Milagro documentado que puso en marcha un santuario mariano
09 - 11 - 2020 - GENERALES -
El 4 de octubre de 2004, el padre Basil Cembalista [Oreste de nombre civil], sacerdote de la orden de San Basilio Magno, católico de rito oriental, estaba limpiando un terreno lleno de maleza cerca de su monasterio en Canadá, en la región de Toronto. Y se accidentó: una rama vieja le pinchó el ojo, directamente el globo ocular. (Fuente: Religionelibertad)
Espontáneamente, el sacerdote clamó: “Madre de Dios, salva mi ojoâ€. Corrió al oftalmólogo, que le dijo que sufrÃa de una abrasión en la córnea… pero, sin embargo, al acabar el dÃa, estaba completamente curado.
No sólo no habÃa perdido visión: con el tiempo, comprobó que ganaba visión, y mucho. Desde hacÃa 13 años su vista era muy mala, hasta el punto de que estaba recogido en su carnet de conducir. Después del milagro, al renovarse el carnet, la crucecita que marcaba sus problemas de vista fue retirada. El Ministerio de Transporte comprobó que su vista ahora era correcta. La web incluye los documentos de 2 oculistas constatando la sanación.
Las autoridades de la eparquÃa (obispado) de rito ucraniano en Toronto no hablan oficialmente de milagros, pero permitieron que el lugar se convirtiera en un centro de oración y peregrinación, y que se levantara allà una imagen de la Virgen. La eparquÃa la declara “una devoción estrictamente privadaâ€.
Una declaración del obispo de rito ucraniano (grecocatólico o bizantino) Stephen Chmilar afirma: “Nadie duda de que Dios y los santos responden a las plegarias de la gente. Pero nadie afirma que esto fuera extraordinario o milagroso. Si alguien afirma tal cosa, es sólo con la autoridad de quien lo hagaâ€.
El caso es que se emplazó allà una imagen de la Virgen en mármol blanco y los basilianos arreglaron con mimo (y gracias a donativos) el jardÃn, de forma que desde 2005 se convirtió en un santuario mariano semi-oficial.
Y llegaron más curaciones y milagros
Desde entonces, los religiosos empezaron a recopilar más testimonios de personas que acudÃan con fe y luego aseguraban haber recibido curaciones asombrosas. Hay una lista de gracias recibidas en los primeros años aquà en la web.
Por ejemplo, una mujer llamada Nadia Rosati, que habÃa estado combatiendo su cáncer de pulmón, asegura que al visitar el santuario sintió un calor en el pecho. Poco después se hizo un test que constató que ya no tenÃa el cáncer.
Otra mujer que declaró haberse sanado fue Vasilta Rosemond. A los 61 años, después de 8 años con problemas en la pierna derecha y necesitando bastón para caminar, dejó de usarlo y pudo caminar y bailar en una boda. Antes pasó 3 años acudiendo al santuario a misas de sanación y oración por los enfermos y al rezo del rosario con un grupo italiano.
Sólo en 2008 se habrÃan curado de cáncer, según el listado, Pina Scarlato (de cáncer de pecho), Nadia Chichyk (de cáncer en ojos, huesos, hÃgado y pulmón), Maria Kohut, Gloria Tedesco (cáncer de pecho), Uliana Synavska y Marusia Bednarska (cáncer muy extendido).
Un lugar de flores… menos en invierno
El lugar se presenta como un jardÃn de flores y colorido, con escaleras que llevan al monasterio propiamente dicho, ante una imagen de Jesús. En cada árbol hay rosario. Antes de la pandemia de coronavirus, era habitual celebrar muchas devociones de mayo a octubre: procesiones nocturnas, misas de primer viernes de mes, las 2.000 avemarÃas, etc… El jardÃn cuenta también con unas estaciones de viacrucis y un crucifijo de metal y cristal multicolor.
Ante de la pandemia, incluso en el frÃo invierno canadiense, unas 20 personas pasaban cada dÃa por el santuario. PodÃan venir también adolescentes de colegios católicos en jornadas de oración y retiros, por centenares, o para procesiones con el rezo del rosario.
El nombre del santuario es actualmente Santuario Mariano de Gratitud (Marian Shrine of Gratitude) y está siempre abierto.
En su web, se recuerda una frase de San Basilio Magno, del siglo IV, uno de los cuatro grandes padres griegos (con San Atanasio, San Gregorio Nacianceno y San Juan Crisóstomo): “Oh, pecador, no te desanimes, acude a MarÃa en todas tus necesidades. Llámala para tu asistencia, porque es la divina Voluntad que ella ayude en todo tipo de necesidad“.
Otra mujer llamada Rose Tomasone declaró que sufrÃa de una neuropatÃa en los pies, pero desde que rezó en este santuario pudo caminar sin bastón, y lleva asà ya años.
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