«La vuelta de los turcos al sur del Cáucaso marca el reinicio del genocidio de los armenios de hace un siglo, cuando el Imperio otomano masacró a un millón y medio de los nuestros». Así ha hablado a La Repubblica el primer ministro armenio Nikol Pachinian, que ha condenado «la agresión terrorista por parte de Azerbaiyán de los armenios de Nagorno Karabakh con el apoyo de Turquía», que está participando activamente en el conflicto: «Desde hace diez días nuestros soldados caen bajo los bombardeos de los caza F-16 turcos, aparcados en el aeropuerto azerí de Ganya. A nivel internacional ya se ha constatado que Turquía ha llevado yihadistas desde Siria para ayudar a los azeríes, por lo que en esas montañas se está también combatiendo una guerra contra el terrorismo». Armenia y Nagorno Karabakh, sigue el primer ministro Pachinian, «son los últimos obstáculos al expansionismo de Ankara y, si la comunidad internacional no interviene rápidamente, muy pronto tendrá a los turcos a las puertas de Viena, como ya sucedió en el siglo XVII con los otomanos». Mientras se combate en las cimas de la República de Artsaj, en Turquía reaparece el sentimiento antiarmenio. Según cuanto refiere el Turkish Minute, las autoridades gubernamentales permitieron el 27 de septiembre la organización, por parte de los nacionalistas, de una manifestación ante el patriarcado armenio de Estambul. El diputado turco de origen armenio Garo Paylan ha lanzado una advertencia al gobierno ante la posibilidad de que los armenios sean amenazados en Turquía: «La incitación al odio tiene como resultado los crímenes de odio». El ex director del periódico Agos, publicado en Turquía en turco y armenio, ha declarado: «Querían amenazar a los armenios. Y esto es muy peligroso». Otros diputados de la oposición se han preguntado si la intención del partido de Erdogan no sea repetir los pogromos de Estambul de septiembre de 1955. «Una traición inaceptable» A las palabras de Paylan ha respondido el nacionalista Centro de Estudios Estratégicos Euroasiáticos, adquiriendo varias páginas publicitarias en los medios de comunicación locales para denunciar «las acusaciones desvergonzadas a Turquía y Azerbaiyán», y acusando al diputado de «traición inaceptable». Este año se han verificado numerosos crímenes de odio hacia los armenios en la ciudad de Estambul: en mayo un hombre intentó incendiar la puerta de la iglesia Dznunt Surp Asdvadzadzni. Unas semanas más tarde, un crucifijo fue arrancado de otra iglesia armenia. En agosto, el cementerio armenio de Ankara fue atacado y profanado. Crece la incitación al odio Asimismo, la Fundación Hrant Dink, que debe su nombre al periodista de origen armenio que fundó el semanario Agos y fue asesinado porque pedía el reconocimiento, por parte del Estado, del genocidio armenio, ha recibido cartas de amenaza. Según el informe que realizó en 2019 la Fundación sobre la incitación al odio, los armenios son el grupo que recibe más insultos y amenazas en los medios de comunicación turcos, con 803 casos.