El arzobispo de San José, Rafael Quirós, aseveró que "el sigilo no se debe violar, no se debe revelar lo que se ha dicho en la Confesión", frente al debate de proyecto de ley en Costa Rica que obligada a denunciar cualquier delito grave en perjurio de menores, pero no incluye una excepción para los conocidos a través del Sacramento de Reconciliación.

El sacerdote y canciller de la Diócesis de Alajuela, Sixto Varela, precisó que los sacerdotes están preparados a enfrentar las consecuencias de mantener su negativa a obedecer este tipo de ley. "Los sacerdotes tenemos que estar dispuestos a todo, hasta a morir por guardar el secreto de confesión. Y uno en la actualidad tiene que estar dispuesto a eso, incluso a dar la vida si fuera el caso, o tener que ir a la cárcel o pagar una multa o lo que sea por salvaguardar la santidad del sacramento", afirmó.

Algunos sacerdotes contactados por los medios de Costa Rica aseguraron que cuando los penitentes confiesan delitos graves ellos intentan convencer a la persona de entregarse a las autoridades y reparar los daños causados, y que cuando la víctima es quien confiesa los hechos, los sacerdotes están preparados para ofrecer consejo y motivarla a relatar los hechos.