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Frente al cierre de iglesias en Perú, obispo señala sobre la salud espiritual
01 - 02 - 2021 - IGLESIA - América
Mons. Javier Del Río Alba, indicó que la medida del gobierno de cerrar las iglesias por la pandemia de coronavirus pone en relieve la visión limitada que tiene el Estado sobre la “persona humana”. (Fuente: Infocatolica)

En un comunicado, Mons. Del Río indicó que las nuevas medidas dadas por el gobierno peruano para detener el avance de la pandemia de COVID-19 “ponen de manifiesto, una vez más, que nuestros gobernantes no comprenden a la sociedad peruana ni a quienes la integramos”. “Si quienes detentan los poderes del Estado tienen una visión limitada e incompleta de ‘la persona humana’ no podrán defenderla ni respetar su dignidad. Y si, además, esa visión es distinta a la de la mayoría de los peruanos, estarían gobernando de espaldas a ellos”, indicó. A raíz de la segunda ola del coronavirus y el colapso del sistema de salud en distintas partes del país, el presidente Francisco Sagasti anunció una serie de medidas, como la clasificación de las regiones en tres niveles: alto, muy alto y extremo, de acuerdo a la gravedad de la pandemia. Para las regiones en nivel extremo, como Áncash, Pasco, Huánuco, Junín, Huancavelica, Ica, Apurímac, Lima Región, Lima Metropolitana y el Callao, se estableció una cuarentena del 31 de enero al 14 de febrero, en la que se prohibió la apertura de iglesias, centros comerciales, gimnasios, restaurantes, entre otros. Igualmente, en el nivel muy alto, las iglesias siguen cerradas; pero se permite el ingreso a restaurantes, centros comerciales y tiendas por departamento. En el nivel alto los templos podrán recibir personas hasta el 20% de su capacidad, por debajo del 30% de aforo de tragamonedas, gimnasios y cines. Arequipa se encuentra en el nivel muy alto, junto con Tumbes, Amazonas, Cajamarca, Ayacucho, Cusco, Puno, Moquegua y Tacna. Al 30 de enero, los casos de coronavirus en Perú ascienden a más de 1 138 mil, con 2.974 en las últimas 24 horas. El número de fallecidos, según cifras oficiales, es de más de 41 mil personas. Mons. Del Río indicó que según el censo de 2017 “el 95% de los peruanos profesamos alguna religión según la cual la ‘persona humana’ no es sólo materia, sino que es un ser a la vez corporal y espiritual”. “Los cristianos, que conformamos casi todo ese 95% de peruanos, creemos que la unidad del alma y el cuerpo es tan profunda que su unión constituye una única naturaleza”, resaltó. El Prelado lamentó que, frente a ese panorama, los gobernantes añaden a la “ya criticada contraposición entre salud y economía” una infundada oposición “entre salud física y salud espiritual”. “Así, han dispuesto el cierre total de los templos y centros de culto en casi todo el Perú, mientras que en los mismos lugares se permite el funcionamiento de bancos, centros comerciales y hasta restaurantes, con un aforo que puede llegar hasta el 50%”, subrayó. Además, remarcó que la prohibición de que los fieles oren de modo individual en los templos “viola la dignidad de los peruanos y los desampara ante sus necesidades espirituales”. “A diferencia del individualismo materialista propio de la ‘cultura del descarte’, que incluye el aborto y la eutanasia que promueve el partido de gobierno, el incontable número de mártires en los veintiún siglos de vida de la Iglesia es testimonio de la importancia que para los cristianos tiene escuchar juntos la Palabra de Dios, participar en la celebración de la Eucaristía y acceder libremente al templo”, añadió. El Prelado indicó que resulta preocupante que los gobernantes “no reconozcan esta necesidad vital de la mayoría de los peruanos e incluso le den menos importancia que a encuentros meramente recreativos”. Asimismo, subrayó que la salud integral de los peruanos no se reduce a la salud física “sino que incluye aquella espiritual” y pidió que se permita pronto la apertura de “los templos y las celebraciones culturales, con las debidas medidas de bioseguridad que, por Io demás, hemos venido cumpliendo desde hace meses”. “Mientras tanto, tendremos que volver a la transmisión de la Misa por las redes sociales, aunque los sacerdotes seguirán disponibles a los fieles en los despachos parroquiales, sea para la confesión o dirección espiritual, unción de enfermos y todo aquello que esté a su alcance”, concluyó.