El grupo de sacerdotes y religiosas que había sido secuestrado el 11 de abril en Haití, dentro del cual figuraban dos personas de nacionalidad francesa, ha sido liberado este viernes, según la sociedad de Saint-Jacques, a la que pertenecían algunos de estos religiosos. La organización ha expresado su «inmensa alegría» por la noticia, que llega «después de 20 largos días». En total, habían sido raptadas un total de diez personas, aunque tres de ellas ya fueron liberadas el 22 de abril, por lo que quedaban siete bajo cautiverio. La sociedad de Saint-Jacques ha denunciado que el secuestro se produjo «en un clima de inseguridad general nocivo que se ha intensificado en Haití en los últimos meses». La Iglesia Católica haitiana ha convocado protestas para denunciar esta inseguridad, que tiene en los raptos uno de sus principales exponentes. Los captores habían pedido en el caso de los religiosos un millón de dólares como rescates, según contaron los compañeros a la televisión pública gala después del ataque. Gratitud a Dios «Están en buen estado de salud»: así lo hizo saber la familia religiosa, que agradeció a los embajadores de Francia y Estados Unidos sus esfuerzos por resolver el asunto, pero también a las autoridades locales por su apoyo. «Nuestras primeras palabras van dirigidas a nuestros hermanos y hermanas liberados, para transmitirles nuestra alegría y nuestra gran satisfacción por encontrarlos sanos y salvos». Además, «nos habita un sentimiento de inmensa gratitud a Dios y a todas las personas e instituciones que intervinieron» para llegar a la liberación «de nuestros hermanos y amigos, por los que luchamos en cuerpo y alma». El grupo de 10 personas se detuvo en Croix-des-Bouquets, cerca de la capital, Puerto Príncipe, de camino a la parroquia de Galette Chambon, en Ganthier, para participar en la toma de posesión como párroco del padre Jean Arnel Joseph, formado por cinco sacerdotes católicos, dos religiosas y tres laicos. Se había exigido un rescate de un millón de dólares por ellos.