Con este acto, lo que ahí participen “demuestran una manifiesta aversión a la Tradición de la Iglesia y a las normas por ella estipuladas”. La afirmación está contenida en el Apelo firmado por el cardenal Zen, prelados, sacerdotes y laicos, sobre la deriva del llamado “camino sinodal” alemán. Terreno fértil para ideas contrarias al Magisterio El purpurado afirma que dicho camino, que inició en 2019, “ha sido, durante los dos últimos años, terreno fértil para la planificación y posterior homogeneización de ideas y teorías descaradamente contrarias al inmutable y perenne Magisterio de la Santa Iglesia Católica, fundado por el Divino Salvador sobre la sólida roca de los Apóstoles”. Particularmente el purpurado chino se refiere a “errores que se están difundiendo” allí, entre los que “se encuentran el ataque declarado al Sacerdocio, tanto por medio del esfuerzo por abolir el celibato eclesiástico como imponiendo la ordenación de la mujer, y también el ataque declarado al Matrimonio, atacando intencionalmente la unión indisoluble entre un hombre y una mujer e imponer y equiparar las uniones sodomíticas con el amor que Nuestro Señor Jesucristo ha elevado a la dignidad de un Sacaramento”. El purpurado recuerda la definición del Código de Derecho canónico sobre cisma, y afirma que “la Vía sinodal alemana tiende cada día a convertirse en un paso hacia el cisma y la herejía declarados”. Pide el purpurado y los firmantes al Santo Padre, que “tome las medidas necesarias para poner fin a estas derivaciones del Camino sinodal alemán y, si necesario, aplicar las correspondientes sanciones canónicas contra los promotores de esta tremenda desviación tanto de la doctrina como de la comunión con las Llaves de Pedro”. Asimismo convocan a que el próximo 10 de mayo “sea un día internacional de oración y reparación por todas las ofensas y acciones sacrílegas cometidas por los pastores desviados de la Iglesia alemana, pidiendo la recitación de la Letanía del Sagrado Corazón, en público o en privado, y, cuando sea posible, que se ofrezca la Santa Misa pro remissione peccatorum, así como la Sagrada Comunión en reparación”.