Uno de los serios reparos que hacía la Iglesia era sobre la obligación de todas las asociaciones religiosas de renovar su ‘licencia’, en cada prefectura donde hicieran presencia, cada 5 años. Pero en el senado se quiere simplificar ese procedimiento: “Al término de los 5 años, los responsables no tendrían que volver a presentar un dossier [documentos], sino una simple declaración”, explica la senadora Dominique Vérien. Otro punto también levantado por la Iglesia era la afectación que sufriría con el proyecto la educación en casa de padres católicos, el home schooling católico, el cual, en el proyecto inicial, quedaba prácticamente prohibido. Regresa el home schooling Ya en el trascurso del proyecto en la cámara baja se había permitido que los padres invocasen, para educar a sus hijos en casa, “la existencia de una situación propia al niño” en la que apoyaban su demanda. Pero ahora los senadores dicen que sería suficiente una declaración de la familia al rectorado donde el niño debería escolarizarse. Los senadores mantienen sí el también criticado “contrato republicano” para las asociaciones que reciben subvenciones públicas. En palabras del secretario general de la Conferencia Episcopal de Francia, no se entienden para qué obligar a las asociaciones específicamente religiosas – de forma un tanto discriminatoria – a prestar ese ‘juramento’, cuando de hecho toda asociación debe sujetarse a las leyes de la República. Un tema sensible que todavía definirá el Senado es el del uso del velo musulmán de las mujeres. En el senado la derecha tiene mayoría, que supuestamente es contraria al uso de esta prenda. El sello laicista de los legisladores franceses no podía dejar de notarse en su disposición para las universidades. La comisión cultural quiere prohibir que cualquier actividad cultual tenga lugar en un lugar de enseñanza.