Ahora, las instantáneas provienen del monasterio Mater Ecclesiae, en el que vive, y nos muestran a Ratzinger preparándose para su paseo diario, apoyado en un bastón y ayudado por Georg Gaenswein, y después descansando al aire libre.
Las imágenes han desatado la alarma en muchos fieles italianos, hasta el punto de que la Santa Sede se ha tenido que apresurar a tranquilizar a la opinión pública, indicando que el estado de salud de Benedicto XVI no es malo, aunque sí tiene problemas con artritis en las piernas.
"A veces se siente cansado y acorta la ruta de la caminata", cuentan que afirma Gaënswein. El secretario del Papa emérito subraya cómo, pese a todo, siempre se arrodilla al entrar en capilla. "Nunca se da por vencido en este homenaje a la Eucaristía, sin importar el sufrimiento que podría costarle".