Saint Merry, en el distrito parisino de Halles, ha sido un centro pastoral no territorial, que, sin serlo, desempeñaba todas las funciones de una parroquia. Fue creado en 1975 por iniciativa del entonces arzobispo de París, el cardenal Francois Marty. La comunidad se definía a sí misma como «una Iglesia abierta», «una Iglesia para los cristianos pero también para los marginados, los buscadores de sentido a la vida». Todos los domingos a las 11.15 celebraban una ¿misa? con creatividad litúrgica, preparada peviamente por la comunidad. Aseguraban que se daba una colegialidad entre sacerdotes y laicos. La comunión, en caso de que realmente se diera la consagración, era ofrecida a cualquier persona aunque se encontrara en una situación objetiva de pecado (p.e, parejas homosexuales) Mons. Aupetit quiso limitar los excesos doctrinales, litúrgicos y pastorales enviando el año 2019 al sacerdote Alexandre Denis, que fue recibido de muy malas maneras por los habituales del centro pastoral. Finalmente, el P. Denis decidio presentar su dimisión el pasado mes de enero «obligado a abandonar repentinamente su misión ante la violencia de los ataques a los que fue sometido», según Aupetit. A partir del 1 de marzo ya no se celebrarán más «misas» por parte de los heterodoxos Salvando las distancias, es una situación parecida a la del centro pastoral San Carlos Borromeo en el barrio de Entrevías de la capital de España, donde también se celebran liturgias «peculiares» y que el cardenal Rouco pretendió cerrar para luego dar marcha atrás.