El obispo de Maroua-Mokolo, en el norte de Camerún, Bruno Ateba, consideró que "Boko Haram es como la bestia del Apocalipsis que aunque le corten una cabeza parece que le vuelve a nacer otra", en diálogo con la fundación pontificia 'Ayuda a la Iglesia Necesitada' (AIN), que indicó que su círculo de actuación simplemente se replegó a las zonas rurales de Nigeria y extendió a las zonas fronterizas de Camerún y del lago de Chad, pese a que el gobierno de Nigeria indicó que los islamistas fueron derrotados a finales de 2015.

"En los pueblos del estado de Borno, en Nigeria, y en toda la zona fronteriza de Camerún, no pasa un día sin noticias de ataques e incursiones de los terroristas. Los secuestros y ejecuciones de campesinos instauraron un reino de miedo y psicosis entre la población", aseveró el prelado. En los últimos años las fuerzas armadas evitaron los ataques convencionales de los yihadistas, pero no lograron cortar de raíz el movimiento y parece que una nueva generación de militantes amenaza de nuevo. Boko Haram habría llevado a cabo en Camerún más de 100 ataques en 2019, en los que asesinaron a más de 100 civiles.

Ateba precisó que "la pobreza y la inseguridad que sufren las zonas rurales y la falta de perspectivas para los jóvenes les convierten en objetivo fácil de manipular para los yihadistas". "En el momento en que se creía que la bestia del Boko Haram había sido decapitaba por completo, el horror resurgió en el norte de Camerún. En mi diócesis hubo 13 ataques en las últimas 4 semanas. Una iglesia fue quemada el día de Reyes, estamos investigando quien fue pero todo señala a que fue un acto terrorista", denunció.