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Continúa la rebelión en Alemania
30 - 01 - 2019 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Otros

La Iglesia alemana sigue haciendo la guerra por su cuenta. Ahora, contra las instrucciones de Benedicto XVI refrendadas por Francisco, en la Archidiócesis de Paderborn han dejado claro que la homosexualidad no será criterio de exclusión para ordenar a nadie. (Fuente: Infovaticana)

“Si cumplen con el celibato, los homosexuales serán aceptados para su ordenación sacerdotal”, ha asegurado a la cadena estatal de televisión alemana WDR el rector del seminario mayor de Paderborn, Michael Menke-Peitzmeyer. “Tenemos que distinguir entre la orientación homosexual de una persona y la práctica homosexual”.

Lo único que cuenta, asegura Menke-Peitzmeyer, es que el candidato se comprometa a vivir plena y fielmente su celibato, algo que, después de todo, obliga igualmente a los sacerdotes heterosexuales. “Que alguien mantenga relaciones homosexuales habituales sí es, creo, un criterio para excluir a esa persona del sacerdocio”.

Pero no es eso lo que prevé la Iglesia, en una práctica ininterrumpida que se hizo explícita con Benedicto XVI, como consecuencia de la primera oleada de escándalos de pederastia clerical iniciada en 2002, y que Francisco ha reiterado y confirmado.

“La Iglesia, respetando profundamente a las personas en cuestión, no puede admitir al Seminario y a las Órdenes Sagradas a quienes practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o sostienen la así llamada cultura gay”, se afirma en el documento El Don de la vocación presbiteral – Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis, aprobada por el Papa Francisco en 2016.

“Dichas personas se encuentran, efectivamente, en una situación que obstaculiza gravemente una correcta relación con hombres y mujeres. De ningún modo pueden ignorarse las consecuencias negativas que se pueden derivar de la Ordenación de personas con tendencias homosexuales profundamente arraigadas”, se lee en el citado documento, que hace referencia a la Instrucción sobre los criterios de discernimiento vocacional en relación con las personas de tendencias homosexuales antes de su admisión al seminario y a las órdenes sagradas de 2005.

En el documento se recuerda que, como signo de la entrega total a Dios y al prójimo, la Iglesia Latina considera especialmente conveniente para el sacerdocio “la continencia perfecta en el celibato por el Reino de los Cielos”. De esta forma, consagrados al servicio del Pueblo de Dios en el celibato, los presbíteros se “unen más fácilmente a Cristo con un corazón no dividido, se dedican más libremente al servicio de Dios y de los hombres y así se hacen más aptos para aceptar en Cristo una paternidad más amplia”.

Pero los alemanes no están dispuestos a dejar las cosas como están, ni a obedecer a Roma, sino que parecen más decididos de día en día a adaptar en todo la doctrina a las tendencias ideológicas de moda. Ya en su día, el obispo de Essen, Franz-Josef Overbeck, había pedido una reevaluación de la homosexualidad por parte de la iglesia y su teología moral.

Convencido del ‘dogma secular’ de que no existe relación alguna entre homosexualidad y pederastia, Menke-Peitzmeyer juzga poco realista excluir a los varones con tendencias homosexuales de la ordenación; sería, asegura, un modo de confirmar que ya no se considera la homosexualidad una patología y, por tanto, equivaldría a una “segunda liberación” LGBTI, esta vez dentro de la Iglesia.