Un grupo de obispos católicos estadounidenses acudió el jueves al Washington D.C. para presionar al liderazgo republicano de la Cámara de Representantes a que apruebe una reforma migratoria comprensiva similar a la votada por el Senado el 27 de junio del año pasado.

Los miembros del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos (USCCB, por sus siglas en inglés), celebraron una misa para inmigrantes y sus familias en la iglesia de San Pedro, en el Capitolio, la que fue presidida por el Arzobispo de Miami, Thomas Wenski.
Los religiosos oraron por los miembros del Congreso para que tengan "coraje político" y actúen "en este asunto vital de la reforma migratoria", dijeron.
El pasado 1 de abril el grupo celebró una misa con similares propósitos en la frontera de Arizona con México, donde además honraron las almas de más de 6 mil muertos registrados en el desierto desde 1996, cuando entró en vigor el Operativo Guardían.
Antes de la celebración de la misa, los obispos se reunieron con inmigrantes y escucharon las historias de jóvenes indocumentados conocidos como dreamers, quienes vinieron a Estados Unidos siendo niños. Los soñadores compartieron las experiencias de la separación de sus padres que han sido deportados por no tener papeles de estadía legal en el país.
La agenda de los obispos incluye una visita a miembros de la Cámara de Representantes, entre ellos el presidente del Congreso, John Boehner (republicano de Ohio), para instarlos a considerar el voto de una legislación de reforma de inmigración tan pronto como sea posible.
"El momento de actuar es ahora", dijo el Obispo Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de Seattle y presidente del Comité de Obispos para la Migración.
"Tenemos la intención de transmitir la urgencia moral de esta cuestión a nuestros funcionarios electos. El retraso por más tiempo es inaceptable".
En su homilía, el arzobispo Wenski señaló que los Estados Unidos no puede aceptar el trabajo y los impuestos de los trabajadores inmigrantes indocumentados sin ofrecerles la protección de la ley.
"Nuestro sistema de inmigración es una mancha en el alma de nuestra nación. Como una cuestión moral, se debe cambiar. Debemos orar para que nuestros funcionarios electos reconozcan esto y tengan el valor de reformarlo", dijo.
La reforma migratoria se encuentra estancada en la Cámara de Representantes desde el 27 de junio del año pasado, cuando el Senado aprobó el proyecto S. 744, que incluye la ciudadanía para indocumentados que no han cometido delitos criminales.
El liderazgo republicano de la Cámara advirtió, antes de su aprobación, que debatiría un plan propio y que lo haría por partes, pero a la fecha no ha avanzado ninguna iniciativa en el pleno.
Siete meses después, a finales de enero, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano por Ohio John Boehner, entregó una lista de principios que incluía una vía de legalización similar a la recomendada por el Senado, pero una semana después el mismo Boehner dijo que la Cámara de Representantes no discutiría un plan de reforma migratoria en 2014.
El gobierno federal de EEUU es el principal empleador de indocumentados y también uno de los que peor paga.
En marzo los demócratas presentaron una petición de descargo (discharge petition) para forzar un voto del plan H.R. 15, entregado en octubre del año pasado y que se basa en el proyecto del Senado con cambios en una polémica enmienda de seguridad.
El H.R. 15, como el proyecto S. 744, incluye la ciudadanía para los indocumentados. Los republicanos tienen vigente la regla Hastert, que sólo permite enviar al pleno iniciativas que tengan el respaldo de la mayoría de la mayoría, es decir 118 de los 234 votos republicanos.
La petición de descarga anula la regla Hastert, pero requiere 218 votos y los demócratas sólo cuentan con 201. A la fecha esta instancia ha conseguido 193 votos, ninguno de ellos republicano.
Se acaba el tiempo
La semana pasada el presidente Barack Obama, líderes demócratas del Congreso y el congresista republicano por Florida, Mario Díaz-Balart, quien trabaja en un grupo que redacta en secreto varias iniciativas de reforma, advirtieron que se acaba el plazo para que la Cámara apruebe una reforma y que la fecha clave es a principios de agosto, antes del receso de vacaciones de verano.
El grupo de obispos que viajó al Capitolio lo integran el Arzobispo Thomas Wenski de Miami; el Obispo Elizondo; el Obispo John Wester de Salt Lake City; Obispo Oscar Cantú de Las Cruces, New Mexico; y el Obispo Gerald Kicanas de Tucson, Arizona.
"La única solución verdadera para este sistema migratorio inadecuado es que el Congreso actúe", dijo Elizondo. "Necesitamos un debate y un voto sobre este tema. La falta de acción equivale a apoyar el sistema actual, el cual el país está de acuerdo en que debe ser cambiado", agregó.(VALORES RELIGIOSOS)