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Benedicto XVI no está arrepentido de su renuncia
10 - 02 - 2014 - PAPADOS - Benedicto XVI

Desde hace un año las dulces notas de una partitura marcan el tiempo del soberano «autoenclaustrado», como él mismo se define. Cuando se le escucha tocar el piano por la noche, revela a sus amigos el arzobispo Georg Gänswein, significa que la jornada del “jubilado” de 87 años Joseph Ratzinger transcurrió con serenidad.

Música de Mozart, Bach y Beethoven
En el monasterio “Mater Ecclesiae”, el Papa emérito, como un rey exiliado, ha recreado su universo de afectos y pasiones: los estudios de teología, el rosario recitado con su fiel secretario-hijo espiritual don Georg (que lo sigue llamando «Santo Padre»), la convivencia cotidiana con las cuatro Memores Domini que se ocupan del aposento, la correspondencia, alguna visita y, por supuesto, la música adorada. Sobre todo Mozart, Bach y Beethoven. Con gran lucidez y discreta forma física, vive oculto y en oración, inspirándose en la regla benedictina. A los que presagiaban escenarios de disputas medievales por la convivencia sin precedentes de dos Papas en la Curia, Francisco aclaró, a fines de julio en la entrevista concedida a los periodistas durante el vuelo de regreso de Río de Janeiro: «Es como tener al abuelo en casa».

Relación fluida con Francisco
Bergoglio nunca ha dejado de dirigirse a su predecesor, con visitas y llamadas telefónicas, para aprovechar el tesoro de su experiencia y para manifestarle su afecto. Durante las últimas festividades hubo un intercambio de visitas. Francisco, poco antes de Navidad, fue a ver a Ratzinger a su «buen retiro» (en compañía del mayordomo Sandro Mariotti, alias “Sandrone”, que llevaba una canasta como regalo), y el Papa emérito, cuatro días después, respondió a la invitación de sus sucesor asistiendo a un desayuno en la residencia Santa Marta.

La lógica de la renuncia
Hace seis meses, durante una misa celebrada para el grupo de ex-alumnos en la capilla del Gobernatorado, Benedicto XVI pronunció palabras que parecían evocar el sentido de su renuncia al Trono de Pedro. La lógica cristiana invierte por completo la lógica humana: se responde al mal con amor, la salvación se obtiene mediante el sufrimiento de la Cruz, y el «buen lugar» no es el «primer lugar» codiciado durante toda la vida, sino ese que nos hace humildes y nos lleva a experimentar el amor gratuito de Dios.

Las salidas públicas del Papa emérito han sido raras, a pesar de que Bergoglio haya insistido en que «puede salir cuando quiera». Lo hizo de incógnito el pasado 4 de enero, para ir a ver a su hermano Georg al hospital Gemelli, y, hace algunos meses (el día de la publicación de la encíclica “Lumen Fidei”), para bendecir con Bergoglio la estatua de San Miguel de los Jardines Vaticanos.

Cada domingo celebra y predica para su pequeñísima “corte” de familiares en el ex-convento reestructurado de cuatro pisos (incluido el subterráneo, que cuenta con un ascensor, en donde el hermano mayor de Ratzinger siempre tiene una habitación a su disposición).

Se levanta a las 5:30 horas
Un horario cotidiano que indica una vida de estudio. Despertador a las 5.30, misa antes de las 7, mañanas dedicadas a la lectura de los padres de la Iglesia y a la correspondencia personal que llega a la Secretaría de Estado. Una siesta después del almuerzo, el paseo cotidiano con Gänswein por el jardin que rodea el convento, el rosario, más horas en la biblioteca para leer y escribir, la cena y la fundamental cita con el telediario de las 20. A las 22 la luz se apaga.

Los únicos cambios a esta rutina son las visitas que recibe: encuentros cuyo contenido a veces es revelado por los protagonistas. El cardenal Tarcisio Bertone indicó que lo invitó a almorzar en su departamento durante las fiestas de Navidad. Hay colaboradores de su antiguo entourage que lo visitan, después de haber superado el shock inicial que desencadenó el valiente anuncio de su renuncia el 11 de febrero. Entre los visitantes que han pasado por el salón de su nueva residencia destacan el actor Lino Banfi y el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Müller, teólogo como el Papa emérito.(Religión en Libertad)

 No se arrepiente de haber renunciado

A un año de su sorpresiva renuncia, Benedicto XVI no se arrepiente de su decisión y cree que la historia reinvindicará su turbulento y muchas veces criticado papado, dijo en una entrevista a Reuters el hombre más cercano al Papa emérito.

