Dirigida al Primer Ministro, la petición le reclama «que escuche la voz de los católicos franceses» y ha contado con el apoyo y la firma de 46 parlamentarios de la oposición, entre los que destaca Bruno Retailleau, presidente del grupo LR en el Senado, Agnès Thill, miembro del Oise y Valérie Boyer, senadora por Bouches-du-Rhône. Publicada en Le Figaro, he aquí algunos de sus extractos: ... hasta el 13 de noviembre, el gobierno no formuló ninguna propuesta concreta de discusión o intercambio para avanzar en este importante tema. El ministro del Interior acaba de invitar a representantes de las religiones a reunirse con él a última hora el lunes 16 de noviembre, fecha límite aprobada por el Consejo de Estado. Los católicos en Francia no comprenden esta actitud de las autoridades públicas que podría percibirse como indiferencia o, peor aún, desprecio. Fieles que no entienden que escuelas, colegios, bachilleratos, transporte público o incluso supermercados pueden permanecer abiertos cuando los lugares de culto deben permanecer cerrados. Conociendo su apego por defender, respetando el principio de laicismo, la voluntad de nuestros compatriotas de practicar libremente su culto en estricto cumplimiento de las normas sanitarias, le pedimos que escuche este llamado para que se pueda reaunudar esta actividad, que consideramos como esencial.