El ataque fue detectado por Recorded Future, una empresa con sede en Somerville (Massachusets, EE.UU).
El Partido Comunista Chino ha estado llevando a cabo una amplia campaña para estrechar su control sobre los grupos religiosos, en lo que los líderes del gobierno se han referido periódicamente como un esfuerzo para "sinicización de las religiones" del país.
Los piratas informáticos chinos y las autoridades estatales han utilizado a menudo los ciberataques para tratar de recabar información sobre grupos de budistas tibetanos , uigures musulmanes y fieles de Falun Gong fuera de China. Esta es la primera vez que se detecta que han espiado a la Iglesia Católica.
Todo empezó a principios de mayo. Los hackers metieron su material dentro de un documento que parecía ser una carta legítima del Vaticano a Monseñor Javier Corona Herrera, el capellán que encabeza la misión de análisis de la situación en Hong Kong, dijo Recorded Future en un informe publicado esta semana.
Fue un engaño ingenioso: un archivo electrónico que parecía estar en la papelera oficial del arzobispo Edgar Peña Parra. La carta llevaba un mensaje del cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano. En su mensaje, el cardenal Parolin expresba la tristeza del Papa por la muerte de un obispo.
No está claro si la carta fue fabricada o era un documento real que los atacantes obtuvieron y luego se vinculó a un malware que les dio acceso a los ordenadores de las oficinas de la iglesia de Hong Kong y a los servidores de correo del Vaticano.
China dice que no hay pruebas
Como era de esperar, el ministerio de asuntos exteriores de China ha negado tener nada que ver con lo ocurrido. En rueda de prensa, el portavoz del ministerio dijo
China es firme defensora de la ciberseguridad y siempre se opone y combate firmemente el robo y la piratería informática. Dada la naturaleza virtual del ciberespacio y la existencia de todo tipo de actores que son difíciles de rastrear, debe haber suficientes pruebas para investigar e identificar los incidentes relacionados con el ciberespacio. No se debe permitir la especulación sin fundamento.
