En una jornada festiva en Roma, el sol respetó de nuevo a los peregrinos, que ovacionaron a un Papa algo resfriado y que todavía arrastraba el cansancio que le vimos durante algunas de las celebraciones de la Semana Santa.
"¡Cristo ha resucitado!. Ha resucitado de verdad. Ha sucedido hoy, en esta plaza", arrancó Francisco, quien pidió a los fieles que a lo largo de esta semana "sigamos con el augurio pascual como si fuera un solo día, el gran día que ha hecho el Señor".
Para el Papa, "el sentimiento dominante de la Resurrección es la alegría plena de estupor. Un gran estupor, pero con una tremenda alegría dentro". Así como reaccionaron los apóstoles ante la noticia que le llevaron las mujeres que habían visto al Resucitado. "Que esta experiencia se imprima en nuestro corazón, que traspase nuestra vida. Dejemos que el estupor gozoso de la Resurreción se irradie en en nuestros pensamientos, miradas, actitudes, gestos y palabras".
"Seamos luminosos", añadió Francisco, pero "que no sea un maquillaje, sino que venga de dentro, de un corazón inmerso en la fuente de la alegría".
En este punto, Francisco pidió a los fieles que, a lo largo de la semana, lleven consigo los Evangelios, y lean los capítulos sobre la Resurrección, y piensen en la alegría de María, la madre de Jesús. "Y cómo su dolor íntimo llega hasta su alma, y cómo su alegría es tan íntima y profunda".
"Pasar a través de la experiencia de muerte y resurrección de su hijo, vemos la expresión suprema del amor de Dios, el corazón de María es un ejemplo de paz, de consolación, de esperanza, de misericordia", subrayó Francisco, quien resaltó que "Ella participó en la Pascua de Jesús. Ella no perdió la esperanza. La vemos como madre dolorosa, pero al tiempo llena de esperanza. Es la madre de todos los discípulos, la madre de la Iglesia, es madre de esperanza".(RELIGION DIGITAL)