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Hollande quiere anular al cristianismo de oriente medio hasta en el arte
11 - 04 - 2014 - CULTURA - Arte

Que "el Museo del Louvre contará con un departamento para el arte bizantino" había anunciado Sarkozy en 2010 con el fin de dar más peso a ese singular   patrimonio disperso en otros sitios de la prestigiosa entidad . Pero el ministro de Cultura de Hollande canceló el proyecto y decidió que había otras prioridades

«El Louvre dedicará un nuevo departamento al arte de los cristianos de Oriente, del Imperio bizantino y de los eslavos». Lo había anunciado Nicholas Sarkozy en enero de 2010. Pocos meses después, el entonces presidente del museo parisino, Henri Loyrette, había incluso calendarizado la iniciativa: «Encabezará los 1000 metros cuadrados libres de las salas del departamento de arte islámica (que desde 2012 se transfirió a un nuevo espacio ad hoc en el Louvre, ndr.) y podrá ser visitado a partir de 2014», explicó.

Así, llegó 2014 y no solo ese proyecto no se llevó a cabo, sino que fue completamente cancelado con un simple gesto por parte de la nueva dirección del Louvre, en sintonía con el ministerio de la Cultura de la era Hollande. La profesora Marie-Hélène Rutschowscaya (que fue responsable de la sección copta del Louvre y es una de las mayores expertas en cuanto a los tesoros del cristianismo de Oriente) denunció esta decisión con una carta abierta al peridódico católico francés “La Croix”. La estudiosa explica que el Louvre ha decidido destinar los espacios que dejó libres el departamento de arte islámico a nuevas estructuras para acoger a los estudiantes que visite nel museo. De esta manera quedó en el limbo la idea de dar un mayor peso al importante patrimonio sobre la historia del cristianismo de Oriente que posee el museo. Estas joyas se encuentran dispersas entre las demás piezas de su colección o incluso encerradas en el almacén.


Sin demasiados giros retóricos, la profesora Rutschowscaya sostiene que detrás de esta decisión hay un prejuicio cultural laico por parte de la administración de Hollande. «¿No deberíamos deplorar –escribe en la carta– el hecho de que Francia adopte una política cultural tan fría hacia diferentes países profundamente marcados por el cristianismo oriental de las épocas bizantina y post-bizantina, y de los cuales nuestar Edad Media ha heredado tanto? Justamente los eventos dramáticos que vemos actualmente en Medio Oriente y en Europa del Este deberían, por el contrario, llevarnos a estar más atentos en la promoción de vínculos culturales duraderos».


El actual presidente del Louvre Jean-Luc Martinez, al responder a algunas preguntas del periódico “La Croix”, se justificó diciendo que la creación de un nuevo departamento sobre el cristianismo de Oriente habría exigido un largo proceso de redefinición de los ámbitos de los actuales departamentos (pero esta misma situación no impidió que el Louvre en 2003 creara el departamento dedicado al arte islámico). En general, Martinez se dijo a favor de la idea de agrupar el arte bizantino en una sola sección del museo, pero añadió que en estos momentos es prioritario «preocuparse por la reestructuración del acceso público a los espacios de la pirámide, con obras que comenzarán en julio y durarán unos dos años». Entonces, el arte bizantino puede esperar hasta 2017.


Más allá de la polémica cultural, este caso en el Louvre parece destinado a arrojar nuevamente sal en la herida de las relaciones entre Francia y los cristianos de Oriente. Desde el año 1500, efectivamente, los sultanes de Oriente reconocían a los reyes de París un papel particular en la defensa de los derechos de las comunidades cristianas del Medio Oriente. Por este motivo el apoyo que ha ofrecido Francoise Hollande a las fuerzas que se oponen en Siria al régimen de Bashar al-Assad fue interpretado por la mayor parte de los cristianos orientales como un salvoconducto en blanco a las milicias islamistas. Cuando llegó a Jerusalén en noviembre del año pasado el nuevo cónsul general de París Hervé Magro, insistió en que «para Francia, la continuidad en el papel de protector de los cristianos no es retórica; es una memoria viva en el presente». Una memoria que, en el Louvre, templo de la cultura francesa, tendrá que esperar. A pesar de las durísimas pruebas que deben afrontar los cristianos de Oriente en estos momentos.(Vatican Insider)