De Gance explica que, después de una historia de ruptura que golpeó a su familia, sintió un llamado a ayudar a reparar los muchos matrimonios rotos y familias en dificultades. .

Según De Gance, las Iglesias están en la mejor posición para convertirse en el catalizador de una cultura sana del matrimonio, porque pueden hacer lo que el gobierno no puede: amar.

«El amor y la misión permiten a las iglesias recurrir a una red de voluntarios y personal existente para administrar y entregar programas».

A través de una campaña de marketing basada en objetivos específicos, llegaron a Jacksonville una gran cantidad de personas que no habrían puesto un pie en la iglesia: muchos de ellos participaron en el programa y las tasas de divorcio comenzaron a disminuir de inmediato.

«La disminución está ahorrando a los contribuyentes alrededor de $ 65 millones y manteniendo a miles de niños en familias estables con matrimonios saludables».

Para De Gance esto se ha convertido en una misión.

«La familia es la clave para combatir la pobreza, reducir la delincuencia, mejorar la educación y aumentar la felicidad a lo largo de la vida. También es el lugar principal donde las personas se encuentran con la fe por primera vez. Las iglesias son los agentes más poderosos del cambio cultural. Están en la mejor posición para crear el ecosistema que permite que las relaciones personales prosperen en matrimonios saludables y familias fuertes. El matrimonio es el ministerio más urgente hoy para la Iglesia».