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Disney y Netflix: cuando las empresas quieren decidir la política
06 - 06 - 2019 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Otros

Georgia aprobó un proyecto de ley que prohíbe el aborto desde el momento en que se detecta un latido fetal. (Fuente: Forumlibertas)

La semana pasada, Georgia aprobó un proyecto de ley que prohíbe el aborto desde el momento en que se detecta un latido fetal, que puede ocurrir a las seis semanas después del embarazo. Es una de las leyes contra el aborto más estrictas de los Estados Unidos. Pero el proyecto de ley de latidos del corazón, como se le conoce, ha sido recibido con agresividad por parte de los principales actores en una de las industrias más destacadas de Georgia: el cine y la televisión.

En los últimos años, los incentivos fiscales para las producciones de entretenimiento han llevado a Hollywood a Peach State. En 2017, se filmaron más de las 100 mejores películas con mayor recaudación en Georgia, por encima de Nueva York o California. Muchos de esos éxitos son películas de Disney; Capitán América: Guerra civil, Spider-Man: Homecoming y Black Panther fueron realizados en Atlanta y sus alrededores.

Disney entra en política
Mientras que la compañía había guardado silencio sobre el nuevo proyecto de ley contra el aborto, Disney había hablado con anterioridad sobre la política de Georgia. En 2016, el estado casi aprobó un proyecto de ley anti-LGBT similar a uno que llevó boicots por parte de la empresa en Indiana el año anterior. Ahora, Disney y Netflix han amenazado con un boicot similar a Georgia si se aprobaba el proyecto de ley.

“En cierto modo, ha habido una especie de imagen mixta de Disney”, dice la profesora de la Universidad de Oregon, Janet Wasko, autora de Understanding Disney: The Manufacture of Fantasy. “Por un lado, algunas personas todavía la consideran conservadora, pero por otro lado, algunos la ven como progresista”.

El fundador Walt Disney dejó claro su propio conservadurismo durante su vida. Testificó ante el Comité de actividades no estadounidenses de la Cámara en 1947 y acusó a algunos de sus ex empleados de ser comunistas. Estaba tan preocupado por los comunistas que se infiltraron en su compañía que contactó con el FBI y bloqueó los esfuerzos de sindicalización al emplear guardias armados.