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Falta de conformidad es una insania mental segĂșn los psiquiatras norteamericanos
30 - 04 - 2014 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Otros

La creciente tendencia autoritaria en occidente, que trata de eliminar el pensamiento independiente y la libertad de expresión, es algo que avanza inexorablemente y con el auxilio de la ciencia, como es el caso de la psiquiatría que ahora comenzó a declarar "insanos mentales a aquellos que se desvían de las normas, o sea de lo que opina la supuesta mayoría".

La psiquiatría moderna se ha convertido en un foco que trata de satanizar y declarar enfermos mentales a cualquier persona que se desvíe de lo que se considera como la norma. Esto es muy evidente en la última entrega de la industria del Manual de Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, o DSM, que considera a la gente que no se ajusta a lo que los responsables declaran normales como mentalmente insanos. Con lo que por ejemplo se llega a considerar que la homosexualidad es una conducta válida, en cambio la opinión contra ella es una insania mental, con el agravante de que la norma, según los psiquiatras, es lo que piensan ellos y quienes están en el poder, y no la mayoría de la población.

LA NUEVA CONDICIÓN DE INSANÍA MENTAL
La denominada “condición” por la que una persona puede optar por resistir la conformidad ha sido etiquetada por la profesión psiquiátrica como “trastorno de oposición desafiante” u ODD en inglés. El nuevo DSM define esta enfermedad como un “patrón continuo de comportamiento desobediente, hostil y desafiante”, y también lo agrupa junto con el trastorno de hiperactividad con déficit de atención o TDAH, otra condición inventada cuyo creador, el Dr. Leon Eisenberg, admitió en su lecho de muerte, que era falsa.
Como se puede sospechar de este tipo de descripción de composición abierta, casi cualquier conducta personal percibida por otra persona como indeseable o extraña puede ser categorizada como un síntoma de ODD. Los niños que tienen rabietas o pelean con sus hermanos, por ejemplo, podrían ser declarados con esta supuesta enfermedad mental, en la medida que expresen desacuerdo con sus padres o maestros.

La desobediencia y la rebeldía son comportamientos comunes entre los niños pequeños, y los padres se deben ocupar mucho de tales comportamientos mediante el ejercicio de la disciplina apropiada.
Al mismo tiempo, no todas las formas de desobediencia y la rebeldía están mal, dependiendo de la autoridad en cuestión y de la acción solicitada. Un niño al que le dice su maestro que debe mantener sus opiniones impopulares para sí mismo, por ejemplo, y que se resista a esta orden podría, estar simplemente ejerciendo su libertad de expresar desacuerdo. Y esto mismo vale para los adultos, lo cual tiene aún mas implicaciones para la libertad de expresión.

UNA HERRAMIENTA POLÍTICA
Pero ese es el problema con la categorización tan vaga de las condiciones como ODD, ya que prácticamente cualquier comportamiento fuera de lo común puede ser declarado de oposición desafiante, simplemente porque se opone a la situación actual.
Mentes famosas del pasado como Thomas Edison y Alexander Graham Bell, por ejemplo, cuyas ideas no convencionales podrían haber parecido una locura en su día, son los tipos de personas que se diagnosticarían con ODD o algún otro tipo de enfermedad mental.
Un peligro aún mayor en el uso de este enfoque subjetivo en el diagnóstico de la enfermedad mental, es que amenaza con restringir la libertad de expresión y la disidencia política.

El gobierno federal de EE.UU. ya ha tratado de declarar que quienes se oponen a sus políticas, o que simplemente las cuestionan, sufren de “paranoia política”, un tipo de enfermedad mental.
Tal abuso extravagante del sistema médico para controlar el pensamiento no es nada nuevo. Muchos gobiernos autoritarios, incluyendo la antigua Unión Soviética, implementaron programas de salud mental similares que clasifican a los disidentes como con desequilibrios químicos y en necesidad de un remedio. Hoy en día, ese remedio es a menudo alterar la mente, con drogas psicotrópicas, con efectos secundarios devastadores.
“El encarcelamiento psiquiátrico de las personas mentalmente sanas se entiende de manera uniforme como una forma particularmente perniciosa de represión, ya que utiliza las poderosas modalidades de la medicina como instrumentos de castigo, e implica una profunda afrenta a los derechos humanos a través del engaño y el fraude”, explica un análisis y comentario de 2002 sobre el abuso de la psiquiatría, tanto en la Unión Soviética y China, que fue publicado en la Revista de la Academia Americana de Psiquiatría y la Ley .
“Los médicos que permiten ser utilizados de esta manera traicionan la confianza de la sociedad y violan sus obligaciones éticas más elementales como profesionales.”
Este estudio tiene implicaciones de gran alcance para lo que la profesión psiquiátrica se está convirtiendo hoy en día, ver aquí Political Abuse of Psychiatry in the Soviet Union and in China: Complexities and Controversies.

HACE 30 AÑOS SE HABÍA DADO LA VOZ DE ALERTA
Esto es lo que ya hace 30 años había previsto Vaclav Havel en su discurso en la ceremonia de un título honorario de la Universidad de Toulouse, en que el régimen comunista le impidió participar, él advirtió a sus amigos del mundo libre sobre el pensamiento de que la experiencia del totalitarismo no se refería sólo a ellos. De hecho, escribió el futuro primer presidente de Checoslovaquia democrática:
los sistemas totalitarios (…) son principalmente una lupa de las consecuencias inevitables del racionalismo de Occidente. Una imagen grotescamente ampliada de sus tendencias profundas”.
Havel invitó a sus ingenuos partidarios occidentales a observar detenidamente la dinámica anti-humana accionando detrás de la Cortina de Hierro, no tanto para mostrar su solidaridad con los disidentes como él, ni para promover la victoria del capitalismo sobre el socialismo, sino más bien para prepararse para la llegada del “dominio total de un poder hipertrofiado, anónimo, burocrático e impersonal” sobre el que pronto tendrán que tomar medidas por sí mismos.
En resumen, Havel advirtió que tarde o temprano se nos pedirá a los occidentales el sacrificio de la conciencia.
Para evaluar la verdad de este tipo de profecía solo basta dar un vistazo alrededor. Hoy esas terribles palabras son nuestra pura vida cotidiana.
“El hombre no es Dios, y jugar a ser dios se vuelve cruelmente contra él. Abolió el horizonte absoluto al que reportarse, ha negado su propia experiencia personal “pre-objetiva” del mundo y ha relegado al baño de su intimidad, la conciencia personal y la conciencia moral, como cosas que no se relacionan con otras cosas”
“En el mundo de la tradición racionalista y conceptos ideológicos hay una mejor manera de neutralizar a todo hombre honesto y capaz de pensar libremente (el principal peligro para cualquier poder impersonal), proponer una teoría tan simple como sea posible, y rodearla de todos los signos posibles de una causa santa.”
Y en este tono también se ha expresado el papa Francisco:
“En el último siglo hemos visto todos nosotros dictaduras del pensamiento único, que terminaron matando a tanta gente. Pero (…) en la actualidad existe la idolatría del pensamiento único. Hoy en día hay que pensar así, y si usted no piensa esa cosa, usted no es moderno, no está abierto o peor…”(SECRETUM MEUM MIHI)