Conforme pasaron las semanas, se fue arrojando luz sobre un caso en el que el sacerdote pasó de presunto culpable a víctima de una supuesta trama de chantajes y extorsiones por las que quedaron imputados cuatro miembros del clan «Zapato Veloz». Ahora, se ha dado un paso más en el caso con la detención de otras dos personas: un vecino de Pedrola, vinculado familiarmente con ese clan; y una mujer, residente en Tarazona.
Al hombre detenido ahora se le acusa de haber propinado una paliza al sacerdote, y a la mujer de haberle extorsionado.
A raíz de la denuncia que presentó contra el sacerdote uno de los miembros del clan «Zapato Veloz», Florencio Garcés llegó a ser acusado por la Guardia Civil de hasta cinco delitos de grueso calibre (abusos sexuales continuados, apropiación indebida, coacciones, blanqueo de capitales y simulación de delitos), y fue considerado inicialmente por el juzgado como un presunto delincuente con riesgo de fuga.
Florenció Garcés quedó finalmente libre de todos los cargos, si bien no ha vuelto a reincorporarse a su puesto de párroco de Borja, que ejerció durante cuarenta años. Cuando fue detenido, el vecindario se movilizó para mostrar su apoyo y solidaridad con el párroco. (CAMINEO)