Según una nota de la agencia Sir que recoge el medio de la Santa Sede, los fieles han estado reuniéndose durante tres años para rezar porque se reconozca la inocencia de la religiosa, siendo el encuentro del lunes el más numeroso, cosa que agradeció Thürmer a través de las redes sociales.
“Los refugiados que fueron acogidos en Kirchschletten estaban traumatizados por el indecible sufrimiento que padecían y en el momento no tenían ninguna perspectiva de que su solicitud de asilo fuera acogida”, nos dice Vatican News. “La injusticia fue clamada al cielo. Intenté escuchar este grito y ofrecer un poco de alivio, para dar esperanza”, declaró la abadesa investigada.
En un principio debería haber respondido ante el tribunal de Bamberg el pasado viernes, después de que se rechazara una sanción de 2.500 euros. La sanción fue anulada porque está en marcha la investigación para un nuevo juicio. El medio de comunicación vaticano informa de que se está dando gran importancia a este juicio, ya que nunca ha habido un fallo definitivo del poder judicial con respecto a la responsabilidad penal de la Iglesia por dar hospitalidad en casos como este.
La Fiscalía de Baviera ha cerrado los procesos en la mayoría de los casos por “culpa leve” sin más sanciones que las pecuniarias, estas últimas siempre aceptadas por los acusados.