El arzobispo Georg Ganswein, secretario del papa Benedicto y al mismo tiempo prefecto de la Casa Pontificia del papa Francisco, arrojó nueva luz sobre cómo pasa sus días Benedicto, sobre su salud, sus sentimientos sobre su decisión de dejar el Pontificado y la relación entre ambos pontífices.

"El papa Benedicto está en paz consigo mismo y creo que está incluso en paz con el Señor", dijo Ganswein, cuyos rol hacen que está en contacto a diario con ambos papas.

El 11 de febrero de 2013, Benedicto anunció su decisión de renunciar, el primer Papa que lo hace en 600 años. Los motivos fueron las presiones físicas y psicológicas del Papado.

El ahora Papa emérito renunció el 28 de febrero y Francisco fue elegido el 13 de marzo, el primer Papa no europeo en 1.300 años.

Los ocho años de papado de Benedicto estuvieron marcados por los contratiempos y los pasos en falso, a menudo atribuidos a una burocracia disfuncional en el Vaticano, y a las intrigas como las de una corte de los tiempos del Renacimiento.

El escándalo del "Vatileaks", en que el mayordomo de Benedicto fue detenido por filtrar documentos privados del Papa a los medios, desveló una supuesta corrupción dentro de la Santa Sede, algo que el Vaticano niega.

Benedicto, un teólogo riguroso que llegó de forma renuente a ser el Sumo Pontífice, a menudo fue criticado en los medios por tener un estilo considerado distante.

Ganswein, que ha trabajado con Benedicto desde antes de su llegada al papado, en 2005, dijo que el Papa emérito no tenía motivos para arrepentirse por haber dejado el cargo y que no tenía resentimiento contra sus detractores, que no lo entendieron, según el Vaticano.

"No. Es claro que humanamente hablando, muchas veces, es doloroso ver que lo que se escribe acerca de alguien no corresponde concretamente a lo que se ha hecho. Pero la evaluación del trabajo de alguien, de su forma de hacer las cosas, no es lo que la prensa escribe, sino que está ante Dios y ante su conciencia", afirmó Ganswein.

EL JUICIO DE LA HISTORIA

"Estoy seguro, de hecho convencido, de que la Historia le ofrecerá un juicio que será diferente de lo que a menudo se leyó en los últimos años de su pontificado", dijo Ganswein en una entrevista telefónica.

Antes de dejar el cargo, Benedicto, que ahora reside en un exmonasterio en los jardines del Vaticano, dijo que viviría el resto de sus días "oculto del mundo", en oración y aislamiento.

Desde entonces, se le ha fotografiado apenas cuatro veces.

"De hecho, está alejado del mundo, pero está presente en la Iglesia. Ahora su misión es, tal como dijo una vez, ayudar a la Iglesia y a su sucesor, el papa Francisco, mediante la oración. Es su primera y más importante tarea", dijo Ganswein.

El nombramiento de Benedicto y sus intentos por reafirmar la identidad tradicional católica alegraron a grupos más conservadores, a los que no les convence el estilo más abierto e informal de Francisco.

Los liberales, por su parte, acusaron a Benedicto de retroceder en el tiempo las reformas y de dañar el diálogo con los musulmanes, con los judíos y con otros grupos cristianos.

Cuando Benedicto decidió permanecer en el Vaticano, se especuló que la decisión podría tener un efecto desestabilizador en la Iglesia, pero esos temores no se concretaron.

"Desde el inicio hubo un buen contacto entre ellos y ese buen comienzo se ha desarrollado y madurado. Se escriben, se llaman por teléfono, conversan, y hacen invitaciones", dijo Ganswein.

El arzobispo dijo que Benedicto pasa sus días estudiando, leyendo, respondiendo cartas, recibiendo a visitantes, tocando el piano y orando mientras pasea por los jardines del Vaticano.

"El está bien, pero ciertamente carga el peso de sus años. Así que, es un hombre físicamente viejo pero su espíritu es muy vivaz y muy claro", dijo Ganswein.(lainformación.mx)