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Un obispo chino renuncia: “No quiero convertirme en un obstáculo"
06 - 10 - 2020 - IGLESIA - Asia
Vincenzo Guo Xijin, el obispo auxiliar de Mindong -que no recibió el reconocimiento del gobierno- ha decidido “abandonar todos los cargos de la diócesis y retirarse a vivir en oración”. Son las declaraciones que brindó a AsiaNews un sacerdote de la diócesis. (Fuente: Infovaticana)

La decisión de Guo fue comunicada a los fieles al término de la misa vespertina del domingo, con una carta oficial en la que él se define como un “incompetente” y una persona “tosca”, incapaz de seguir el ritmo y el estilo “de la Iglesia en China, y más directamente, en nuestra diócesis”. Del contenido de la carta se desprende que el retiro del obispo a una vida de oración – sin misas en público, sino exclusivamente en privado (sin la participación del pueblo) y solo aceptando celebrar el sacramento de la reconciliación – es un intento de salvar la unidad de la iglesia diocesana guiada por el obispo Zhan Silu. Guo parece ser cada vez más víctima del acuerdo sino-vaticano. En el marco del acuerdo, la diócesis de Mindong debía ser una especie de “proyecto piloto” para su actuación. A petición del Papa Francisco, Guo aceptó ser degradado a obispo auxiliar para dejar la sede de ordinario a Zhan Silu, obispo oficial cuya excomunión fue cancelada por el pontífice, como parte del acuerdo. Lo cierto es que Guo, por no haber firmado la adhesión a la Iglesia independiente, no fue reconocido por el gobierno. En los últimos meses, incluso corrió el riesgo de quedar sin techo, ya que el gobierno quería expulsarlo de su episcopado. Si bien el Papa Francisco ha exhortado a la reconciliación de todos los católicos, en la diócesis de Mindong no cesan las tensiones entre los sacerdotes que juran obediencia a Zhan Silu y al Partido Comunista (y por tanto, a la “Iglesia independiente”) y aquellos que, por el contrario, no aceptan la sumisión al Partido. En su carta, Guo afirma que “los sacramentos celebrados por aquellos que firman o no firman, son legítimos”. Es probable que su decisión de retirarse de la vida pública obedezca al deseo de no incrementar las tensiones entre aquellos que reportan a sacerdotes que no han firmado la adhesión a la “Iglesia independiente” y aquellos que sí la han firmado. Algunos sacerdotes no ocultan su dolor: “El obispo [Guo] exhorta a todos los creyentes a permanecer firmes en la fe. Él es un verdadero pastor y sacerdote: por su fidelidad a Cristo, muchas veces tuvo que sufrir la cárcel. Hasta las autoridades de gobierno sienten aprecio por él”. Zhan Silu se graduó en teología en Hong Kong y fue ordenado obispo, de un modo ilegítimo, en el año 2000. Posteriormente tomó posesión de la diócesis oficial de Ningde (y Mindong) en el 2006, pero pocos sacerdotes lo siguieron. En el año 2018, Papa Francisco le levantó la excomunión y lo nombró obispo ordinario de la diócesis. Zhan es la personalidad más entrevistada en los medios de gobierno. A continuación, la transcripción del discurso de Guo, que también circuló entre los fieles, en forma de carta. (B.C.): Queridos hermanos y hermanas en Cristo, Que la gracia de Dios colme sus corazones. Queridos hermanos y hermanas en Cristo: En este momento, quiero pedirles ante todo, disculpas. Esta noche quisiera ocupar un poco de su tiempo, para compartir con ustedes lo que ha estado sucediendo últimamente y mi posición personal al respecto. Quizás estos hechos y posiciones les conciernen un poco, ya que atañen a la Iglesia china o, en otras palabras, [están] en directa relación con la situación de nuestra diócesis. Sin embargo, todo esto es el signo de una nueva era, una página nueva para la Iglesia. En un momento tan extraordinario de la historia, necesitamos personas de mucho talento, sabiduría, virtud, y conocimiento, para poder estar a la altura de la época actual, o incluso anticiparse a los pasos de la época, para guiarla. Yo soy una persona que no posee ningún talento, mi cabeza ya está obsoleta y no sabe cómo lidiar con los cambios de la sociedad; un pastor nacido en un pueblo pobre, que no posee ningún talento, ni virtud, ni sabiduría, ni capacidad, ni conocimiento; frente a esta época que cambia con tanta rapidez, me siento prácticamente incapaz. Doy gracias a Dios por haberme iluminado, haciéndome entender que ya no soy capaz de caminar al paso de esta época. Pero tampoco quiero convertirme en un obstáculo para el progreso. Por eso, el mes pasado decidí presentar mi renuncia ante la Santa Sede. Por tanto, he decidido: 1. No participar en ningún evento público, a partir de mañana. Esta misa vespertina será la última que presida: a partir de mañana, solo celebraré misas en privado (es decir, sin la participación de fieles), los fieles pueden recibir los sacramentos y participar en la misa, concurriendo a la iglesia cercana. Durante la solemnidad de la Asunción de María ya precisé que los sacramentos que imparten los sacerdotes (hayan firmado o no) son todos legítimos. 2. Dejar toda organización administrativa de la diócesis para concentrarme en la oración. Con la salvedad de la confesión, por cuestiones de conocimiento personal, para todos los demás asuntos deberán referirse al propio obispo o deberán dirigirse directamente a Ningde, para presentarlos al obispo Zhan Silu. 3. En cuanto al uso de las ofrendas recibidas, ya desde el año pasado había muchas personas que se interesaban en este tema. Puedo decirles con claridad que cada centavo de la ofrenda recibida debe ser entregado a la diócesis (es lo que se acostumbra, además de ser una norma establecida por nuestra diócesis hace 30 o 40 años); y además, es el obispo Zhan quien se ocupa del tema junto con sus sacerdotes. Ya he decidido dejar esta institución de control, porque no tengo la capacidad para ocupar este cargo de supervisor y tampoco soy digno de ello: no deben entregarme las ofrendas a mí; por tanto, a partir de mañana, me niego a recibir las ofrendas. Pueden entregar sus ofrendas al párroco o a alguien de confianza. 4. Fieles míos, tienen que acordarse de que su fe está en Dios, y no en un hombre. El hombre está sujeto a cambios, pero Dios no. La última recomendación: en cualquier circunstancia o cambio, jamás deben olvidarse de Dios, y tampoco ignorar los mandamientos del Señor, ni dañar la integridad de la fe, ni demorar la salvación del alma, que es lo más importante. Como estoy a punto de dejar el cargo, les pido que me perdonen por mi debilidad e impotencia, ¡sobre todo por las ofensas que han recibido durante mi desempeño! ¡Que Dios misericordioso esté siempre con ustedes, hasta el último día de su vida!