Maduro aceptó una mediación latinoamericana aunque la oposición –por lo menos una parte, reunida en la Mesa de la Unidad Democrática- sigue mostrándose desconfiada y quisiera ojos –según dicen- más imparciales y menos cegados por el petróleo que Venezuela suministra a precios políticos a varios gobiernos del continente.
Se habla de un garante, de un facilitador con fuerte autoridad moral. En este sentido podría haber sorpresas. En línea de principio, Maduro ha aceptado que asista al diálogo una especie de “observador” que atestigüe la buena fe de las partes. Y también agregó que vería con buenos ojos la presencia del Secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin, que fue nuncio apostólico en Venezuela. Sin embargo, no reprimió cierta dosis de escepticismo fuera de lugar: “Que venga el Secretario de Estado, Canciller del Vaticano, Pietro Parolin, que fue Embajador aquí, que venga pues. Pobrecito, le van a hacer perder el tiempo. Estoy de acuerdo, ¿quieren que venga? Que venga”, comentó, afirmando al mismo tiempo que, en su opinión, la oposición en realidad no quiere el diálogo.
Esta no sería una mediación del Papa propiamente dicha o de un representante suyo, cosa poco realista en las actuales circunstancias marcadas por distancias que podrían ser irreconciliables, sino algo que involucra más de cerca a la Iglesia, como afirmó reiteradamente en las últimas semanas la jerarquía local y sobre todo el cardenal de Caracas, Jorge Urosa Savino.(Vatican Insider)