El año pasado en España, hasta septiembre, habían fallecido 403 religiosos por causa del Covid, cifra que probablemente haya aumentado su tasa de crecimiento en el último trimestre del año. En España 37.286 religiosos y religiosas, de los cuales tres cuartas partes son mujeres y una cuarta parte, hombres, que pertenecen a 4.641 comunidades religiosas –3.322 femeninas y 1.319 masculinas–. Quien conjuga los datos anteriores, se lleva la impresión de que la tasa de muertes es bastante alta, considerando que el número de novicios es de “alrededor de unos 300”. La mayoría es por fallecimiento por avanzada edad Esa tasa de 1.200 religiosos menos por año, se debe a fallecimientos “porque la edad es muy alta”. Es cierto que “otros la dejan”, la vida religiosa, “pero la gran mayoría es por fallecimientos”, expresa el secretario general. Es sabido que en Europa la media de edad de los religiosos es alta, lo que permite predecir que su tasa de decrecimiento por lo menos se mantendrá, y que la presencia de la vida religiosa se vería reducida significativamente en los próximos años. Una razón a más para seguir indagando y proponiendo soluciones al tema de la escasez de vocaciones.