“No puede ser”, exclama el cardenal Raymund Burke en un momento de la entrevista mantenida con el periodista católico independiente Patrick Coffin, publicada en la red de vídeos Youtube, preguntado si es posible que lo que aparece en el documento de trabajo sobre el Sínodo de la Amazonía pueda convertirse en magisterio católico. “El documento es una apostasía. Esto no puede convertirse en doctrina de la Iglesia, y si Dios quiere, todo este asunto se parará”.

Ni Burke ni Brandmüller están solos en su perplejidad ante el documento que, como es habitual, debería ser muy parecido a las conclusiones finales del sínodo y que, como tal y por disposición reciente del Santo Padre, se incorporaría al magisterio ordinario de la Iglesia en cuanto contara con su aprobación. Pero no es de herejía de lo que acusan al texto, sino de algo más allá: apostasía.

“La herejía es la negación consciente y voluntaria de una verdad de fe”, explica Burke en el vídeo. “Apunta hacia una verdad particular que alguien niega, mientras que la apostasía es una deserción completa de la fe, un alejamiento total de Cristo, y de las muchas verdades de fe”.

El cardenal Burke advierte en la entrevista que los medios seculares y algunos medios católicos “se glorían” en calificar a Su Santidad de “revolucionario”. Pero recuerda que el oficio del papado no es ser revolucionario, al contrario: su función principal es “salvaguardar la doctrina de la fe y la disciplina de la Iglesia para ser el principio y el fundamento de la unidad en la Iglesia”.

“Si me dices que el Papa es un revolucionario, me quedaría muy preocupado”, añade. “Porque eso no tiene nada que ver con el papado”.