La violencia contra los templos católicos se ha convertido en santo y seña de los vándalos que están llevando a Chile a una situación de alto riesgo de conflicto civil.

A los ataques a la catedral de Valparaíso se unieron el sufrido por la parroquia de la Asunción y el incendio de la parroquia de la Veracruz, ambas en la capital chilena

Iglesia Veracruz, barrio Lastarria. Qué ganan con esto? Ni siquiera soy católico, pero de verdad encuentro que esto ya raya en la locura. #MILITARESALACALLE #NoParemosChile @sebastianpinera pic.twitter.com/8WQVm4Evd5

— José Ignacio Zaninetti (@jizaninetti) November 12, 2019
Prácticamente no hay día en que un templo católico no sea objeto de algún tipo de ataque, mientras que el gobierno se ve incapaz de poner fin a la violencia organizada por grupos de la extrema izquierda.

Los lugares de culto protestantes tampoco se han visto libres de los actos vandálicos.