Obispo francés: “La ley de Dios está por encima de la Repúblicaâ€
24 - 02 - 2021 - IGLESIA - Europa
En medio de las polémicas en Francia en torno al proyecto de ley contra los separatismos, supuestamente dirigido a limitar la influencia del Islam, pero que incorpora algunas medidas que atacan a los católicos, como las limitaciones a la educación no estatal, el obispo de Bayona, Mons. Aillet, ha intervenido clarificando lo que enseña la Iglesia. (Fuente: Infovaticana)
En una entrevista para France Catholique, Aillet contesta al ministro del Interior francés. La cuestión que plantea el entrevistador es ésta: “Preguntado por el respeto debido a la «carta de principios del Islam en Francia», el ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha declarado que los creyentes deben considerar la ley de la República como superior a la ley de Dios. ¿Qué cree usted al respecto?â€
Monseñor Aillet responde asÃ:
“No cabe duda de que el objetivo es el islamismo, en la medida en que exige la aplicación en Francia de la “shariaâ€, que el Islam reivindica como ley divina que se impone a los musulmanes en sociedad. Hay que decir que en el Islam, la polÃtica y la religión están totalmente entrelazadas. Sin embargo, cuando, presionado por las crÃticas, asume plenamente su argumento, entonces el Ministro del Interior parece extenderlo a todas las religiones. Rompiendo con la neutralidad del Estado, esto nos llevarÃa a pasar de un régimen de separación a uno de subordinación.
En este sentido sus palabras son inaceptables porque conducen sencillamente a negar la libertad de conciencia. En efecto, si Dios existe, cosa que cree un número importante de ciudadanos de todas las religiones, su ley no puede someterse a la República, a riesgo de impedir la libertad de conciencia, garantizada por la Constitución y el discurso oficial. Para nosotros, los católicos, la ley de Dios está inscrita en la conciencia del hombre, no sustituye a la ley humana, sino que constituye la medida última de ésta.
Considerar la ley de la República como “superior†a la ley de Dios: ¿en qué sentido es peligroso?
La República es esencialmente un modo de organización del poder polÃtico, que hoy coincide generalmente con la democracia. Pero aquà se convertirÃa en una especie de hipóstasis, incluso en una verdadera “diosa†que podrÃa imponer a los ciudadanos una ideologÃa totalizante sobre sus vidas. Pero la República no deberÃa abarcar de ninguna manera la totalidad de la vida del hombre, ya que si asà fuera estarÃa atentando gravemente contra sus libertades fundamentales.
El fin último de la sociedad humana es el bien común, es decir, el conjunto de condiciones sociales, económicas y culturales que permiten a cada persona buscar su fin último, que trasciende todas las formas de organización social y sobrepasa necesariamente el horizonte de la sociedad polÃtica.
Esta actitud es reveladora de una cultura marcada por una especie de humanismo inmanentista cerrado a la trascendencia, en la que el Estado pretende regir sobre toda la vida de sus ciudadanos, a riesgo de encerrarlos definitivamente en los lÃmites de la ciudad terrenal. Pero también de una concepción positivista de la ley, donde la apreciación del bien y del mal dependerÃa únicamente de la arbitrariedad del PrÃncipe o de una mayorÃa democráticamente elegida. El venerable PÃo XII denunció este positivismo jurÃdico como un «error que está en la raÃz del absolutismo del Estado y que equivale a una deificación del mismo Estado†(Discurso al Tribunal de la Rota, 13 de noviembre de 1949).â€
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