El arzobispo de Ranchi, Felix Toppo, lamentó las acusaciones infundadas contra la Iglesia, después que el gobierno de Jharkhand comenzó a monitorear las actividades de 88 organizaciones no gubernamentales cristianas para ver si las operaciones de financiación provenientes del exterior se realizarían supuestamente para realizar "conversiones forzadas".
"Sin lugar a dudas es un ataque contra la Iglesia. Sin embargo, tenemos confianza en que se probará que todas las acusaciones son infundadas. Los documentos están sobre la mesa; las investigaciones en curso apuntan a entender de qué manera se recibió el dinero y si éste fue utilizado de un modo justo o equivocado", precisó el prelado.
Indicó que dejaron que "el gobierno efectúe todas las investigaciones que sean necesarias", pese a que están "en contra del método usado, porque perjudican la actividad de las asociaciones cristianas que trabajan por el bien de numerosos pobres, niños y mujeres". Los católicos consideran que se trata 'nuevos tormentos' aplicado por el gobierno reelecto, que nombró al presidente del partido nacionalista hindú 'Bharatiya Janata Party' como ministro del Interior.