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Un obispo nicaragüense denunció la persecución y el dolor de su pueblo
09 - 12 - 2019 - IGLESIA - América

En el día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, la fiesta mariana más sentida y celebrada en Nicaragua, tras la celebración de la misa, el obispo de Estelí, monseñor Abelardo Mata, se reunió con los periodistas para, una vez más, denunciar “la dura represión contra el pueblo sufriente y la persecución contra la Iglesia misma”. (Fuente: Aica)

En el día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, la fiesta mariana más sentida y celebrada en Nicaragua, tras la celebración de la misa, el obispo de Estelí, monseñor Abelardo Mata, se reunió con los periodistas para, una vez más, denunciar “la dura represión contra el pueblo sufriente y la persecución contra la Iglesia misma”.

En primer lugar, el obispo mismo tuvo que intervenir para liberar al sacerdote Ramón Alcides Peña Silva, párroco de la iglesia de Jícaro, quien había sido arrestado por la policía el sábado 7 de diciembre, mientras regresaba de una celebración en la iglesia de Nueva Segovia.

El sacerdote, fue detenido durante 12 horas acusado de "perturbar el orden público", mientras que, según las palabras escritas por el mismo sacerdote en las redes sociales, solo había ido a celebrar misa.

Monseñor Mata se refirió a la gran presencia de elementos policiales alrededor de la catedral de Estelí, con la intención de intimidar a los fieles. Al respecto, el prelado comentó: “Quizás algunos olviden que no todo terminó en el Calvario, porque después vino la Resurrección. La Iglesia siempre vio pasar el ataúd de sus perseguidores”.

“Además, sabemos que los sacerdotes están todos los días al lado del pueblo sufriente de Nicaragua. El gobierno teme que el pueblo se exprese, porque saben que no están de acuerdo con los programas propuestos. Y hay tantos testimonios”, señaló.

El obispo de Estelí agregó: “Vi muchos desfiles con banderas, y hace solo dos días un joven, en su graduación, llevaba una bandera manchada de sangre. No sabía que este chico había participado en una de las marchas y que uno de sus compañeros había sido asesinado, con un disparo a la cabeza, cayó en sus brazos y lo tuvo envuelto con la bandera que llevaba. Nunca quiso lavarla, y el día de su graduación la llevó al altar, porque es el dolor de un pueblo que pide curación”.

"La juventud es el punto más débil de la cuerda que luego se rompió. Ahora, junto con los campesinos, los jóvenes están dirigiendo a todos los ciudadanos nicaragüenses un fuerte llamado a la conciencia, conciencia personal y social”, concluyó monseñor Mata.+