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Los sacerdotes que cuelgan la sotana por una dama
19 - 05 - 2014 - VATICANO - Estadísticas

La carta escrita a Papa Francisco por 26 mujeres que afirman vivir relaciones sentimentales con sacerdotes ha vuelto a encender los reflectores sobre la “fuga del sacerdocio”. «Calcular el número no es para nada sencillo; existen cifras oficiales, difundidas por el Vaticano, pero se trata solo de números aproximativos debido a la objetiva dificultad para recopilar los datos», explicó el estudioso Davide Romano, que llevó a cabo un estudio sobre este tema. De 1970 a 1995 hubo 46 mil abandonos. 

El “Annuarium Statisticum Ecclesiae” que la Santa Sede publica cada año ofrece los números relacionados con los abandonos por parte del clero: el rubro incluye a los que han renunciado a la sotana por diferentes motivos. En 1998 hubo, por ejemplo, un total de 618 abandonos. “L’Osservatore Romano” hizo un cálculo, en 1997, comparando los datos de 1970 a 1995, y obtuvo una cifra de alrededor de 46 mil sacerdotes que abandonaron el ministerio.


Según el canonista Vincenzo Mosca, los sacerdotes que abandonarían su estado cada año serían más de mil en todo el mundo. Por cada ocho nuevos sacerdotes, por lo menos uno abandona su ministerio. Los sacerdotes reducidos al estado laico en todo el mundo, según Mosca, serían más de 50 mil.


Mauro Del Nevo, presidente de la asociación de presbíteros con familias “Vocatio”, no está de acuerdo. Según su opinión, habría que duplicar la cifra. «Solamente en Italia –indicó– los sacerdotes casados van de 8 a 10 mil y son 120 mil en todo el mundo». Los años durante los que llegaron más peticiones de dispensa del ejercicio del ministerio fueron 1976 y 1977: entre 2500 y 3 mil. Hoy en día se conceden entre 500 y 700 al año.


Amar a Dios y tener un amor terrenal: la Iglesia católica los condena, pero los religiosos que viven una relación sentimental son una realidad, y cada vez es más importante. Es cierto, se consagraron al servicio divino, hicieron votos de castidad y de obediencia, pero en determinado momento la soledad fue más fuerte.


Hoy en día son miles los que pertenecen al clero católico y, a pesar de conservar la fe y de ofrecer testimonio, viven una historia de amor entre los tormentos de la frustración, de la consiencia del pecado y de estar «fuera de la Iglesia», del sufrimiento ante una situación que se vive como una injusticia. Porque en una sociedad laica en la que todo está permitido, la vida sexual de los religiosos parece ser el último tabú. ¿Una Iglesia predica el amor y puede impedir que sus ministros amen? ¿Puede obligarlos a vivir la sexualidad en la clandestinidad y en la hipocresía? Muchos de ellos son protagonistas de historias dramáticas que oscilan entre la pasión humana y la intensidad de una vocación. Y sus voces de dolor, de remordimiento, pero también de fe, de alegría y esperanza imponen una reflexión.


«Durante siglos la Iglesia ha considerado a la mujer un demonio tentador, en cambio, nunca como desde cuando estoy casado he comprendido el sentido de la revelación cristiana», afirmó Giovanni Franzoni, teólogo y escritor de fama mundial, un manifiesto vivo en contra del celibato eclesiástico. «Mejor sacerdotes casados que los misioneros católicos que viven en el Tercer Mundo “more uxorio”, con sus compañeras», dice el abad benedictino de San Pablo extramuros, uno de los últimos protagonistas vivos del Concilio Vaticano II y que desde hace 40 años se opone a las posturas oficiales de la Santa Sede: desde el referéndum sobre el divorcio hasta la beatificación de Karol Wojtyla.


El ex-prior del monasterio de Chiaravalle Milanese (en Italia), Alberto Stucchi, dejó la orden por una mujer. Y no obtuvo ningún apoyo por parte de sus hermanos de la orden del císter, que le habrían dicho, «haz lo que quieras, pero a escondidas». Carlo Vaj, ex-sacerdote y psicoterapeuta, autor del libro “Totem y el bribón”, considera que el procedimiento que la Iglesia sigue para exonerar al sacerdote de las obligaciones contraídas es «un proceso kafkiano en el que se violan los derechos humanos más elementales, como el derecho a la defensa o el derecho a elegir libremente el domicilio, y en el que la psiquiatría se usa como instrumento de tortura». En 1971 el teólogo Joseph Ratzinger previó que habría llegado un día en el que serían realidad las ordenaciones de «cristianos maduros» casados; la cuestión sigue abierta.(VATICAN INSIDER)