El prelado polaco hizo serias advertencias, particularmente a los legisladores, sobre las consecuencias que medidas restrictivas por la pandemia crean a la comunidades de fe. La fe, en tiempos de crisis, ofrece “apoyo moral”, y porta “mensajes de solidaridad y esperanza”. “Las diferentes medidas impuestas por los Estados para combatir la pandemia de la Covid 19 han tenido consecuencias profundas en la libertad de manifestar la propia religión o creencia y han limitado las actividades religiosas, educativas y caritativas de las comunidades religiosas”, expresó. Tras insistir que los Estados deben respetar la autonomía de las comunidades religiosas, Mons. Urbanczyk habló contra ciertas leyes que buscan limitar el derecho de contratar o despedir personas de acuerdo con el ideario de estas comunidades; se posicionó contra la tendencia a tener “actitudes negativas en relación a las religiones y los creyentes, y a querer relegar la religión solo a la esfera individual, despojándola de su “papel legítimo (…) en la arena pública”. Condenó también lo que llamó la “diseminación del desprecio” hacia las comunidades religiosas, incluyendo contenidos de “incitación al odio”, “promoción de la irreverencia” o “representaciones provocadoras” de símbolos religiosos. La Libertad Religiosa debe ser protegida Los Estados no deben arrogarse para sí “el derecho de interferir – bajo pretexto de consulta – en la libertad de las comunidades religiosas”, expresó también el prelado. “Uno de los principales desafíos enfrentados hoy en día por aquellos que defienden la libertad de religión o credo es convencer a las personas de que, en una época secular, la libertad religiosa es un derecho importante que merece ser protegido”.