Desde hace cinco años que algunos pocos diarios como ForumLibertas vienen informando de las masacres perpetradas por el grupo extremista islámico Boko Haram contra cristianos en Nigeria. Su actividad saltó a la fama recientemente por culpa del secuestro de más de 200 niñas estudiantes cristianas el 14 de abril en el norte del país africano.

Ésa situación cobró eco internacional y una campaña corrió como la pólvora en las redes sociales a golpe de click gracias al tan extendido activismo de ratón. Sin embargo, eso no ha servido para que las actividades de este grupo terrorista mengüen, ni si quiera para que la comunidad internacional se tome en serio esta amenaza que diezma día sí día también las filas de los pacientes cristianos nigerianos.

Ahora Boko Haram ha protagonizado una nueva ola de atentados que ya no son noticias. La atención que despertó el secuestro de las niñas –que aún siguen en cautiverio– se ha revelado pasajera.

Cientos de muertos en una nueva ola de atentados

El saldo sería de cientos de muertos. Varios ataques del grupo islamista ha provocado una masacre en aldeas del noroeste del país.

Algunos líderes locales indicaron que el ataque, ocurrido el martes, contra las localidades de Goshe, Attagara, Agapalwa y Aganjara, en el Estado de Borno, podría haber dejado 400 y 500 muertos. La información no ha podido ser confirmada con precisión aún, debido a la dificultad de comunicación con esta zona remota.

De confirmarse, se trataría de uno de los peores ataques del grupo islamista en sus cinco años de insurgencia. El pasado 5 de mayo, un ataque de ese grupo contra la ciudad cercana de Gamboru Ngala dejó unos 300 muertos.

El diputado Peter Biye calificó la matanza de "masiva" pero no se arriesgo a dar cifra de víctimas porque, dijo, "nadie puede llegar a esta zona donde siguen presentes los insurgentes". "Han tomado toda la zona", declaró Biye.

"Hay cuerpos tirados por toda la zona y gente que ha huido", señaló Biye, que representa a Gwoza en la cámara baja del parlamento.

Las informaciones que llegaban de esta región cercana a la frontera con Camerún señalaban que los insurgentes continuaron con su ataque el miércoles, robando reservas y comida y quemando propiedades.

"Cientos de cuerpos sin vida yacen allí... porque no queda nadie para enterrarlos", indicó un líder local en Attagara, que pidió el anonimato.(Juan Francisco Jiménez Jacinto-FORUM LIBERTAS)