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Siria clama a las naciones:nos morimos de hambre !
29 - 01 - 2014 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Otros

«No aceptamos morir de hambre en Homs. Nosotros, cristianos y musulmanes, amamos la vida y queremos vivir». Es el llamado que lanzó a través de YouTube el padre Frans van der Lugt, jesuita holandés que vive desde hace décadas en Siria y que es el único europeo que ha permanecido en la ciudad asediada por el régimen.

En un video-mensaje grabado hace algunos días y publicado en YouTube y por los activistas del barrio de Bustan ad Diwan en Homs, el padre Frans, también conocido como “padre Francis”, habla de lo que parece ser el altar de una Iglesia: «Les hablo desde la vieja ciudad de Homs», bajo asedio desde hace un año y siete meses. «Represento a las comunidades cristianas que se encuentran aquí», afirma en referencia a los alrededor de 70 cristianos que siguen viviendo en esa zona de la tercera ciudad del país y que ha mostrado solidaridad con los que se oponen al régimen sirio. La ciudad está semi-destruida.


«Al lado de los musulmanes, vivimos en una situación difícil y dolorosa, y sufrimos muchos problemas. La mayor parte de ellos es el hambre», afirma el padre Frans. «La gente no encuentra qué comer. No hay nada más doloroso que ver a las madres por las calles buscando comida para sus hijos».


Otro de los grandes problemas que se viven en la ciudad es la falta de medicamentos, indica el jesuita, que desde hace décadas es el responsable de los jesuitas en la Siria central. «Hay mucha gente que necesita operaciones y cuidados especializados, y que está esperando desde hace mucho tiempo, en medio de penas terribles». La voz de quien grabó el mensaje se dirige al jesuita con una pregunta: «¿Usted cree que la comunidad internacional hará algo mientras nos morimos de hambre? ¿O se quedará en silencio?» La respuesta del padre Frans: «En estas condiciones es imposible que la comunidad internacional y que nosotros, todos juntos, no hagamos nada». «No acepto que muramos de hambre. No acepto que nos ahogemos en el mar del hambre, dejándonos llevar por las olas de la muerte», exclama el viejo jesuita. La conclusión: «Nosotros amamos la vida, queremos vivir. Y no queremos precipitar en un mar de dolor y sufrimiento».(Vatican Insider)