La otrora muy católica Irlanda, por estos días ha sido el país con más restricciones al culto público de toda Europa y tal vez del mundo. Por disposición administrativa, y después de otros cierres, las iglesias se encontraban cerradas desde el 26 de diciembre pasado. Ahora se les permitirá abrir el próximo 10 de mayo, pero con algunas disposiciones ‘litúrgicas’ decretadas por el Estado. No podrá recibirse la comunión en la boca, y los ministros deberán colocarse o detrás de un biombo o usar mascarilla. Pero tal vez sean más sorpresivas las sugerencias: Se propone que se deje la comunión en recipientes desechables, y depositarla en una mesa para que los fieles la recojan, al estilo comida fast food. También se pide que no haya concelebraciones. Leer también: En Irlanda, ministro de salud introduce ley que tipifica el culto público como delito En días pasados el ministro de salud del gobierno irlandés, Stephen Donnelly, firmó una ley que convertía el culto público en delito mientras estuviera prohibido, justo pocas horas después de que el primer ministro irlandés asegurara al Arzobispo de Armagh, primado del país, que “entendía la importancia de la fe y el culto para el pueblo de Irlanda”. “Este instrumento legal se introdujo de manera clandestina y sin previo aviso ni consulta”, declaró entonces Mons. Eamon Martin. En la actualidad gobierna el país Michéal Martin, de un partido de centro, lo que fue posible – aunque suene paradójico – por una coalición con el partido demócrata cristiano Fine Gael, el cual asumirá el gobierno a la mitad de la legislatura. Lamentables antecedentes globales Las medidas ‘litúrgicas’ del Estado irlandés, tienen sus antecedentes en muchas de otros países. Solo ayer, Gaudium Press, noticiaba que en Lomas de Zamora, Argentina, la administración había decretado misas de solo 30 minutos y con máximo de 20 asistentes. Por fortuna, muchas de estas medidas a lo largo del globo han sido recurridas por los fieles ante instancias contencioso-administrativas, obteniendo la restitución de derechos y medidas más sensatas.