Abogados coptos denunciaron en la Fiscalía General al gobernador de la provincia de Minya por el cierre de una iglesia en la aldea de Mansheyat Zaafarana, tras la presión de grupos islamistas y la inacción de la Policía -que quedó registrado en material audiovisual- frente a los ataques, según Copts United.

Aseguraron que los agentes se encargaron de que se cumplieran las demandas sectarias de los manifestantes para cerrar un edificio donde rezan miles de fieles de la comunidad copta. Los disturbios comenzaron el 7 de enero, cuando varios cientos de hombres rodearon el lugar de culto al grito de proclamas ofensivas e intimidantes en presencia de las fuerzas de seguridad, que les prometieron que se cerraría ese lugar de culto cristiano.

La diócesis copto ortodoxa de Minya denunció la actitud de las autoridades locales de ceder a la presión de los agresores, quienes siempre logran imponer sus reclamos ilegítimos contra los coptos por la fuerza. En el último mes, en la provincia de Minya, 3 iglesias fueron cerradas después de protestas e incidentes sectarios.