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Santo Padre: No somos dueños de la creación
22 - 05 - 2014 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Ecología

«¡Si nosotros destruimos la creación, la creación nos destruirá! ». Papa Francisco prosiguió con el ciclo de catequesis dedicada a «los dones del Espíritu Santo» y reflexionó sobre la ciencia. 

«Cuando se habla de ciencia, el pensamiento va inmediatamente a la capacidad del hombre de conocer siempre mejor la realidad que lo circunda y de descubrir las leyes que regulan la naturaleza y el universo», dijo Papa Bergoglio. Sin embargo, explicó, la ciencia que «viene del Espíritu Santo no se limita al conocimiento humano: es un don especial que nos lleva a percibir, a través de la creación, la grandeza y el amor de Dios y su relación profunda con cada criatura».


La contemplación de Dios, en la belleza de la naturaleza y en la grandiosidad del cosmos, provoca una reacción parecida a la que sentimos cuando «admiramos una obra de arte o cualquier maravilla que sea fruto del ingenio y de la creatividad del hombre: de frente a todo esto, el Espíritu nos lleva a alabar al Señor desde lo profundo de nuestro corazón y a reconocer, en todo lo que tenemos y somos, un don inestimable de Dios y un signo de su infinito amor por nosotros». El Papa recordó, retomando los Ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, que «en el primer capítulo del Génesis precisamente al inicio de toda la Biblia, se pone en evidencia que Dios se complace de su creación, subrayando repetidamente la belleza y la bondad de cada cosa. Al final de cada jornada, está escrito: “Dios vio que era cosa buena”. Pero si Dios ve que la creación es una cosa buena y una cosa bella, también nosotros tenemos que tener esta actitud: de ver que la creación es cosa buena y bella. Y con el don de la ciencia, por esta belleza, alabamos a Dios, agradecemos a Dios por habernos dado ¡tanta belleza! Y este es el camino. Y cuando Dios terminó de crear al hombre no dijo “vio que era cosa buena”, dijo que era “muy buena”, nos acerca a Él. Y a los ojos de Dios nosotros somos lo más bello, lo más grande, lo más bueno de la creación. Pero padre, ¿los ángeles? ¡No! Los ángeles están más abajo nuestro, ¡nosotros somos más que los ángeles! Lo escuchamos en el libro de los Salmos. ¡Nos quiere el Señor!». Y es en esta perspectiva, subrayó, «que logramos captar en el hombre y en la mujer el culmen de la creación, como cumplimiento de un designio de amor que está impreso en cada uno de nosotros y que nos hace reconocernos como hermanos y hermanas».



«Todo esto –prosiguió Francisco– es fuente de serenidad y de paz y hace del cristiano un gozoso testigo de Dios, en las huellas de San Francisco de Asís y otros muchos santos que supieron alabar y cantar su amor a través de la contemplación de la creación. Al mismo tiempo, sin embargo, el don de ciencia nos ayuda a no caer en algunas actitudes excesivas o equivocadas», empezando por el peligro de «considerarnos dueños de la creación». «Custodiar la creación, no adueñarse de la creación –añadió el Papa– es el regalo de Dios a nosotros! Nosotros somos custodios de la creación, pero cuando nosotros explotamos la creación, ¡destruimos el signo de amor de Dios! Destruir la creación es decir a Dios: “no me gusta, esto no es bueno”. ¿Y qué te gusta a ti? Me gusto a mí mismo: ¡éste es el pecado! ¿Han visto? La custodia de la creación es precisamente la custodia del don de Dios. Y también es decir al Señor: “gracias, yo soy el dueño de la creación. Pero para hacerla seguir adelante yo no destruiré jamás tu don”. Y esta debe ser nuestra actitud con respecto a la creación. Custodiarla, porque ¡si nosotros destruimos la creación, la creación nos destruirá!», exclamó el Papa.



«El próximo sábado, recordó Bergoglio al final de la audiencia, «comienzo el viaje a Tierra Santa, la tierra de Jesús. Será un viaje estrictamente religioso, primero para reunirme con mi hermano Bartolomeo I en el 50 aniversario del encuentro de Pablo VI con Atenágoras I. Pedro y Andrés se reuniran otra vez y esto es muy hermoso. El segundo motivo es rezar por la paz en esa tierra que tanto sufre», dijo Papa Francisco, que pidió las oraciones de los fieles. El Pontífice también recordó la próxima beatificación de Mario Vergara e Isidoro Ngei Ko Lat, y dedicó un pensamiento particular para «las poblaciones de Bosnia Herzegovina y Serbia duramente afectadas por inundaciones, con perdidas de vidas humanas, numerosos desplazados y daños». El 24 de mayo, recordó, «es la memoria litúrgica de la Beata Virgen María, socorro de los cristianos, venerada con mucha devoción en el santuario de Sheshán en Shangái. Pido a todos los fieles que recen para que bajo la protección de la Madre auxiliadora, los católicos en China sigan creyendo, esperando y amando, y para que sean, en cualquier circunstancia, fermento de armoniosa convivencia entre sus compatriotas». (VATICAN INSIDER)