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Obispos chilenos centran su asamblea plenaria en la pandemia
24 - 04 - 2020 - IGLESIA - América

"Queremos que nadie se sienta solo en este tiempo, que a nadie le falte una voz esperanzadora", afirman los obispos en el mensaje conclusivo de la 120ª asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile, realizada esta semana por videoconferencia. (Fuente: Aica)

"No nos salvamos solos" es el título del mensaje, dado a conocer este viernes 24 de abril, luego de concluir el plenario episcopal dedicado mayormente a abordar las consecuencias de la pandemia del coronavirus en la sociedad y en la Iglesia chilena.

 

En su reflexión, los obispos y administradores animan a los católicos y a los ciudadanos a actuar con responsabilidad, siguiendo estrictamente las indicaciones de la autoridad sanitaria en cada lugar y momento, cuidándonos unos a otros, y muy especialmente a los más vulnerables.

Plantean que en este tiempo, el Señor urge a ser cercanos y atentos a los más pobres y desprotegidos ante la pandemia: "Personas sin techo o sin hogar, adultos mayores, inmigrantes, grupos familiares que viven en hacinamiento, sin agua y sin condiciones de salubridad ni conectividad. Junto al dolor de quienes han perdido a familiares o los ven sufrir, nos conmueven también los episodios de violencia al interior de la familia, el miedo y los problemas de salud mental a causa de esta crisis", puntualizan.

Los pastores chilenos también se refieren a la incertidumbre sobre el año escolar, la quiebra de emprendimientos o el fracaso de proyectos. Y con especial preocupación ven que muchas personas y familias perderán sus fuentes laborales y que ello implica angustia y falta de recursos para la subsistencia familiar. "Este drama nos interpela a promover una solidaridad activa y a trabajar en un pacto social para aminorar el impacto de la cesantía y sus consecuencias. Este empeño requiere el esfuerzo de todos, sin excepción".

Afirman que se sumarán esfuerzos desde la Iglesia para ofrecer una red de acompañamiento, escucha y solidaridad. "Queremos que nadie se sienta solo en este tiempo, que a nadie le falte una voz esperanzadora", sostienen.

Además de poner a disposición de la autoridad recintos e instalaciones que se necesiten, anuncian que toda la pastoral social e instituciones de la Iglesia, a nivel nacional y en cada diócesis, están trabajando en proyectos que nos permitan una efectiva asistencia a los mas afectados por esta situación.

Junto con apreciar las políticas públicas que van en ayuda de los más necesitados, invitan a "vivir una solidaridad que nos comprometa y que exprese fuertemente nuestro deber de fraternidad, que brota del Evangelio".

Con "infinito agradecimiento", reconocen el generoso compromiso de autoridades políticas, del personal sanitario, auxiliares, agentes de seguridad y de las Fuerzas Armadas y de Orden, empresarios, trabajadores y voluntarios de distintos ámbitos que, con su esfuerzo, han permitido la atención de los enfermos y la ayuda a toda la población.

El mensaje también se refiere a la drástica reducción de actividades pastorales y celebraciones litúrgicas, con el fin de prevenir posibles contagios de Covid-19 en aglomeraciones. "Somos conscientes de que muchas personas desearían volver a participar presencialmente en la vida sacramental, pero en las actuales circunstancias ello no resulta siempre posible. Es una medida excepcional y temporal, que esperamos revertir progresivamente cuando las condiciones lo permitan".

La Iglesia seguirá utilizando de manera creativa la televisión, radio y plataformas digitales para que la Palabra de Dios y las celebraciones litúrgicas lleguen a los hogares. Los obispos y administradores agradecen el esfuerzo que han realizado los sacerdotes, diáconos y personal consagrado en este sentido.

Los obispos chilenos recuerdan el mensaje que la dignidad de la persona humana debe ser el centro de toda política pública, y el país espera de todos los actores y autoridades una actitud dialogante, no confrontacional.

"No es solo una estrategia; es un imperativo ético mirar más al bien común que a las causas o proyectos particulares. No basta el aplanamiento de una curva o el cumplimiento de una meta económica para superar esta crisis. El trasfondo, antes que sanitario o económico, es el drama humano ante nuestros ojos", aseveran.