Nuevo caso en Pakistán de niña católica secuestrada
23 - 10 - 2020 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Otros
Fatima Arzoo Raja, una niña católica de Karachi de 13 años, ha sido secuestrada, convertida a la fuerza al Islam y luego obligada a casarse con un musulmán de 44 años llamado Ali Azhar que fue quién la secuestró la mañana del 13 de octubre. La policÃa ignora la denuncia de la familia. (Fuente: Infocatolica)
Como ha confirmado la Agencia Fides, se trata del último de una serie de casos que conmocionan y preocupan a la comunidad católica de Pakistán. Nasir Raza, activista de derechos humanos que ayuda a la familia católica de Raja en esta delicada situación, en declaraciones a la Agencia Fides dice:
«Este es otro caso más, una historia que se repite: el 13 de octubre la niña fue secuestrada y el mismo dÃa fue convertida por la fuerza al Islam y obligada a casarse impunemente. Fatima estaba jugando en casa, salió para ir a una tienda, y ya no regresó. Tras su desaparición, la familia presentó una denuncia policial contra personas desconocidas alrededor de las 17.00 horas del 13 de octubre».
Nasir Raza explica:
«Arzoo es una estudiante de séptimo grado y, como lo atestigua el certificado de nacimiento regular de la Autoridad Nacional de Base de Datos y Registro (NADRA), nació el 31 de julio de 2007». Y agrega: «La familia de la niña está en estado de shock y muy tensa. La conducta inapropiada de los policÃas en la comisarÃa es otro desafÃo para la familia, sumida en el sufrimiento y la desesperación».
De hecho, la policÃa desestimó el caso porque, en la noche del 14 de octubre, el abogado del secuestrador visitó la comisarÃa, presentando los documentos que, según él, darÃan plena legitimidad al operativo: una «Declaración Jurada», firmada por Fatima Arzoo, dando fe de su libre voluntad de convertirse al Islam y de contraer matrimonio; el «certificado de conversión al Islam» y el certificado de matrimonio. Los padres no han podido hacer nada, aunque también entregaron el certificado de nacimiento de la niña y se remitieron a la ley que prohÃbe el matrimonio a menores de 18 años. Sin embargo, según la ley islámica, las bodas son posibles (13 años para las niñas, 15 años para los niños).
Anthony Naveed, un polÃtico católico que es miembro de la Asamblea Provincial de la provincia de Sindh, está ayudando en el caso y ha visitado a la familia. En declaraciones a Fides, Naveed dice:
«He ofrecido asistencia jurÃdica a la familia y también he hablado con agentes de policÃa para el análisis y revisión del caso».
Anthony Naveed observa:
«La denuncia presentada es débil porque se presenta contra personas desconocidas, pero ahora que se conocen más detalles, se debe agregar información correcta y se deben recordar las leyes de protección infantil y matrimonio infantil».
Según los abogados de la familia, la firma de Fátima en los documentos presentados por el secuestrador fue obtenida usando la fuerza.
Naveed concluye:
«El aumento de secuestros y conversiones forzadas de adolescentes cristianos e hindúes es un fenómeno muy grave. El aumento de estos casos es preocupante, y se debe a la mentalidad estrecha y enferma de pocas personas en la sociedad pakistanÃ. En el contexto actual de estatus social y polÃtico, las minorÃas religiosas son elementos más débiles y, por lo tanto, las mujeres y niñas minoritarias se convierten en un blanco fácil de secuestradores y hombres que llevan a cabo conversiones forzadas».
Según Anjum James Paul, un católico paquistanÃ, presidente de la Asociación de Maestros de MinorÃas Religiosas en Pakistán, «estos secuestros son contrarios a la ley y constituyen el delito de pedofilia que toda la sociedad pakistanÃ, principalmente las autoridades civiles, deben combatir con todas sus fuerzas. Pedimos una intervención gubernamental contundente y decisiva para detener este fenómeno criminal contra las niñas, las más vulnerables de la sociedad, y que muestra una pésima imagen de Pakistán».
Cómo señala la ONG «Human Rights Commission of Pakistan», en una nota enviada a la Agencia Fides, cada año al menos 1.000 mujeres cristianas e hindúes son secuestradas y obligadas a convertirse y casarse con su agresor. Muchas familias no denuncian el delito ni retiran sus denuncias, ante amenazas contra otros familiares.
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