cultura familiar de oración”. El auténtico conocimiento de Jesucristo, en efecto, se promueve en familia con la oración personal y, en particular, familiar, según las formas específicas y las ritualidades domésticas, que se consideran un modo eficaz para transmitir la fe a los niños. Asimismo, se insiste mucho en la lectura de la Escritura en común, así como en otras formas de oración, como la bendición de la mesa y el rezo del rosario. Se precisa, sin embargo, que la familia Iglesia doméstica no puede sustituir a la comunidad parroquial; además, se subraya la importancia de la participación familiar en la vida sacramental, en la Eucaristía dominical y en los sacramentos de la iniciación cristiana. En varias respuestas se subraya también la importancia de vivir el sacramento de la reconciliación y la devoción mariana.

Familia y desarrollo integral

43. Se subraya, por otra parte, la importancia de la familia para un desarrollo integral: la familia resulta fundamental para la maduración de los procesos afectivos y cognitivos que son decisivos para la estructuración de la persona. En cuanto ambiente vital en el que se forma la persona, la fam