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Budistas y cristianos promueven la dignidad de las mujeres
16 - 05 - 2019 - GENERALES -

“En nuestros días, la violencia contra las mujeres y las niñas es un problema global, que afecta a un tercio de la población femenina del mundo”, afirma el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso en su mensaje a los budistas con motivo de la festividad de Vesakh que se celebrará en la mayoría de los países de tradición budista el 19 de mayo. (Fuente: Aica)

Vesakh es la festividad más importante para los budistas y conmemora los principales eventos de la vida de Buda. En los diferentes países de cultura budista Vesakh Hanamatsuri, se celebra en fechas diversas, de acuerdo con las varias tradiciones.

Centrado en el tema de este año “La promoción de la dignidad y la igualdad de derechos de las mujeres y las niñas”, el Mensaje, firmado por el secretario del dicasterio, monseñor Miguel Ángel Ayuso Guixot MCCJ, comienza expresando en nombre del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso “los mejores deseos, saludos y oraciones, por la celebración de Vesakh”. “¡Que traiga alegría y paz a ustedes, a su familias y comunidades!”

“Este año nuestro mensaje está inspirado en el Documento sobre la Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la Vida Común firmado conjuntamente en Abu Dhabi el 4 de febrero de 2019 por el papa Francisco y por el jeque Ahmad Al-Tayyeb, Gran Imán de Al-Azhar”, indica el mensaje y añade:

“Las enseñanzas de Jesús y de Buda promueven la dignidad de la mujer. Tanto el budismo como el cristianismo enseñan que las mujeres y los hombres poseen igual dignidad y han desempeñado un papel importante en la promoción de la mujer. Las mujeres budistas y cristianas aportaron importantes contribuciones a nuestras tradiciones religiosas y a la sociedad en general. Por otro lado, no se puede negar que con demasiada frecuencia las mujeres son objeto de discriminación y maltrato. A veces, se usan los relatos religiosos para presentar a la mujer como inferior al hombre”.

“En nuestros días, la violencia contra las mujeres y las niñas es un problema global, que afecta a un tercio de la población femenina del mundo, y se ve favorecido por situaciones de conflicto, posconflicto y desplazamiento forzado. Las mujeres y las niñas son particularmente vulnerables a la trata de personas y la esclavitud moderna, formas de brutalidad que marcan negativa y a menudo irreversiblemente su salud”.

“Para contrarrestar estas injusticias, es vital reconocer a las niñas y a las mujeres el acceso a la educación, la igualdad de salario, los derechos a la herencia y a la propiedad, colmar el vacío de representatividad en la política, en el gobierno y en las decisiones, abordar el tema de la dote nupcial y así sucesivamente. La promoción de la igualdad de la dignidad y de los derechos de las mujeres también debe reflejarse en el diálogo interreligioso, en el que deben participar más mujeres, mientras en nuestros días los hombres son mayoría”.

Al respecto, el mensaje del dicasterio indica “es urgente actuar para proteger a las mujeres y defender sus derechos fundamentales y su libertad. Como dice el Documento sobre la Fraternidad: Es una necesidad indispensable reconocer el derecho de las mujeres a la educación, al trabajo y al ejercicio de sus derechos políticos. Además, se debe trabajar para liberarla de presiones históricas y sociales contrarias a los principios de la propia fe y dignidad. También es necesario protegerla de la explotación sexual y tratarla como una mercancía o un medio de placer o ganancia económica. Por esta razón, deben detenerse todas las prácticas inhumanas y las costumbres vulgares que humillan la dignidad de las mujeres y trabajar para cambiar las leyes que impiden a las mujeres disfrutar plenamente de sus derechos”.

Asimismo destaca que “debemos advertir a nuestros hermanos y hermanas de los peligros inherentes a la ideología de género, que niega las diferencias y la reciprocidad entre hombres y mujeres. Al promover la dignidad y la igualdad de las mujeres y las niñas, también queremos promover y proteger la institución del matrimonio, la maternidad y la vida familiar”.

“Queridos amigos budistas, hagamos todos los esfuerzos posibles para desarrollar en nuestras familias, comunidades e instituciones una estima renovada por el papel central de las mujeres en nuestro mundo y trabajemos por el rechazo definitivo de cualquier forma de discriminación injusta contra la persona humana”, concluye el mensaje.