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Japón, los obispos al gobierno: es un error volver a la energía nuclear
05 - 06 - 2014 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Ecología

Un día antes de la visita en Vaticano del primer ministro Shinzo Abe, el obispo Isao Kikuchi insiste en la preferencia por las energías renovables pidiendo un esfuerzo “por el bien de las nuevas generaciones” . Basta con mirar-dice Kikuchi- los centenares de voluntarios, católicos y no católicos, que trabajan con Cáritas en el área de Sendai, la zona más debastada por el terremoto de 2011, para entender cuál es la elección justa.

Al premier Shizon Abe le pedimos que abandone la vía de la energía nuclear. Pero nuestro pueblo, para elegir realmente la vía alternativa de las energías renovables, debe estar preparado a cambiar su estilo de vida. De no ser así, es sólo hipocresía”. El obispo japonés Isao Kikuchi toca un tema delicado y denuncia el riesgo de una visión puramente ideológica de la cuestión nuclear. Misionario de 56 años, Kikuchi es obispo de Niigata y presidente de Cáritas Japón, organismo que ha asumido un papel y un prestigio importante en el país del Sol naciente, dado el trabajo de los últimos tres años después del terremoto, el tsunami y el desastre de la central de Fukushima. Unas 267 mil personas viven en refugios temporales en las zonas afectadas y Cáritas continua su obra de asistencia, rehabilitación de los desplazados y reconstrucción. Ademá acaba de anunciar que el apoyo seguirá durante los próximos tres años.

Un día antes de la visita en Vaticano del premier japonés Shizo Abe, el obispo Kikuchi, en una conversación exclusiva con Vatican Insider, interviene en el debate que ha atraversado el país desde el día siguiente del desastre nuclear y que, tres años después de aquel fatídico 11 de marzo de 2011, ha vuelto a la primera página. También a causa del dietro-front del gobierno de Tokio: en la ola emotiva de los daños causados por la planta de Daiichi, el ejecutivo entonces dirigido por Naoto Kan, anunció públicamente el adios a la energía nuclear y la puesta en marcha de un plan de reconversión a fuentes energéticas renovables. Su sucesor Abe, un año y medio después de su llegada al poder, ha hecho la vaga promesa de “plantear de nuevo en la política energética nacional en la era post-Fukushima”. En el nuevo plan para la energía presentado en febrero de 2014, se define la energía nuclear como una “importante fuente de energía eléctrica” a largo plazo, y se prevé la reactivación de una docena de los 50 reactores nucleares, aún hoy cerrados en espera de una revisión de las plantas.

Los obispos japoneses ya en noviembre de 2011 pidieron oficialmente “la detención inmediata de todas las centrales nucleares en Japón” y el “inicio de un camino en la búsqueda de fuentes energéticas alternativas”. Hoy, frente al clamamoroso cambio en la política energética y la elección por la energía nuclear del gobierno Abe, confirman su posición, sin esconder su perplejidad y desacuerdo. “El debate en la nación fue serio y profundo –recuerda Kikuchi-- e involucró a todos los sectores de la sociedad. Los obispos cristianos y los líderes de otras comunidades religiosas han expresado su apoyo a la elección de fuentes energéticas alternativas para tutelar al hombre y al ambiente. Promover fuentes de energía renovables es la única posibilidad que tenemos y la única vía responsable a tomar por el bien de las nuevas generaciones en Japón”. Sin embargo, para no quedarnos en una mera declaración de principios “esta idea –explica-- debe ir de la mano con un cambio en nuestro estilo de vida. Si mantenemos el actual estilo de vida, con un altísimo consumo energético, la promoción de la fuentes de energía alternativas me parece bastante hipócrita. Cada persona debe estar realmente dispuesta a renuncar a algo, por el bien común de los hombres, de sus propios hijos y de todas las criaturas de Dios”.

Y mientras las autoridades de Fukushima, un territorio que todavía hoy vive las consecuencias del accidente nuclear, pretenden pasar antes de 2040 a una alimentación basada al 100% en energías renovables –una elección a contra corriente hoy en día, respecto a la agenda del gobierno-- el obispo no esconde los problemas reales que se podrán afrontar sólo con una clara voluntad política: “La idea está bien. Sin embargo, para elegir las soluciones energéticas alternativas es necesario aclarar que hacer con los residuos nucleares que se han acumulados en los últimos años. ¿Queremos dejar este problema a las próximas generaciones mientras nosotros continuamos a disfrutar de una vida que sólo piensa en el bienestar presente? Esta pregunta nos lleva a analizar el problema desde lo más profundo”. El Japón de hoy, la nación entera, está “llamada a un profundo examen de conciencia para llevar a cabo elecciones cruciales para su futuro”. “También entre las comunidades católicas –asegura el obispo-- algunos parecen apreciar la decisión del gobierno porque piensan que permitiría mantener su actual estilo de vida: tienen miedo de perder algunas cosas”.

Pero hoy, según Kikuchi, basta con mirar los centenares de voluntarios, católicos y no católicos, que trabajan con Cáritas en el área de Sendai, la zona más debastada por el terremoto de 2011, para entender cuál es la elección justa: “La Iglesia católica en Japón quiere caminar junto a las personas víctimas del desastre de hace tres años hasta que no recuperarán sus vidas normales. Muchos viven todavía en condiciones precarias. Otros sufren problemas como ansiedad o depresión y parecen haber perdido la esperanza. Intentamos acompañarles en su vida para que puedan recuperar la confianza y la esperanza en el futuro. Esta es la vía de la misericordia”.(VATICAN INSIDER)