CRISTO HOY
CRISTO HOY

   Sitios Recomendados
        El Vaticano
        Aica
        Rome Reports
        Noticias Vaticanas
  
Guerra entre Armenia y Azerbaiyán: Destruyen histórica catedral
09 - 10 - 2020 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Otros
La histórica catedral armenia de Ghazanchetsots (San Salvador) en la ciudad de Shushi, ha resultado destruida como consecuencia de dos bombardeos en los que han resultado heridas varias personas. (Fuente: Aciprensa)

Los bombardeos todavía no han sido reconocidos por ninguna de las dos partes en conflicto por el control de este territorio, pero el gobierno armenio ha acusado al ejército de Azerbaiyán, algo que niega el ministerio de Defensa de este país. La ciudad de Shushi, donde se encuentra la catedral, está en un lugar aislado, lejos de cualquier zona estratégica que pudiera considerarse un objetivo militar. Ese hecho sería una prueba de que la destrucción del templo se ha debido a motivos religiosos y no militares. Según difundió la agencia de noticias armenia Zartonk Media, el ministerio de defensa armenio habría confirmado la autoría del ejército de Azerbaiyán. Ghazanchetsots es la sede de la Diócesis de Artsakh, de la Iglesia Apostólica Armenia. Su construcción data de los años 1868 y 1887, aunque fue consagrada un año después. Ya había sufrido importantes daños tras la caída de la Unión Soviética y la guerra de independencia de la República de Artsakh (1991-1994), nombre del Estado constituido en Nagorno Karabaj y que solo reconoce Armenia. En aquel conflicto, las tropas azerbaiyanas ocuparon el templo y lo emplearon como almacén de armamento. Tras aquella primera guerra, que se saldó con la victoria armenia, la catedral fue restaurada y consagrada de nuevo en 1998. Desde hace una semana, Armenia y Azerbaiyán se están enfrentando militarmente por la región de Nagorno Karabaj (conocida por los armenios como Artsakh), un territorio montañoso de mayoría armenia pero cuya soberanía se reconoce a Azerbaiyán. Azerbaiyán, país de mayoría musulmana chií aliado de Turquía, inició en los últimos días una ofensiva militar para expulsar al ejército armenio, país de mayoría cristiana ortodoxa. Aunque inicialmente el conflicto es político y nada tiene que ver con la religión, el componente religioso está empezando a tomar cada vez más relevancia, y el ataque a la catedral sería prueba de ello. La guerra ha adquirido un componente internacional, aunque la actitud de Turquía (aliada de Azerbaiyán), y Rusia (aliada de Armenia), está siendo diferente. Turquía apoya de forma abierta a Azerbaiyán, mientras que Rusia por el momento se ha limitado a hacer llamamientos al diálogo sin implicarse directamente en el conflicto. Militarmente Azerbaiyán es superior a Armenia, pues cuenta con armamento y apoyo logístico proporcionado por Turquía y por Irán. El papel de Turquía está siendo esencial. Este país, a medio camino entre Asia y Europa, es la gran potencia musulmana del Mediterráneo oriental y, junto con Irán, del Cáucaso. Su presidente Recep Tayyip Erdogan, es un político nacionalista e islamista que ha embarcado a su país en una carrera militarista destinada a aumentar su hegemonía en Oriente Medio y en el este del Mediterráneo y recuperar cuotas de poder en los territorios en los que, antiguamente, se extendía el Imperio Otomano. Esa estrategia de Turquía, conocida en geopolítica como “neotomanismo”, ha llevado a Turquía a enfrentarse con Grecia por el control de los yacimientos petrolíferos en el fondo del Mediterráneo en aguas que Grecia reclama como propias. También ha llevado al ejército turco a ocupar áreas del norte de Siria y ha inmiscuirse en la guerra civil de Libia, donde Egipto también tiene intereses. Por ello, la ofensiva de Azerbaiyán contra Armenia se circunscribe en la estrategia de expansionismo turco, que pretende así convertirse en la potencia hegemónica del Cáucaso. En ese sentido, el gobierno armenio ha acusado a Turquía de enviar armamento ilegal (como bombas de racimo) y mercenarios sirios, muchos de ellos yihadistas, para combatir en Nagorno Karabaj.