Los obispos de la Iglesia católica, la mayor denominación cristiana en Estados Unidos, aprobaron este jueves medidas para asumir su responsabilidad en los casos de abusos sexuales.
La Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. aprobó por amplia mayoría la implementación del protocolo "Eres la luz del mundo", dictado el mes pasado por el Papa Francisco, que obliga al clero a señalar sospechas de abusos sexuales y refuerza el sistema de alerta para las presuntas víctimas.
Los obispos también dieron su aval al documento titulado "Reconocimiento de nuestro compromiso episcopal", que incluye un compromiso de intolerancia absoluta hacia los abusos. El documento establece que cualquier código de conducta que los obispos apliquen al clero en sus respectivas diócesis se aplica asimismo a los obispos.
Un tercer documento consensuado tras la asamblea de esta semana se refiere al "protocolo de restricciones no penales disponibles" y cubre las opciones disponibles para la jerarquía cuando un obispo retirado renuncia o es destituido debido a "conducta sexual errada con adultos".
Los prelados también dieron el visto bueno para crear una línea de comunicación nacional dirigida a recibir las denuncias de abuso sexual o de encubrimiento de los abusos perpetrados por miembros del clero y que involucren a la jerarquía.
Mientras un pequeño grupo de manifestantes hacía protestas a las afueras de la reunión, algunos de los obispos criticaron el hecho de que la línea abierta de comunicación no entrará en servicio hasta finales de mayo de 2020.
"Hay en esto una urgencia para que entre a funcionar lo más pronto posible", dijo a los periodistas el cardenal Blase Cupich, arzobispo de Chicago.
"Las corporaciones que atienden las líneas para momentos de crisis son capaces de hacerlo rápidamente, y uno esperaría que nosotros podríamos hacerlo también", agregó.
Una de las medidas, que se atiene al cambio más significativo ordenado por el Papa Francisco, se refiere al proceso por el cual debería investigarse a los obispos acusados de conducta inadecuada.
Hasta ahora estas quejas han sido manejadas, principalmente, por investigadores del Vaticano y las víctimas consideran el trámite lento y poco transparente.
Entre junio de 2017 y junio de 2018, la Iglesia católica, con unos 67 millones de miembros en EE.UU., ha pagado 301 millones de dólares en costos relacionados con los abusos sexuales cometidos por sacerdotes, incluidos casi 200 millones de dólares en acuerdos de resolución, según un informe encargado por la Conferencia Episcopal.
El mismo informe reveló que en ese período de trece meses la Iglesia recibió 1.051 "denuncias creíbles" de abuso sexual cometidos por sacerdotes y otros miembros del clero contra menores.
