¿Recuerdan las fuentes de la Revelación, las que aparecen en el Catecismo, la Escritura y la Tradición de la Iglesia? Pues al cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich y Freising, asesor del Papa en el muy exclusivo Consejo de Cardenales y ex presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, al parecen le saben a poco.

Lo dijo en la cadena Deutschlandfunk y lo recoge Katholisch.de. El cardenal lamenta que la gente no entienda que “la Iglesia también tiene que aprender”, y no solo de la Escritura y la Tradición, sino también de los movimientos progresistas y de los datos de la ciencia (o, probablemente, Ciencia).

No creo que tenga que lamentarlo demasiado, a juzgar por la insistencia a la “escucha atenta” que, en el decir de Su Santidad y la Curia Romana, debe ejercer a todas horas la Iglesia. Este aprender, sin embargo, es más amplio aún de lo que anhela Marx, ya que en el pasado Sínodo de la Amazonia se nos aleccionó de la necesidad de aprender de la espiritualidad de los habitantes de la selva amazónica. Aunque quizá coincidan unos y otros, quién sabe.

En cuanto a que la Iglesia tenga que aprender de la Ciencia, es algo más peliagudo, y no solo porque la Ciencia es un tipo de conocimiento en continua revisión, como la propia Iglesia aprendió para su mal con el caso Galileo -en el que se decantó, no lo olvidemos, no contra ‘la Ciencia’, sino a favor del ‘consenso científico’ de su época, el Modelo Ptolomaico-, sino porque su voz, los científicos de carne y hueso, están cada día más condicionados en sus pronunciamientos por las necesidades de financiación, que les empujan a servir ideologías muy concretas. Probablemente, cercanas a esos movimientos progresistas que en palabras del cardenal deben instruir a la Esposa de Cristo.