“De repente, algo que ni siquiera podíamos imaginar nos confina en nuestros hogares y nos priva de los momentos más afectuosos y deseados de la vida, como el que vivimos contigo cada año, oh tierna Madre”, aseguró.

El cardenal explicó que habrá quienes consideren esta peregrinación como “triste” por la falta de grandes multitudes de peregrinos pero destacó que “todos sabemos por fe que ‘para los que aman a Dios, todo es para el bien’”.

Y por eso recordó que estos momentos pueden servirnos para aprender “cómo es una peregrinación en estado puro, la peregrinación con el corazón, la peregrinación interna en el viaje más íntimo de nuestra vida, con la compañía espiritual de la madre celestial, que lleva a cada uno a encontrarse con Dios santo y misericordioso”.

También aseguró que la luz de la fe “nos ayuda a ver el lado positivo de las crisis, de las noches oscuras, porque nos dice que también hay estrellas de referencia en esas noches” porque “la fe nos ayuda a leer y comprender los signos de los tiempos actuales, con una mirada renovada y esperanzada”.

Al agradecer a la Virgen de Fátima “por esta peregrinación interior, la luz, la esperanza, el consuelo y la paz de Cristo que traes a nuestros hogares y a nuestros corazones”, el cardenal Mato expresó: “Hoy marcas el camino a seguir. El camino de vuelta lo haremos nosotros cuando superemos esta amenaza que nos impide. ¡Volveremos, sí, volveremos! Es nuestra confianza y nuestro compromiso, hoy. Regresaremos aquí juntos, en acción de gracias”.

Peregrinación de los corazones
“Este es un momento doloroso”, dijo el rector del Santuario, padre Carlos Cabecinhas, e instó a que se realice “una peregrinación de corazones” y sigan la retrasmisión de las celebraciones a través de los medios de comunicación, de Internet y de las redes sociales”.

“Tomar esta decisión dolorosa ahora significa tratar de crear condiciones para que podamos reanudar las peregrinaciones a este lugar lo antes posible”, añadió.

Para vivir la fiesta, el Santuario de Fátima preparó una peregrinación virtual por etapas, que comenzó el 4 de mayo, y culmina hoy, a través no de un camino físico, sino interior. La iniciativa se llama #PeregrinoPorElCorazón.

Dentro de esta peregrinación, también se invitó a colocar cada día, hasta la noche del 12 de mayo, una vela en las ventanas, para evocar la tradicional procesión de velas que ocurre en el Santuario:

El Santuario de Fátima cercado por 3500 guardias para impedir acceso
En estos días, cercanos a la fiesta del 13 de mayo, se desplegó un operativo de 3.500 miembros de la Guardia Nacional Republicana –cuerpo militar de Portugal– para impedir que accedan al Santuario de Fátima los millares de personas que habitualmente lo hacen por estos días. La razón alegada: medidas sanitarias.

No sólo se impide el acceso al santuario salvo a quienes estén debidamente autorizados, sino que también se buscará hacer una “operación de sensibilización” con los que quieran ingresar, para que regresen a sus casas.

El operativo incluye militares a pie, a caballo, con perros y personal de la unidad de intervención.

Según informa el Diário do Distrito, “Fátima será un auténtico fuerte a proteger, no de vándalos, sino de peregrinos que quedan privados de las celebraciones de Fátima”.

El diario portugués agrega que no sólo los caminos que conducen al santuario están vedados, sino que “otros lugares también están en la mira de las autoridades, como la Aldea de Aljustrel, donde nacieron los tres pastorcitos (Lucía, Francisco y Jacinta)”, y “los Valinhos, lugar de la Aparición de agosto”, es decir, la aparición del Ángel de Portugal el 19 de agosto de 1917. También el acceso al viacrucis está prohibido.

Estadísticas de peregrinos
En 2017 –cuando se conmemoraba el centenario de las apariciones– hubo un promedio, entre mayo y octubre, de 1,6 millones de personas que visitaron el Santuario por mes. Se triplicó el número de peregrinaciones extranjeras comparadas con el año anterior: 2711 en 2016 y 7.110 en 2017.

En total, en el 2017, celebraron en el Santuario 86.555 sacerdotes, y fueron distribuidas alrededor de dos millones de comuniones.