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El Papa Francisco mandó al infierno a los mafiosos
22 - 03 - 2014 - PAPADOS - Francisco

Francisco se dirige directamente a los mafiosos con palabras clarísimas: «Su poder está ensangrentado, por favor, conviértanse, dejen de hacer el mal». Francisco llamó a los «grandes ausentes de hoy, pero protagonistas: los hombres y las mujeres mafiosos. ¡Cambien de vida! ¡Conviértanse! .Para dar la bendición el Papa besó y se puso la estola de don Diana mártir de la lucha contra la camorra.

«Esta vida que viven no les dará felicidad, alegría. El poder y el dinero que tiene ahora de muchos negocios sucios, de los crímenes mafiosos, son dinero ensangrentado, poder ensangrentado, no podrán llevarlo a la otra vida». Por ello, «conviértanse, todavía pueden no acabar en el infierno, que es lo que les espera si no cambian de camino». Después añadió que «ustedes tuvieron un papá, una mamá; piensen en ellos y conviértanse».

Para impartir la bendición después de su breve discurso, el Pontífice se puso la estola de don Diana, mártir de la lucha contra la camorra. El Papa escuchó en recogimiento y oración la lista de los nombres de las 842 víctimas inocentes de la mafia durante la vigilia con sus familiares en la Iglesia Romana de San Gregorio VII. Entre los últimos nombres estaban los niños asesinados en las últimas semanas en Italia. Fueron pronunciados por el ex procurador de Turín, Giancarlo Caselli.

Papa Francisco visitó esta tarde la parroquia de San Gregorio VII para el encuentro con más de 900 familiares de las víctimas de la mafia en Italia, promovido por la Fundación Libera de don Luigi Ciotti. Una enorme conmoción se difundió entre los presentes en la Iglesia romana de San Gregorio VII a la llegada de Papa Francisco. «¡Amigos, sus seres queridos están vivos!», recordó don Ciotti.


«Pensábamos encontrar a un padre, pero encontramos a un hermano: hermano Francisco». De esta manera comenzó don Luigi Ciotti, director de la fundación Libera, su discurso ante el Pontífice durante la Vigilia de oración con los familiares de las víctimas de la mafia. El Papa saludó a algunos de los fieles presentes frente a la Iglesia y después entró de la mano de don Ciotti, que en conmovedor discurso dijo: «La corrupción, la mafia mata la esperanza; hay demasiado silencio en la Iglesia. No siempre la Iglesia ha mostrado atención; demasiados silencios, demasiada prudencia, palabras de circunstancia. Pero también mucha luz y positividad».



En el encuentro de oración participó Maria Falcone, hermana del juez asesinado por la mafia, además de los parientes de don Peppino Puglisi y de don Giuseppe Diana, mártires de la lucha en contra de la camorra.(Vatican Insider)

Texto completo de la alocución

Ofrecemos las palabras del Papa Francisco hoy durante un encuentro de oración con más de 700 víctimas de la Mafia:

Queridos hermanos y hermanas,

gracias por haber hecho este alto en Roma, que me da la posibilidad de encontrarlos, antes de la vigilia y de la “Jornada de la memoria y del compromiso” que vivirán esta noche y mañana en Latina. Agradezco a Don Luigi Ciotti y a sus colaboradores, y también a los Padres Franciscanos de esta parroquia. Saludo además al obispo de Latina, Mons. Crociata, aquí presente. Gracias, excelencia.

El deseo que tengo es el de compartir con ustedes una esperanza, y es ésta: que lentamente el sentido de responsabilidad venza sobre la corrupción, en todas partes del mundo… Y esto debe partir desde dentro, de las consciencias, y de allí resanar, resanar los comportamientos, las relaciones, las elecciones, el tejido social, de tal forma que la justicia gane espacio, crezca, se radique, y tome el lugar de la iniquidad.
Sé que sienten fuertemente esta esperanza, y deseo compartirla con ustedes, decirles que les estaré cerca también esta noche y mañana, en Latina – si bien no podré ir físicamente, estaré con ustedes en este camino, que requiere tenacidad, perseverancia.

En particular, deseo expresar mi solidaridad a cuantos entre ustedes han perdido a una persona querida, víctima de la violencia mafiosa. Gracias por su testimonio, porque no se han cerrado, sino que se han abierto, han salido, para contar su historia de dolor y de esperanza. Esto es tan importante, especialmente para los ¡jóvenes!

Quisiera rezar con ustedes – y lo hago de corazón – por todas las víctimas de las mafias. También hace pocos días, cerca de Taranto, se ha perpetrado un delito que no ha tenido piedad ni siquiera por un niño. Pero al mismo tiempo recemos juntos, todos, para pedir la fuerza de ir adelante, de no desalentarnos, sino de continuar a luchar contra la corrupción. Y siento que no puedo terminar sin decir una palabra a los grandes ausentes, hoy, a los protagonistas ausentes: a los hombres y a las mujeres mafiosas. ¡Por favor, cambien de vida, conviértanse, dejen de hacer el mal! Y nosotros rezamos por ustedes: conviértanse. Lo pido de rodillas. Es por su bien. Esta vida que ahora viven, no les dará placer, no les dará alegría, no les dará felicidad. El poder, el dinero que ahora poseen de tantos negocios sucios, de tantos crímenes mafiosos, es dinero ensangrentado, es poder ensangrentado, y no podrán llevarlo a la otra vida. Conviértanse: aún es tiempo para no terminar en el infierno. Es lo que les espera si continúan por este camino. Ustedes han tenido un papá y una mamá: piensen en ellos. Lloren un poco y conviértanse.

Recemos juntos a nuestra Madre María para que nos ayude: Ave María…