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Copa en Brasil: el "juego de la vida" no admite espectadores
06 - 06 - 2014 - IGLESIA - América

Los obispos instan a no centrarse en las ganancias, advierten contra el turismo sexual, invitan a defender la dignidad e la persona y critican la 'institucionalidad de la excepción'

La Iglesia en Brasil ha distribuido en los últimos días un folleto sobre la Copa del Mundo. Se basa en el documento titulado "Playing for Life", redactado el mes pasado por el Consejo Permanente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), en donde indican que "la Iglesia en Brasil sigue con cariño y preocupación materna este gran evento que involucra varios países y protagonizará una oportunidad de amistad universal”.

El folleto que está también en la web de la CNBB tiene tres tarjetas: una roja, más de corte social; una azul, titulada 'El gol de la victoria' de aspectos positivos; y la amarilla en la que señala los compromisos de la Iglesia, entre los cuales luchar contra el turismo sexual y respetar la dignidad humana. Y tres números telefónicos gratuitos: para denunciar violaciones de los derechos humanos, ayuda a la mujer, y emergencia policial.

Expresa también su solidaridad hacia quienes debido a la construcción de las obras fueron heridos en su dignidad y han perdido a seres queridos, y porque comunidades enteras han sido desplazadas para construir estadios y obras estructurales.

“El éxito de la Copa del Mundo no se mide por los valores que inyectarán en la economía local o los beneficios que proveen a sus patrocinadores” indican. Y concluyen que “su éxito será garantizar la seguridad de todos, sin el uso de la violencia, respetando el derecho de las manifestaciones callejeras pacíficas, con la creación de mecanismos que impidan el trabajo de esclavos, la trata de personas y la explotación sexual, especialmente de las personas socialmente vulnerables, así como la lucha eficaz contra el racismo y la violencia”.

Los obispos invitaron así a la sociedad brasileña a unirse al proyecto "Copa de la Paz" y la campaña "Playing for Life” y a denunciar la trata de personas, de manera que el evento sea "recordado como un momento de fortalecimiento de la ciudadanía".

Siempre en Brasil, y más específicamente contra el turismo sexual, está la campaña 'Juega por la vida, denuncia la trata' promovida por Talitha Kum - la Red Internacional de la Vida Consagrada contra la Trata de Personas y presentada en mayo en la sala de prensa de la Santa Sede.

Talitha Kum son las palabras en arameo, el idioma hablado por Jesús y reportadas por el evangelio de san Marcos, con las cuales el Divino Maestro tomándo de la mano a una pequeña le dice: 'Niña, yo te digo: levántate'.

El cardenal brasileño João Braz de Aviz durante la conferencia de prensa ha indicado que ''esta campaña manifiesta la sintonía de la vida consagrada con el sentimiento del Santo Padre ante este crimen que él mismo ha definido como 'la llaga en el cuerpo de la humanidad contemporánea, una llaga en la carne de Cristo''.

Lea el texto completo:

Jugando por la Vida Mensaje CNBB con motivo de la Copa del Mundo

En cuanto derecho humano de valor especial, el deporte es necesario para una vida sana y no tiene que ser subestimado por ningún pueblo. De todos los deportes, los brasileños tiene una particular pasión por el fútbol. Así se explica la expectativa y alegría con que la que la mayoría de los brasileños espera la Copa del Mundo que se celebrará por segunda vez en nuestro país.

"Fiel a su misión evangelizadora, la Iglesia en Brasil sigue con cariño, con presencia amorosa, materna y solidaria, este gran evento que reunirá a varios países y protagonizará la oportunidad de un momento de amistad universal, en la alegría que el deporte puede traer al espíritu humano, así como los valores más profundos que es capaz de nutrir”, como nos recuerda el Santo Padre.

Los brasileños identificados por su hospitalidad y alegría, sabrán acoger a aquellos que, desde todas partes del mundo vengan a nuestro país con ocasión de la Copa. Nuestros visitantes tendrán la oportunidad de conocer la riqueza cultural que caracteriza a nuestra tierra a su gente, su arte, su religiosidad, su patrimonio histórico y su extraordinaria diversidad ambiental.

Por tanto, la Copa se convierte en ocasión para reflexionar sobre la sociedad pacífica y las relaciones culturales entre todos los pueblos, así como en los aspectos sociales y económicos que implican el deporte que es la armonía, y que el dinero y el éxito no prevalezcan como el objeto final, como alerta el Papa Francisco.

Lamentamos que en la preparación de la Copa, este último aspecto haya prevalecido sobre los otros, motivando manifestaciones populares que con acierto reivindican la soberanía del país, el respeto hacia los más vulnerables y efectivas políticas públicas que eliminen la miseria, detengan la violencia y garanticen vida digna para todos. Nos solidarizamos con aquellos que debido a las obras de la Copa han sido heridos en su dignidad y visitados por el dolor de la pérdida de seres queridos.

No es posible aceptar que por causa de la Copa, familias y comunidades enteras hayan sido desplazadas para construir estadios y otras obras estructurales, en una clara violación del derecho a la vivienda. Tampoco se puede admitir que la Copa profundice las desigualdades urbanas y la degradación ambiental y justifique la instauración progresiva de una institucionalidad de la excepción, mediante decretos, medidas provisorias y resoluciones.

“El éxito de la Copa del Mundo no se mide por los valores que inyectarán la economía local o los beneficios que proveen a sus patrocinadores” indican. Y concluyen que “su éxito es para garantizar la seguridad de todos, sin el uso de la violencia, respetando el derecho de las manifestaciones callejeras pacíficas, con la creación de mecanismos que impidan el trabajo de esclavos, la trata de personas y la explotación sexual, especialmente de las personas socialmente vulnerables, así como la lucha eficaz contra el racismo y la violencia”.

La sociedad brasileña está invitada a adherir al proyecto 'Copa de la Paz' y a la campaña “Jugando a favor de la vida – denuncie la trata de personas”. El objetivo es contribuir para que la Copa del Mundo en nuestro país sea recordada como tiempo de fortalecimiento de la ciudadanía. Por medio de estas iniciativas la Iglesia se vuelve presente en la vida política y social del país, cumpliendo su misión evangelizadora. Y al mismo tiempo invitamos a las diócesis en cuyo territorio están localizadas las ciudades sede de la Copa, a ofrecer especial atención religiosa a sus diocesanos y a los visitantes.

El partido va a comenzar y Brasil se vuelve en este momento un inmenso campo, sin tribunas o vestuarios. Estamos convocados para formar un único equipo, en el cual todos seremos titulares en el juego de la vida, el que no admite espectadores. Avanzando en la misma dirección, marcaremos el gol de la victoria sobre todo lo que se opone al mayor bien que Dios nos ha dado: la vida. Esta es la “corona incorruptible” (1Cor 9,25) que buscamos y que queremos recibir al final de la Copa. ¡Entonces todos seremos vencedores!

Que la patrona de Brasil, Nuestra Señora Aparecida, nos conceda su bendición y protección en este tiempo de fraternidad y amistad entre los pueblos.